Todos los capítulos de De Esposa Millonaria a Mujer Libre: Capítulo 41 - Capítulo 50

Se acercó al enorme ventanal de piso a techo.Desde allí, podía sentir la inmensidad del mundo a sus pies, como si todo se volviera pequeño ante ella.Su mirada cruzó la fila de rascacielos hasta poder ver con claridad su propio edificio y aquel pequeño balcón que había llenado de flores y plantas.De pronto, sintió un vacío profundo en el pecho, como si algo se le hubiera arrancado.Pensó: “¿Cuántas veces habría estado Lucio acá, mirando hacia esa dirección?”Quizás, en todos esos días que ella ignoraba, sus miradas se habían encontrado a través de la distancia.¡Qué ridículo!Retiró la vista y observó el otro lado de la oficina.Una enorme biblioteca ocupaba toda la pared, llena de libros de economía y gestión, incluso algunos en fontano.Su atención se fijó en la pared oeste junto a la biblioteca. Algo parecía... diferente.Al acercarse, descubrió una grieta casi imperceptible.Una puerta secreta.Impulsada por una curiosidad inexplicable, extendió la mano y empujó suavemente.¡Clic

—¡Perdón, Lucio... cariño! ¡No... no fue mi intención! —balbuceó Amanda, secando desesperadamente la mancha con pañuelos.Lucio miró la camisa arruinada y luego su rostro angustiado.—No importa —dijo con tono neutro—, voy a cambiarme.Al decir esto, se dirigió directamente hacia el cuarto privado.“¡No!”, pensó Estrella. “¿Acá?”Buscó dónde esconderse, pero el espacio era minimalista: solo la cama y el enorme armario. Hasta la ducha era de cristal transparente.En un acto desesperado, se ocultó en el lado derecho del armario, pegada a la fría madera, conteniendo la respiración.La puerta del cuarto no se cerró del todo.Lucio entró, se quitó la camisa manchada y reveló una espalda musculosa y bronceada bajo la luz.Estrella apartó la mirada al instante, las mejillas ardientes.Inquietud. Pura ansiedad.Él tomó una camisa negra nueva y comenzó a vestirse con calma.En ese momento, la puerta se abrió suavemente.Era Amanda, su rostro aún mostraba rastros de alarma y una pizca de... tim

El cerebro de Carlos comenzó a procesar a toda velocidad.¿Qué quiso decir la señora?¿Acaso en realidad no pasó nada adentro?Pero la expresión de la Srta. Amanda...¡Espere!De repente, Carlos captó un detalle crucial.Desde que el señor entró hasta que salió, fueron exactamente cinco minutos.En esos cinco minutos, tuvo que quitarse la camisa y ponérsela cuando terminara...¿Cuánto tiempo real quedaba para... actuar?Carlos contuvo el aliento.¿Tres minutos?¡Al fin entendió la mirada elocuente de la Sra. Estrella!No era que no valiera la pena verlo.¡Era que… no alcanzaba para nada!¡Mierda!¡Con razón la señora quería el divorcio!¿Quién podría soportar eso?¿El Sr. Fernández... era un hombre que se acababa en tres minutos?¡Con razón no tuvieron hijos en tres años! ¡El problema estaba ahí!¡Si este bombazo se llega a filtrar... las acciones de Grupo Fernández se van al carajo en picada!Carlos palideció, sintiendo que el pánico le helaba la sangre.¡No! ¡Absolutamente no!Por la

—¿Qué grupo quieres revelar primero? —preguntó, acercándose otro paso hasta reducir la distancia entre ellos.Ese aroma limpio, con un dejo de cedro, flotaba sutilmente entre ellos.—Es principalmente para tratar el cáncer de pulmón —continuó Estrella—. Y permitiré la colaboración a todas las instituciones médicas que cumplan los requisitos.Vincent frunció el ceño con severidad.—Eso... provocaría una demanda masiva. Es el fruto de tu esfuerzo y la tecnología central de Azulejo. Esto no formaba parte del plan...—Revelar las ecuaciones es el primer paso, y el cebo. Lo que busco es atrapar al pez más grande.—¿Usándote a ti misma como carnada? —La voz de Vincent se oscureció, cargada de desaprobación.—Al principio investigué estas ecuaciones solo para salvar a una persona —la mirada de Estrella se suavizó—. Ahora espero que puedan salvar a más gente. Ese es verdadero propósito de todo médico.Sí, inicialmente fue para salvar al abuelo de Lucio.Un año antes de casarse con él, cuando l

—¿Es por el shock? ¿O es la reacción natural de una mujer recién divorciada?Estrella estaba comiendo sus calamares fritos con tranquilidad, sumergiéndolos en una salsa que ella misma había preparado, masticando lentamente y con elegancia.Sus hermosos ojos permanecían serenos, como un lago sin ondas, sin revelar la más mínima emoción.Lucio Fernández.Ese nombre alguna vez fue una espina en su corazón, que le dolía al menor contacto.Pero ahora, al escuchar cómo se declaraba en público por otra mujer, traicionando incluso el respeto que siempre tuvo por su abuelo,su corazón no mostró ni un solo latido de agitación.Parecía que con Amanda... iba en serio.Completamente entregado, sin vuelta atrás.Pensar que su matrimonio, que le consumió tres años de vida, no había sido más que... un chiste completo y sin sentido.—Estrella... —Beatriz la miró con preocupación, suavizando el tono—. ¿Estás... bien?Estrella alzó la mirada, encontrándose con sus ojos llenos de inquietud, y sonrió con n