LOGINShare
Capítulo VII
Latest chapter
Cuando el Amor se Convirtió en Recuerdo Capítulo VII
-Estoy segura de que el Juan de 18 años me amaba como a su vida, pero el Juan de 28 años ya no. Juan, con el tiempo, recuperarás la memoria.-No, no quiero.- Juan, con los ojos llenos de lágrimas, me agarraba la muñeca con fuerza. -Juan, la gente siempre prefiere lo nuevo a lo antiguo. - Extendí la mano y despeiné su cabello.-Déjame ir, y déjate ir, ¿de acuerdo?Juan, al ver mi determinación, sonrió amargamente, mientras las lágrimas le caían.-Alenita, te amo, no puedo vivir sin ti.Le solté la mano. -Juan, es cierto que me amabas a los 18 años, pero es verdad que amabas a Alejandra a los 27 años. He llamado a tu padre, y está de camino. No vuelvas a la ciudad de Sierra.-Mis padres me presentaron a alguien muy bueno, y si todo sale bien, me casaré con él.-Alenita, ¿lo amas?-Lo importante es que es bueno conmigo.-Alenita, ¿realmente lo amas?-Es muy hogareño, y me hace sentir tranquila.-Alenita, dime la verdad, ¿lo amas?-A mis padres les agrada mucho, y eso tiene valor para mí
Cuando el Amor se Convirtió en Recuerdo Capítulo VI
Se derrumbó en el suelo, colapsado en llantos. No dije nada más. Ya no quería verlo. Cuando cerré la puerta, Juan de repente me habló: -Alena, ódiame.Negué con la cabeza.-Ya no te odio. Cuando me fui con mis cosas, y encontré las cartas de amor escritas a mano, dejé de odiarte. Siempre dicen que lo opuesto al amor es el odio, pero en realidad están equivocados: lo opuesto es la indiferencia. -No digamos adiós. Espero que nunca más nos volvamos a ver.Él se quedó fuera durante mucho tiempo. Pensó: "Probablemente, nadie amaría jamás al Juan de 18 años tanto como lo había hecho la Alena de 27."***Un año después. Al día siguiente de mi cumpleaños, de repente recibí la llamada de Juan. Como no nos habíamos visto desde nuestra última despedida, por si era una emergencia, por una compasión humana básica, contesté su llamada. "¡Ay, las mujeres siempre somos tan compasivas!""Siempre somos tan compasivas, tan compasivas, siempre llorando hasta que amanece..."¡Basta!Al contestar, m
Cuando el Amor se Convirtió en Recuerdo Capítulo V
Un arrepentimiento que había tardado mucho en llegar me inundó como una marea al ver las canas de mi padre y las arrugas alrededor de los ojos de mi madre.En aquel entonces, por amor, hice lo que me dio la gana, sin considerar a mis padres, que envejecían. Al mirar atrás, me di cuenta de que había desperdiciado mucho tiempo que podría haber pasado acompañándolos.La vida en casa de mis padres era muy tranquila: al despertarme ya había comida, y tardaba solo diez minutos en llegar a casa tras el trabajo.Resultaba irónico que viviendo con mis padres, prácticamente yo nunca entrara en la cocina, ya que ellos metieron los platos en el lavavajillas, ni mucho menos cocinara.Mis padres siempre pensaron que no era necesario que yo hiciera esas cosas. Mi madre decía: - A una hija hay que criarla con delicadeza.Mi padre decía: - A una hija hay que criarla con abundancia.Pero nunca imaginaron que yo había sido la sirvienta de Juan durante diez años.***Una vez más, colgué la llamada de
Cuando el Amor se Convirtió en Recuerdo Capítulo IV
Juan aún no podía creer que la relación de dos personas tan unidas llegara a este punto.A fin de cuentas, todavía no podía aceptar que yo hubiera dejado de amarlo de repente.Pero lo que él no sabía era que en todas aquellas noches en las que me abandonó por Alejandra, me quedaba sentada sola hasta que amanecía. Una y otra vez, me esforcé por extirpar el amor y el dolor que sentía por él.Él no entendía por qué yo permanecía en silencio, solo llorando. Pero sabía que si no hacía algo, ocurriría algo que no podría soportar.-Alenita, traspasaré todas las acciones de mi empresa a ti, bajo tu nombre. Lo mismo con las propiedades y los fondos. Te lo suplico, de verdad sé que es mi culpa. Aquí están los documentos para que firmes. Yo no quiero nada. ¡De veras!Juan aferraba los documentos con fuerza, con los ojos enrojecidos. Suspiré, -Juan, me conoces, soy una persona muy terca. Sabes que cuando me gradué, decidí dedicarme a acompañarte, y aunque mis padres vinieron en coche a obligarm
Cuando el Amor se Convirtió en Recuerdo Capítulo III
Juan miraba al hombre con sorpresa, intentando cubrir a Alejandra con su cuerpo. De un tirón, la llevé frente al hombre.-Jorge, usted celebró una boda miserable con Alejandra, y si no era verdad, ¿por qué su esposa quería ponerse el vestido de novia de una joven como yo?-A mí no me importa, pero por el bien de su matrimonio, Jorge, yo le sugiero que hay cosas en las que se puede ahorrar y otras en las que no.No dejaba de tratarle de "usted", viendo cómo la expresión del hombre se volvía tensa y rígida, y poco a poco se ensombrecía de ira.Alejandra intentó explicarse con ansiedad, pero el hombre la dio una bofetada tan fuerte que la derribó al suelo. "¡Uy! ¡Estupendo! Por dentro me siento eufórica. Has presumido tanto delante de mí, como si fuera una idiota."-Por cierto, Jorge, cuando estás libre, podría prestar atención a la vida cotidiana de su esposa. Dicen que a menudo ella sale de noche con su hijo y nunca regresa a casa.-Yo personalmente confío en tu hijo, pero los rumor
Cuando el Amor se Convirtió en Recuerdo Capítulo II
"¿Me escapo? ¡Qué broma! ""Hasta ahora, todavía Juan cree que estoy haciendo un berrinche."Ya no quería discutir más. Intenté irme con mi maleta. Él se me acercó para agarrarme del brazo, pero me aparté instintivamente. A lo mejor mi movimiento evasivo fue tan obvio. Juan estaba furioso, y dio una patada a la mesa.Yo simplemente me fui sin volver la cabeza. Cuando yo abrí la puerta, Juan me gritó con rabia:-¡Te deseo que encuentres a alguien mejor que yo!Sentía un nudo en la garganta como si me estuvieran estrangulando."Juan, eres tú quien quiere encontrar a alguien mejor que yo. Y ahora te lo concedo."***Antes de irme de la ciudad de Alma, mi mejor amiga decidió organizar una despedida.Aunque había trenes de alta velocidad y aviones, todos sabían que esta vez al irme, probablemente no regresaría.Al final de la despedida, de repente me encontré con Alejandra agarrada del brazo de Juan. Por primera vez, observé detenidamente a Alejandra: joven, llena de vigor, con dos ho
You may also like
