All Chapters of Me Casé con el Tío de Mi Ex: Chapter 21 - Chapter 30

En los ojos profundos de Ian se reflejó el perfil confiado de Selena; por un instante, asomó un brillo de franca admiración.—Señorita Solís —dijo de pronto, cuando ella cerró un bloque de la explicación—, en el plan propone que, en la zona de unión, combine reintegración dorada con resina y refuerzo mecánico tipo grapa. Una es más flexible, la otra más rígida. ¿No chocarán en el manejo de esfuerzos?Selena se sorprendió un segundo. No esperaba una pregunta tan técnica; aquello sonaba más a diálogo entre colegas que a duda de cliente. La sorpresa le duró poco y dejó paso a una chispa de entusiasmo: por fin, alguien que le jugaba al mismo nivel.—Tocó el punto clave —sonrió—. En la tradición sí hay conflicto de tensiones. Por eso hice ajustes.Tomó del banco una lámina y señaló un detalle:—Además de las micrograpas invisibles, incorporé un microanclaje elástico —tipo espiga— fabricado en aleación con memoria de forma. Este “amortiguador” absorbe y deriva la carga externa, de modo que l

—¿“Lugar de trabajo”? —rugió—. ¡A ver si hoy te queda cabeza para trabajar!Adrián alzó la declaración como si leyera una sentencia y, delante de Selena, enumeró cada cargo palabra por palabra.—El conductor ya confesó: te señala por pagar para que lo hiciera. Y aquí está la transferencia de quinientos mil dólares.Señaló con el mentón los papeles, con la frialdad con que se mira a un condenado.—Testimonio y comprobante. Todo está. Selena Solís, ¿todavía lo vas a negar?La miró fijo, buscando en su rostro un destello de miedo, un temblor, una grieta de culpa.Nada.Selena escuchó su espectáculo, absurdo y solemne, con la misma calma que vuelve loco a un toro.Cuando él terminó, alzó la vista.Posó la mirada en la captura de la transferencia y habló, sin subir el tono:—Esta captura está manipulada.—La marca de agua del banco está corrida medio milímetro a la derecha y la opacidad no corresponde.—Y aquí —señaló la línea del supuesto routing de la cuenta offshore— citan un esquema de

—Leticia, ¿te refieres al biombo novohispano de flores y aves? —preguntó una de las señoras.—Ése mismo —respondió doña Leticia con gesto apurado—. Con las lluvias se humedeció y quedó hecho un desastre. Rodrigo está que no vive: anoche mismo se lo llevó a don Aurelio Fuentes. No sabemos si se podrá salvar.“Biombo de flores y aves”… “don Aurelio”…Al oír esas palabras, Clarisa apenas detuvo la taza en el aire. Un pensamiento le cruzó rápido por dentro.Dejó la taza, compuso una cara de preocupación y pena.—Ay, qué dolor —suspiró—. Una pieza así hay que tratarla con pinzas.Hizo una pausa, bajó un poco la voz como quien suelta un dato confidencial:—Me dijo Adrián que don Aurelio anda con un proyecto oficial y no se da abasto. Escuché que derivó el biombo a un estudio recién abierto, dirigido por una chica de veintitantos.Negó con mansedumbre.—Me preocupa don Rodrigo. Algo tan valioso en manos de alguien sin mucha experiencia…Habló justo lo suficiente para que la mesa contigua escu

Selena dejó el informe, con suavidad, sobre la mesa de piedra frente a Bruno.—Señor Linare, quizá quiera revisar esto primero.—Es el diagnóstico inicial de la pieza, lo terminé anoche.La voz le salió serena, pero con ese peso profesional que llena el aire.—Según la observación microscópica, el hongo ya está invadiendo las fibras del soporte. A la velocidad de oxidación actual, si posponen un mes, ni el mejor equipo podría revertir el daño.—Además —abrió el anexo y señaló un gráfico—, en dos hojas del biombo el blanco aplicado en aves y flores es albayalde (carbonato básico de plomo). Ya muestra incipiente ennegrecimiento. Si no hacemos desinfección y sellado profesional de inmediato, en menos de seis meses las garzas blancas van a leerse gris oscuro.Bruno se quedó oyendo, sorprendido por la terminología y la lógica hilada sin fisuras.El perito que traía empezó a sudar frío; no encontró hueco para interrumpir.—Hablar bonito es fácil —forzó Bruno, aferrado al orgullo—. ¿Cómo sé q

La noticia también alcanzó a Adrián.Fue durante una reunión de dirección en Grupo Reyes cuando el vicepresidente de inversiones en arte contó el asunto como un chiste de pasillo. Adrián lo escuchó sin pestañear y, con un gesto, pidió seguir con la agenda.Solo él notó que, al oír “doble indemnización”, el corazón le saltó una vez.Por un lado, le parecía de una torpeza infinita que Selena Solís se acorralara así por puro orgullo. Por otro, algo —que no quería admitir— le inquietó.“¿Y si… sí puede con eso?”Al terminar, llamó a su asistente.—Quiero ojos sobre el Estudio Selena Solís —dijo plano—. Cualquier movimiento, me informas. ***En la torre de Leal Holding, Roberto Díaz informó a Ian Leal:—Señor, lo de la apuesta con los Linare está en todos lados. ¿Quiere que apaguemos el ruido? Podemos marcar a la familia Linare.Con una sola llamada de Ian, el tema se aplanaba.Él no respondió de inmediato. Su celular personal vibró.Mensaje de Selena Solís:“Señor Leal, lamento que, por a