공유

Capítulo 05

작가: María José Martínez López
Justo cuando el jefe se preparaba para salir de la oficina, Leandro lo interceptó en la puerta, sin aliento.

—¿Vanesa… Vanesa renunció?

El jefe lo miró, sorprendido.

—¿En serio no lo sabías?

—Hoy se presentó temprano y dijo que quería renunciar. Insistió en que no tenía nada que ver contigo. Dijo que más adelante te lo explicaría.

Leandro se quedó inmóvil.

De pronto, su cabeza se llenó de escenas donde ella había intentado hablar con él… pero él, como siempre, estaba demasiado ocupado mirando a Clarisa.

Ese mismo día, incluso la defendió delante de Vanesa.

Todo el día, y ni una sola palabra con ella. Ni una oportunidad.

Solo Clarisa. Solo ella llenaba su campo de visión.

Leandro agarró al jefe por los hombros, con urgencia.

—¿Sabes adónde fue? ¿A qué ciudad? ¿Te dijo algo?

El jefe se zafó con fastidio.

—Ya no trabaja aquí. ¿Cómo voy a saberlo? Llámala tú.

Leandro bajó la cabeza, sin saber qué hacer.

Se sentó solo en la sala de reuniones. Por un largo rato no dijo nada.

En su mente empe
이 책을 계속 무료로 읽어보세요.
QR 코드를 스캔하여 앱을 다운로드하세요
잠긴 챕터

최신 챕터

  • 52 Veces Despedida   Capítulo 09

    Después de todo este circo, le dejé claro a todos en el bufete:No más relaciones. No más hombres.Nada, absolutamente nada, es más importante que mi carrera.Leandro nunca volvió a aparecer. Supuse que regresó a Santa Lucía del Valle.Mientras tanto, yo seguía creciendo en Ciudad Encina. Caso tras caso, fui construyendo mi nombre. Poco a poco, me volví una abogada reconocida dentro del círculo legal.Un día, por accidente, algunos colegas se enteraron de que mis padres eran los fundadores del bufete.Temí que pensaran que era una “hija de papi”. Pero en lugar de eso, todos sonrieron:—¡Con razón! Se nota que tienes alma de jefa.—¡Solo unos padres brillantes pueden criar a una hija así!Sus palabras me aliviaron. Me hicieron sentir que sí, lo había hecho bien.Aproveché mis vacaciones para recorrer nuevos lugares.En verano, me bronceé bajo el sol en las playas de Bahía del Sol.En otoño, exploré los colores intensos de los valles de Monte Claro.En invierno, me quedé en casa junto a

  • 52 Veces Despedida   Capítulo 08

    Pensé que, después de lo que pasó, Leandro se iría de Ciudad Encina.Pero no. No solo no se fue, sino que, no sé cómo, convenció a una compañera mía —alguien que creía de mi confianza— para que lo ayudara a tenderme una trampa.Cuando llegué al parque donde nos habían citado, me quedé paralizada.Era fin de semana, el sol brillaba… pero al verlo, el buen ánimo se me fue al suelo.Leandro había recreado nuestra primera boda.Vestía el mismo traje que yo le mandé a hacer a medida, el que jamás usó porque esa ceremonia nunca ocurrió.Estaba ahí, sonriendo, con los ojos brillantes, esperándome frente a un altar improvisado sobre el césped.—Vanesa, ¿te casarías conmigo? —preguntó, como si el tiempo no hubiera pasado.Alrededor, varios compañeros del bufete comenzaron a corear:—¡Di que sí! ¡Di que sí!Una oleada de rabia me subió desde el estómago hasta la garganta.¿De verdad creía que después de todo esto, yo iba a caer otra vez?¿De dónde sacaba esa seguridad?Leandro tenía la mirada il

  • 52 Veces Despedida   Capítulo 07

    Leandro no dijo nada. Solo se empeñó en meterme la pulsera en la mano.—Tómala, por favor. Es tu pulsera favorita.—No tiene ningún otro significado… solo quiero que estés bien.Miré el objeto, ya reparado, ahora en mi mano, y solté una risa amarga.—¿De verdad crees que me importa esta pulsera rota?Y sin pensarlo dos veces, la arrojé al basurero justo frente a sus ojos.¡Crash!El sonido de los pedazos volviendo a quebrarse llenó el pasillo.Leandro abrió los ojos de par en par. La boca entreabierta. Sin palabras.—¿Sabes por qué antes la cuidaba tanto? Porque te amaba. Por eso, cualquier cosa que me dieras, la atesoraba.—Pero ahora… ahora te detesto. Y todo lo que venga de ti, me da asco.Lo vi. Vi cómo se le humedecían los ojos. Vi cómo intentaba disimularlo, frotándose la comisura del ojo.Era la primera vez que lo veía llorar.Yo, en cambio, ya había llorado demasiado por él.Lloré cuando lo golpearon por seguir un caso hasta las últimas consecuencias.Lloré cuando logró comprar

  • 52 Veces Despedida   Capítulo 06

    Cuando llegué a Ciudad Encina, ya era de madrugada.Mis padres, que se acuestan temprano desde siempre, estaban en la salida de la terminal, buscándome de un lado a otro con ansiedad.En cuanto los vi, corrí directo a sus brazos.—Papá… mamá… —mi voz se quebró apenas abrí la boca.Mi papá acarició mi cabeza con ternura y sonrió con alivio.—Ya estás en casa, Vanesa. Ya estás en casa.Todo en casa seguía como cuando me fui. Después de dos días de descanso, comencé a trabajar en el bufete que fundaron mis padres.Ellos, siempre discretos, no dijeron a nadie que yo era su hija. Así que, como todos, tuve que empezar desde abajo.Nada de privilegios. Si no pasaba el período de prueba, me iría.Pero, curiosamente, esa honestidad me hacía sentir bien.Después de tanto tiempo, por fin estaba viviendo para mí.Si pude ser de las mejores en Santa Lucía del Valle, también podría hacerlo aquí, en Ciudad Encina.Tres meses después, superé el período de prueba.Cuando mis padres lo supieron, me espe

  • 52 Veces Despedida   Capítulo 05

    Justo cuando el jefe se preparaba para salir de la oficina, Leandro lo interceptó en la puerta, sin aliento.—¿Vanesa… Vanesa renunció?El jefe lo miró, sorprendido.—¿En serio no lo sabías?—Hoy se presentó temprano y dijo que quería renunciar. Insistió en que no tenía nada que ver contigo. Dijo que más adelante te lo explicaría.Leandro se quedó inmóvil.De pronto, su cabeza se llenó de escenas donde ella había intentado hablar con él… pero él, como siempre, estaba demasiado ocupado mirando a Clarisa.Ese mismo día, incluso la defendió delante de Vanesa.Todo el día, y ni una sola palabra con ella. Ni una oportunidad.Solo Clarisa. Solo ella llenaba su campo de visión.Leandro agarró al jefe por los hombros, con urgencia.—¿Sabes adónde fue? ¿A qué ciudad? ¿Te dijo algo?El jefe se zafó con fastidio.—Ya no trabaja aquí. ¿Cómo voy a saberlo? Llámala tú.Leandro bajó la cabeza, sin saber qué hacer.Se sentó solo en la sala de reuniones. Por un largo rato no dijo nada.En su mente empe

  • 52 Veces Despedida   Capítulo 04

    Clarisa ya no tenía ni rastro de alcohol. En la habitación apenas quedaba encendida una lámpara. Bajo la luz tenue, llevaba un vestido de tirantes corto y delgado. Se acercó a Leandro, deslizando la mano por su pecho.—Leandro…Sin embargo, él le apartó la mano con brusquedad.—No me molestes.Una sola frase, helada. A Clarisa se le congeló la sonrisa en el rostro.Del teléfono de Leandro salía la misma frase una y otra vez:«El número al que llama está apagado.»Ya no sabía cuántas veces había llamado. Nadie contestaba.—No puede ser… Vanesa seguro está enojada y se fue a dar una vuelta. Solo eso —murmuraba sin parar, hasta que de pronto se levantó de golpe—. Sí, seguro está en casa. Seguro me está esperando.Se puso los zapatos con apuro y salió corriendo, ignorando por completo la voz de Clarisa que lo llamaba desde atrás.Manejó como un loco, saltándose varios semáforos. Cuando al fin llegó al departamento, abrió la puerta de golpe, siendo recibido por una oscuridad total

더보기
좋은 소설을 무료로 찾아 읽어보세요
GoodNovel 앱에서 수많은 인기 소설을 무료로 즐기세요! 마음에 드는 책을 다운로드하고, 언제 어디서나 편하게 읽을 수 있습니다
앱에서 책을 무료로 읽어보세요
앱에서 읽으려면 QR 코드를 스캔하세요.
DMCA.com Protection Status