Alejandro la miró fijamente a los ojos. Sus palabras, dichas con cautela, chocaron con el silencio de Sofía.Esperó unos segundos y luego dio un paso atrás, prefirió una retirada segura.—Solo hablaba... como amigo —aclaró por fin.Sofía respondió de inmediato, sin pensarlo.—Por ahora, no puedo darte ese lugar, señor Montoya.Alejandro quedó entre resignado y desafiante.—Entonces me voy a esforzar —dijo con una sonrisa obstinada.Sofía alzó una ceja, divertida.Él tomó el teléfono.—Tengo algo de trabajo que revisar. Si estás cansada, puedes acostarte.Sofía asintió y suspiró, aliviada.Como estaban en casa de Pandora, Alejandro no pensaba irse.Se fue al dormitorio, donde había un sofá pequeño, y así ambos quedaron en espacios distintos, sin verse.La tensión que había flotado entre ellos se fue con esa breve conversación.Cada uno se concentró en lo suyo.Poco después, Sofía se quedó dormida.Al rato, Alejandro salió del dormitorio.Ella dormía profundamente, recostada en el sofá,
Read more