Regresé a la habitación, pero él todavía no estaba. Alguien tocó a la puerta. Me acerqué para abrir.—¿Quién?—Asistente Robles, soy yo, Javier.Abrí. Javier sostenía un sobre.—Asistente Robles, por favor, entréguele esto al señor Soler.—No está. Si te urge, mejor llámale.Dudó un momento.—No, no urge. El señor Soler está con el gerente Dueñas viendo unos asuntos. Con que se lo entregues cuando vuelva, está bien.—Claro, yo se lo doy.Cerré la puerta y no pude evitar pensar en lo ingenuo que era.“¿En serio cree que Diego está en la habitación del señor Dueñas?”.Yo los vi subirse al ascensor, y se detuvo en el piso donde se hospedaba Ivanna.Estaba a punto de quedarme dormida cuando escuché la puerta de la habitación abrirse. Sabía que era él. Estaba demasiado cansada. Apenas pude abrir los ojos y murmurar:—¿Ya llegaste?—Mmm.Diego se metió directo a bañar. Cuando se acercó a mí, todavía tibio por la ducha, lo empujé suavemente.—Estoy muy cansada, ya me voy a dormir.Me besó has
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