Camila, por supuesto, lo tenía claro.Si Alejandro hubiera querido darle acciones, ya lo habría hecho desde hace mucho.Llevaba tiempo pidiéndole a alguien que estuviera pendiente de los movimientos del Grupo Jiménez, y justo hoy le llegó la noticia de que Julián había pasado por la empresa y Laura renunció enseguida.Ese diez por ciento de acciones, seguramente era idea de Julián.Muy pronto, el celular de Camila volvió a sonar.Ella entornó la mirada, pensó un instante y buscó una sala pequeña, vacía y tranquila para contestar.Había ignorado a Alejandro por un buen rato, y ya tocaba dejarse ver un poco.Alejandro habló apenas la escuchó respirar:—Camila, gracias al cielo... por fin me contestaste.Se le oía alterado, sin atreverse a mostrar ni una pizca de mal genio.—¿Qué quieres? —su voz sonó fría, como si no supiera nada.Alejandro se contuvo. No podía darse el lujo de molestarse.—¿Viste lo que te envié? Puedo transferirte la mitad de las acciones que tengo. Por favor, ya no si
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