En realidad, el cargo de presidente no tenía mucho que ver con él, pero pensó que en unos años se jubilaría, y si lo jubilara desde ese puesto, la pensión sería más alta. Así que decidió mover algunos hilos.Gastó dinero, ofreció regalos, pero al final el puesto fue para ese mocoso, Hugo. Era normal que Pablo estuviera molesto.En los últimos días, cada vez que se cruzaba con Hugo en el hospital, le ponía mala cara.Pero Hugo nunca fue el tipo que se preocupara por los demás. No tenía ninguna relación con Pablo, no habían coincidido ni siquiera en las rondas médicas.Pero el destino es caprichoso, últimamente, por un paciente que requería consulta conjunta, ambos departamentos tienen reuniones frecuentes. Incluso al tomar el ascensor, terminaban juntos.—Vaya, doctor Hugo, ¿no te llegó ya la carta de nombramiento? ¿Para qué vienes a estas reuniones? —La voz de Pablo era irónica mientras miraba a Hugo desde la puerta del ascensor.Hugo llevaba su clásica camisa sencilla bajo la bata bla
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