El auto salió rápido. El aire del escape golpeó la cara de Isabella."¿De verdad se va, así como así?", pensó, furiosa. "¡¿Y con esa cara?!"¿Y en ese momento la mandaba a alejarse? ¿Quién se atrevía a hablarle así? ¡Ya lo habría golpeado! La ira de Isabella era imposible de ocultar.Cristina, que observaba a un lado, no se sorprendió tanto por la reacción de Sebastián, pero tampoco fue indiferente. Se acercó rápido y, cuando vio la expresión de Isabella, no se atrevió a provocarla; en silencio, admiraba lo impresionante que era él.Isabella miraba la parte trasera del auto y apretaba los dientes. En su vida, hacía mucho que no había alguien que actuara de esa manera, sin importarle su actitud. Sofía era una de esas personas y en ese momento estaba Sebastián.Maldita sea, cuando Sofía apareció, ni siquiera se había atrevido a decirle una palabra dura. Pero, como Sofía había cambiado, todavía había momentos en que podía dominarla. Pero a Sebastián no; desde el primer encuentro se había
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