LOGINShare
Capítulo 5
Latest chapter
Al final, ambos saldremos heridos Capítulo 12
Cuando me senté junto a Leandro, escuché a unos que cuchicheaban a mi lado, diciendo que Valeria ya tenía tres meses de embarazo.Contando bien, fue justo cuando yo todavía no me había ido de Puerto Azul.Decían que ya no iban a intentar más con la fertilización in vitro, pero en realidad me estaban mintiendo.Solté un leve resoplido, y Leandro me tomó la mano con fuerza.Unos que nos vieron juntos se rieron y bromearon, entonces yo, abrazándolo del brazo, presenté:—Este es mi esposo, Leandro Serrano, es abogado.Nunca pensé que ese accidente haría que Santiago quedara completamente postrado en una silla de ruedas.Dicen que también perdió la movilidad en las manos.Para un cirujano, eso es peor que la muerte.En el escenario, Valeria le preguntó si quería casarse con ella.Pero Santiago solo giró la cabeza, aunque a mí me dio la impresión de que en realidad estaba mirando hacia mí.De repente, sentí una oleada de náusea.—¿Qué pasa? —preguntó Leandro.Negué con la cabeza:—No sé, me
Al final, ambos saldremos heridos Capítulo 11
¿Santiago había llegado a esta ciudad? ¿Y había tenido un accidente por exceso de velocidad?—¿Señorita Ruiz? ¿Me escucha? —La voz de la enfermera me sacó del ensueño cuando, después de un rato sin responder, volvió a hablar.Respiré hondo, con un nudo en la garganta y mil emociones revueltas, pero le respondí con firmeza:—Disculpe, ya no estoy con él. Hoy me caso y no puedo ir. ¿Podría contactar a algún familiar o amigo cercano?Colgué sin esperar respuesta.Aunque intuía que la llegada de Santiago a esta ciudad tenía que ver conmigo, como dije, ya no éramos nada. No podía ni quería involucrarme más.Además, él tenía a tanta gente a su alrededor, no le hacía falta yo.La boda era un hervidero de gente, familiares y amigos llenaban el salón.Vestida con un vestido largo de cola, tomé el brazo de mi abuelo y, paso a paso, me dirigí hacia Leandro.Mi abuelo siempre había esperado que encontrara alguien con quien compartir la vida. Pero al ver ese día llegar, vi sus ojos vidriosos, emoci
Al final, ambos saldremos heridos Capítulo 10
En ese momento él solo me abrazaba, jugando con mis dedos uno por uno:—Si soy yo quien se va a casar contigo, pues naturalmente me toca preparar todo.La verdad, Santiago no había dejado de intentar contactarme todo ese tiempo.Al principio yo colgaba, pero después, cansada de tanto acoso, cambié de número y ya no recibí más llamadas de él.La siguiente vez que supe algo de él fue tres días antes de la boda con Leandro.El día de la boda, Leandro y yo salimos temprano rumbo al hotel para cambiarnos y arreglarnos.Él dejó que sus padres recibieran a los invitados y se quedó pegado a mí, sin despegarse ni un paso.Mientras estaba frente al espejo del maquillaje, noté que Leandro no paraba de mirarme, concentrado.Curiosa, le pregunté:—Leandro, con todo lo que tienes preparado, seguro no esperaste hasta que yo llegara para empezar, ¿verdad?Él tosió suave, desviando un poco la mirada.Aunque no lo dijo con palabras, su evasión me hizo intuir la verdad.Leandro giró la cabeza y, al ver m
Al final, ambos saldremos heridos Capítulo 9
Rápido me tapé la boca del abuelo, escupiendo unas cuantas veces, con los ojos llenos de desacuerdo:—Que vivas muchos años, abuelo, no se vale andar diciendo esas cosas negativas.Al recordar sus palabras, me invadió una profunda culpa:—Perdóname, abuelo, todo es culpa mía. Ya no me iré, ¿quieres? Me quedaré contigo siempre, ¿sí?Pero él negó con la cabeza de inmediato:—¡Qué tonterías dices! Yo todavía espero que te cases. Solo cuando te vea feliz podré irme tranquilo con tu abuela y tus papás.Al oír eso, un nudo se me formó en el pecho.Sabía que algún día el abuelo me dejaría, pero aún así deseaba que ese día tardara en llegar, que fuera mucho más tarde.Después de un rato, el ambiente se fue calmando.El abuelo me miró con nostalgia:—Has crecido, te has puesto delgada, has cambiado.—No importa cómo cambie, siempre seré tu nieta —le respondí.Me apoyé en su hombro y por fin sentí la calma dentro de mí.El abuelo soltó una risa profunda, pero pronto recordó mi boda y frunció el
Al final, ambos saldremos heridos Capítulo 8
Después aprendí una palabra: “asexualidad”. Me pareció que encajaba perfecto con Leandro.Pero ahora él me dice que me quiere.Solo con mirar mi cara, supo que seguramente estaba pensando en mil cosas raras, y se rió mientras despeinaba mi cabello:—Isadora, ¿no te has dado cuenta que solo tú puedes estar a menos de tres metros de mí? ¿No notas que siempre pienso en ti?Lo miré sorprendida:—¿Ah? ¿No será porque me ves como a una amiga normal?Leandro puso una expresión de quien no entiende cómo no aprendo:—Para mí nunca fuiste solo una amiga desde pequeño, siempre tuve... algo más, una expectativa que no me atreví a decir en voz alta.¿Me estaba confesando su amor? Yo, que ya no soy una jovencita, terminé ruborizada, con el corazón golpeando como si fuera la primera vez.Él notó mi vergüenza y ya no siguió molestándome, solo me acompañó hasta casa.Las casas de mi familia y la de Leandro quedan muy cerca, así que siempre tomamos el mismo camino.En el elevador estábamos callados, tra
Al final, ambos saldremos heridos Capítulo 7
Lo vi irse, y luego eché un vistazo al desorden sobre la mesa. Mi vuelo salía en tres horas, así que tomé mi abrigo y la maleta, dispuesto a salir.Pero ya en la entrada, di media vuelta y regresé a la recámara.Dejé una nota para Santiago.—Santiago, hasta aquí llegamos. Te deseo felicidad junto a Valeria.***Antes de abordar, vi que Valeria actualizó su estado en redes.Era una foto de Santiago de espaldas, con el delantal puesto.Le di me gusta y recibí un mensaje suyo."Isadora, ¿cómo quieres competir conmigo por el lugar que ocupo en el corazón de Santiago? Con solo una palabra, él dejaría todo para estar conmigo. ¿Qué tienes tú para rivalizar?"Sonó el anuncio del embarque por los altavoces del aeropuerto. Sonreí y le escribí esto:"Claro que sí, entonces te cedo el puesto. Les deseo toda la felicidad del mundo a ti y a Santiago. Cuando se casen, mándame la invitación, que yo les mando el regalo."Bloqueé y borré. Ya no había necesidad de seguir en contacto con Valeria ni con Sa
