—Ja, ja, ja. Me equivoqué entonces. Tú eres la más fácil de engañar. Necesitas a alguien que te proteja a todas horas —dijo Priya—. Vamos a tu casa grande a descansar. De todas formas, no me voy —añadió, obstinada.***Después de que Carlos y Rodrigo se marcharan, Clarissa se quedó un rato más.Principalmente para conocer mejor a Alejandro; intercambiaron unas palabras.En efecto, Alejandro era serio, pero no arrogante; la trataba con una cortesía tranquila, tan atenta que hasta sorprendía.Clarissa lo entendió rápido.Su cortesía hacia ella también significaba: “Cuida bien de Sofía”.Como amiga de Sofía, Clarissa estaba cada vez más satisfecha con Alejandro.—Bueno, bueno, tengo que volver a casa a cuidar a los niños —dijo Clarissa, levantándose—. Sofía hoy está un poco triste, señor Montoya, por favor, cuídala bien. Si mañana va a la empresa con mal humor, todos los empleados sufriremos.Lo dijo como broma, pero cada palabra fue un respaldo para Sofía.Sofía lo entendió y la acompañó
Read more