Shari Shari No Mi

The last time I argued with my husband, he slammed the door on me and left. I was so upset that I died from a heart attack. Meanwhile, he took his lover and her son traveling to take his mind off things. The entire time, our daughter, who was just a child, was abandoned at home for seven days with my corpse. At last, when Eliott remembered me and my daughter, he returned home to see my corpse. Having fallen sick, my daughter was all skin and bones. When Eliott realized his mistake, he hugged our daughter tightly and broke down crying in front of my grave. My daughter pulled away from him and hid behind my gravestone. She hissed sharply at him, “Who do you think you are? Don't disturb Mommy’s rest!”

A year after my divorce, my ex-husband, Harvey Fisher, pings me in a group chat. "This cold war has gone on for long enough. Come home—let's remarry." I reply, "Have you lost your mind?" Everyone in the group chat tries to convince me to take Harvey back. Meanwhile, he asks, "What have you been doing without me in your life?" I turn to look at my current husband, who's putting our child to sleep. I reply, "Recovering after having a child." The group chat members are initially excited, but they instantly fall silent at my words. Harvey angrily calls me countless times, but I ignore him. His mind is not the only thing he's lost—he's also lost the young woman who once loved him more than life itself.

La chica que le gusta a mi hermano me acusó falsamente de bullying. Mi hermano, el mismo con quien había compartido todo desde siempre, en un arrebato de furia, me mandó a un convento para que me corrigieran. Con el tiempo, me volví la hermana perfecta que él siempre había soñado: callada, obediente, sin deseos propios. Pero cuando leyó mi historial médico, perdió la razón. —¡Natalia, por favor... llámame hermano una vez más!

Con solo mencionar los preparativos de la boda, el primer amor de mi prometido salió corriendo en llanto. Luis Enrique me abofeteó con tal fuerza que caí al suelo, mirándome con odio puro: —¿Tan desesperada estás por casarte, Gabriela? ¿Tan patética que necesitas forzarme a esto?¡Posponemos la boda otra vez! Me llevé la mano a la mejilla ardiente, pero ni siquiera latió más rápido mi corazón. Con esta, ya eran ocho postergaciones. De los 28 a los 30 años, esperé en vano una respuesta. Esta vez, hice las maletas en silencio para salir. Al fin entendí: este matrimonio nunca debió existir.

El día del control prenatal, mi esposo Emilio estaba ocupado en el trabajo, pero su amiga de la infancia, con quien llevaba años de coqueteo, Laura se ofreció a llevarme en auto. En el camino, de pronto giró el volante y el vehículo se estrelló de lleno contra la parte baja de un camión de carga; la carrocería quedó aplastada al instante. No llamé a mi esposo, que era médico de urgencias, sino que marqué al servicio de emergencias y esperé el rescate, solo porque, en mi vida anterior, lo primero que hice fue llamarlo para que me llevara al hospital. Al final, el bebé se salvó, pero Laura murió en el acto por la gran pérdida de sangre. Él decía que no me culpaba, que me recuperara tranquila, incluso me consiguió una habitación individual en el hospital. Pero el día del alta, me llevó a la tumba de Laura, allí, me clavó un cuchillo en el vientre; el bebé murió y yo quedé al borde de la muerte. Sus ojos estaban llenos de un odio encendido, y, ante mis súplicas, solo dijo con frialdad: —¡Si no hubieras girado el volante a propósito, Laura no habría muerto! ¡No creas que por fingir inocencia voy a creerte! Ojo por ojo: ¡quiero que la acompañes en la tumba! ¡El dolor que ella sufrió antes de morir, tú lo vivirás diez veces... cien veces más! Giró el cuchillo con fuerza, una y otra vez, atravesando mi cuerpo. La sangre salpicó sobre la lápida, tiñendo de rojo el nombre de Laura. Cuando abrí los ojos, estaba de vuelta en el lugar del accidente.

En la etapa terminal de mi insuficiencia renal, mi esposo le dio a mi hermana menor el único riñón que se adaptaba a mí. Rechacé la propuesta del médico de seguir esperando por otro riñón y me di de alta anticipadamente. Después de tanto dolor y desilusión, ya no tenía fuerzas para seguir luchando. Le entregué a mi hermana menor toda la fortuna que había construido durante estos años y, por fin, pude ver a mis padres sonreírme. Mi esposo quería cuidarla día y noche sin descanso. Pero yo solo no me enojé, sino que le aconsejé que fuera muy atento con ella. Incluso, cuando mi hijo dijo que quería que mi hermana fuera su mamá, también asentí sonriendo. Todo salió como ellos querían... entonces, ¿por qué ahora se arrepentían?

Adetola tomba amoureux d'une femme très belle, d'une beauté incontournable nommée Abéni Ifé. Cette dernière faisait la prostitution lorsque Adetola l'avait rencontré. Il était fou amoureux de cette Abéni jusqu'au point où il n'arrivait plus à rien faire. Abéni laissa le passé derrière elle et décide de refaire sa vie avec Adetola. Mais comme vous connaissez les mères, la mère de Adetola n'avait pas approuvé cette relation. Elle était catégoriquement contre cette relation. Elle ne voulait pas que son fils unique se marie avec une prostituée. Malgré tout ce que son fils l'avait dit, elle avait refusé de revenir sur sa décision. Adetola arrivera-t-il à se marier avec Abéni ?

Mi prometido me pidió matrimonio en un puestito callejero, pero a ella le juró amor eterno en un yate de lujo. A 48 horas de la boda, lo dejé.

. . . (Past is past. Future is future. The Present is who I am now.) BORN WITH UNUSUAL GREEN EYES AND BLACK WINGS. A CHILD OF A BEAST. HIDDEN FROM THE OUTSIDE WORLD. Cyan just wanted to be normal and to be treated normal for her entire life. Unfortunately, she wasn't born fully human. Being like that, she didn't experience a normal life, in fear of getting found out by others. One afternoon, out for a walk, she encountered a woman, but she was someone who have the same green eyes and black wings as her. Also claiming to be someone who will take Cyan where she truly belongs. However, that was not only that. The woman told her that there were enemies that also want her for actually being the daughter of a General with unknown whereabouts, and a war between their own kind was brewing. A war that had stopped long ago and was starting again. In order to track her father who left her since birth and to keep her human mother safe from danger, she had no choice but to go with the woman. Now, she was caught with all the troubles she didn't know would come to her. TRIGGER WARNING/ CONTENT GUIDELINES: This story contains mild to strong language and deceptions of violence that may be triggering and not suitable for some readers.

WARNING: THIS BOOK MAY CONTAIN STEAMY AND MATURE SCENES WHICH IS STRICTLY NOT FOR KIDS OR UNDER 18+ Life in the Ember Pack seemed ordinary—until Annatoria, the Luna, was accused of infidelity by her husband, the Alpha. Infidelity was the last thing Anna would ever consider, even in a failing marriage. Yet there she stood, publicly shamed and branded a whore. A cruel setup led to her rejection and banishment, leaving her broken and alone. For three long years, Anna struggled to survive, enduring hardship after hardship. But with the help of Alpha Asher—a close friend who secretly harbored feelings for her—she rose from the ashes. Now, as a powerful Alpha in her own right, she’s the talk of the shifter world. On the day she returns to the Ember Pack to reclaim her son, fate strikes once again. As she nears the pack gates, a deep, familiar growl sends shivers down her spine. “You’re my mate.” Her wolf stirred. “What is that scent?” A mate? How did the “banished” Annatoria gain the power to walk into the pack unchallenged? And who is the wolf claiming her as his?