All Chapters of A ella la salvó, a mí me abandonó: Chapter 11 - Chapter 20

Al escuchar esa voz del otro lado, Sofía quedó algo aturdida.Cuando renunció a su prometedora carrera por casarse, su compañero de clase, Gabriel Morales, estaba furioso con ella.Por eso tuvieron una pelea muy fuerte.—Sofía, ¿de verdad vas a renunciar al camino que tanto te costó recorrer hasta ahora por un matrimonio sin futuro… por un futuro que ni tú misma puedes ver? ¿Has pensado que Alejandro no te ama? Si algún día se divorcian y te obligan a irte con las manos vacías, ¿qué vas a hacer entonces? ¡Sofía, te vas a arrepentir!La voz de Gabriel estaba llena de decepción y enojo. Después de un largo rato, la abrazó y suspiró pesadamente.—Olvídalo, si algún día te arrepientes, vuelve cuando quieras.En ese momento, ella estaba tan segura, creía que tal vez podría ganarse el corazón de Alejandro.Después de todo, ella y Alejandro no estaban completamente sin sentimientos.Poco después de que murió su mamá, el día de su cumpleaños número dieciocho, su papá y madrastra la echaron de

En la quietud de la noche, al escuchar el teléfono sonar, Sofía sin siquiera abrir los ojos agarró por instinto el celular de la mesa de noche.Cuando se dio cuenta de que era una llamada de Alejandro, ya era tarde.Ya había contestado.Sofía se sintió frustrada con su propio acto reflejo.Todos estos años, cada vez que Victoria descubría que no contestaba el teléfono, iba personalmente a "charlar" con ella. Por eso desarrolló el hábito de estar disponible las 24 horas.Además, a veces cuando Alejandro estaba en el extranjero cuidando a Florencia, también le llamaba en plena madrugada.La mayoría de las veces le preguntaba cosas pequeñas, como qué hacer cuando a las chicas les duele el estómago durante el período, qué marca de toallas sanitarias era mejor, o cómo hacer que una sopa nutritiva quedara más sabrosa, si al hacer unos chilaquiles debía freír primero las tortillas o echar primero la salsa...Sofía en plena madrugada era sacada del sueño por las llamadas de Alejandro, escuchán

Dentro del estudio, el asistente Nicolás estaba parado muy derecho, reportando respetuosamente la situación.—Señor García, tal como usted dijo, el Grupo Salazar que competía con nuestra compañía fracasó en su estrategia, ya declararon bancarrota. Hace una hora, tal como usted me ordenó antes, les presenté la propuesta de compra. Pero su presidente dice que quiere que usted suba el precio de compra 10 millones de dólares más.Alejandro estaba sentado relajadamente en la silla de su oficina, hojeando los documentos en su mano. Parecía haber esperado esta petición desde antes.—No. Déjalos esperar dos días más, ellos mismos van a venir a buscarnos, rogándonos que aceptemos.Al escuchar eso, Nicolás respondió que sí.Alejandro tenía su misma edad, pero era tan estratégico y siempre tan calmado, sin ninguna duda en su mente.Nicolás fue reclutado por Alejandro apenas se graduó para ser su asistente en el Grupo García. Todos estos años a su lado había presenciado más de cien batallas grande

Sofía sacó su celular y vio en la pantalla "Alejandro" parpadeando.Dudó un momento, justo iba a contestar cuando el timbre se detuvo de golpe.Sofía por instinto devolvió la llamada, pero después de dos timbres colgaron.Enseguida le llegó un mensaje."Perdón, Sofía, soy yo, Florencia. La llamada de hace rato fui yo"."Quería pedirte prestada una pijama, pero ya no la necesito. Alejandro me prestó una de las suyas".Sofía miró ese mensaje que parecía normal, pero escondía provocación.Solo sonrió.Por dentro estaba tan calmada que ni siquiera sentía nada.Florencia ya le había mandado muchos mensajes antes, todos con el mismo estilo. Parecían normales, pero aprovechaban cada oportunidad para provocar.Antes había intentado hablar de esto con Alejandro, pero cada vez que ella tenía la mínima sospecha sobre las intenciones de Florencia, Alejandro le decía con desprecio que estaba malinterpretando todo.Ahora ya casi se divorciaba, estaba dejándoles el camino libre.Si podía dejarle a la

Joana no esperaba que Sofía le respondiera, se enojó tanto que se puso roja.—¿Quién tiene la misma sangre que tú?—Es cierto. —Sofía asintió como pensativa—. No es la misma, algunas personas tienen en sus venas la sangre de un padre y su amante.Joana explotó:—¡Sofía te atreves a hablar así de mi mamá, estás loca!Gritando, Joana levantó la mano para darle una cachetada a Sofía.Sofía con rapidez le agarró el brazo.—¿Qué dije? ¿Acaso dije que tu mamá es la amante? ¿O tú solita te estás dando por aludida?Joana se quedó sin palabras.La niña rica a su lado también quedó pasmada.Solo sabía que Joana era la hija de los Herrera, no conocía su verdadera historia.Al escuchar lo que dijeron Sofía y Joana, su mirada hacia Joana cambió un poco. Se rio incómoda y apurada le quitó sus cosas de las manos.—Joana... tú sigues ocupada, y yo tengo cosas que hacer, me voy.Dicho eso, sin hacerle caso a Joana que trataba de detenerla, se fue casi corriendo.—Espera...Joana vio a la niña rica alej