Share

Capítulo 151

Author: Juan Pérez Rodríguez
Si Zoraida ya está enamorada de otro hombre, ¿cómo lo miraría con los mismos ojos? ¿Qué mujer decente puede enamorarse de tantos a la vez?

Elías sonrió con esa actitud despreocupada que lo caracterizaba.

—Además, Sebastián, no somos como tú. Tú estás bien clavado con Inés, por eso quieres saber si ella también siente lo mismo. Pero yo no estoy enamorado de Zoraida, así que, ¿qué me importa si me quiere o no?

Al fin y al cabo, aunque Zoraida no lo quisiera, seguía atada a él, seguía siendo su esposa.

Sebastián torció apenas los labios, observando con calma ese aire indiferente en el rostro de Elías.

—Lo que dices es cierto. Tú y Zoraida no son como Inés y yo.

—Yo amo a Inés. Y por eso, cuando la veo sufrir, aunque yo mismo esté pasando un infierno, me duele, y trato de ayudarla en todo lo que pueda, aun sabiendo que Emiliano la traicionó, aunque los celos me consuman, lo único que quiero es destruir esa unión para que ella pueda ser feliz.

—Tú eres distinto. No amas a Zoraida. Por eso p
Continue to read this book for free
Scan code to download App
Locked Chapter

Latest chapter

  • De Su Amor a Su Venganza   Capítulo 165

    —Yo pensaba que solo una enemiga podía ser tan cruel, pero resulta que quien me lo dice es mi madre.Inés dio un paso tras otro hacia Mirna, con el rostro lleno de desconcierto.—Pero señora, no basta con no abandonar a una hija para ser madre. Una madre debe cuidar la salud de su hija, proteger su corazón y su dignidad. Dígame con la mano en el corazón, ¿de verdad lo hizo?—Durante trece años en la casa de los Cornejo no dejó de humillarme, de usarme como comparación para resaltar a los demás.—Decía que no estaba a la altura de Mariana, que no merecía a Emiliano. Y ahora pretende que yo me someta a Sebastián, que me incline ante él. En el fondo todo se reduce a lo mismo: usted cree que no valgo lo suficiente para estar a su lado, que debo vivir con la cabeza gacha, como si hubiera nacido para lamer las botas de los demás.—Hubo un tiempo en que, bajo su influencia, llegué a creerlo. Me callaba los agravios, me tragaba las injusticias, convencida de que debía aguantar. Hasta que algui

  • De Su Amor a Su Venganza   Capítulo 164

    Mirna miró a Inés con toda la seriedad de una madre que cree estar educando a su hija.—Inés, compórtate bien. Cuando volvamos al salón, pide disculpas a Don Federico y muéstrale respeto junto con Sebastián. Así la cooperación entre el Grupo Altamirano y la familia Cornejo podrá reanudarse. No pongas trabas de por medio.—Ya te casaste con Sebastián, tienes que ser una buena esposa, su apoyo incondicional. En los negocios los hombres deciden lo importante, pero a veces una mujer influye demasiado. Si la gente lo nota, van a decir que yo, como madre, que no te eduqué bien.Inés no respondió, porque conocía demasiado bien a su madre. Sabía que todavía no había terminado.Y efectivamente, al instante Mirna volvió a abrir la boca, ahora para mencionar a Emiliano.—Inés, Emiliano pronto se comprometerá con Mariana. Aunque antes tuvisteis roces, al final ustedes dos ocupan el lugar de sus mayores. Convence a Sebastián de que sea tolerante. Ya sabes que Mariana tiene mal carácter. Tolérala, a

  • De Su Amor a Su Venganza   Capítulo 163

    Pero Inés no sintió en absoluto aquella supuesta presión. Al contrario, al mirar a Sebastián, la ansiedad que la consumía por dentro se desvaneció como si alguien hubiera acariciado su corazón.Mirna, en cambio, no pudo contener la impaciencia.—Sebastián, no deberías decir eso.—No pasa nada, tienes razón —intervino Don Federico.Don Federico Cornejo interrumpió a Mirna y, sorprendentemente, no mostró enfado alguno.—Sebastián, tu forma de defender a Inés demuestra tu lealtad y nobleza. Eso hace que te aprecie aún más.Con voz firme añadió.—Lo de hoy fue un error mío. Solo pensé en que el gesto entre tú e Inés resultara impecable, y olvidé los sentimientos por quien ya no está entre nosotros.—Espero que este malentendido no te genere resentimiento hacia mí. Te prometo que, de ahora en adelante pensaré con más cuidado cada decisión.El tono de Don Federico no tenía el aire autoritario propio de un mayor frente a un joven. Era afable, hasta humilde.***Inés sentía que aquel almuerzo

  • De Su Amor a Su Venganza   Capítulo 162

    Inés nunca imaginó que Emiliano aparecería también en el almuerzo. Y menos aún esperaba que Don Federico, quien siempre había sido tan severo y exigente, al ver a Sebastián no pudo contener la sonrisa en el rostro.El almuerzo comenzó enseguida. Don Federico se sentó junto a Sebastián, le llenó la copa con afecto y se desvivió en atenciones.Por su parte, Emiliano se sentó al lado de Inés, mencionando de paso recuerdos de la infancia en la familia Cornejo. Eran memorias compartidas solo entre él e Inés, sin relación alguna con Sebastián.Inés frunció el ceño, sin ganas de seguirle la conversación. Fue entonces cuando Sebastián tomó la copa que tenía a mano.—Hoy el almuerzo es para presentarme oficialmente ante los mayores de Inés. Empecemos con la tradición de inmediato.Sus palabras iban dirigidas a Mirna, que no había dicho palabra. Sebastián se preparó para brindar en honor de Mirna y pedir su bendición como suegra, dejando explícitamente fuera a los Cornejo.Al verlo, Mirna se lev

  • De Su Amor a Su Venganza   Capítulo 161

    Emiliano se acomodó las gafas de montura dorada y respondió con voz suave.—Mariana tenía cita en el salón de belleza para hacerse un tratamiento de cicatrices en la espalda. No quería que la viera en un mal momento, así que insistió en ir sola. Y yo sabía que hoy era el día en que los Cornejo recibiríamos oficialmente a Inés y a Sebastián, así que, como parte de esta familia, también quise venir a ayudar.—Bien, ve al baño y acomoda las flores que van en la mesa —ordenó Don Federico después de mirarlo con ojos entrecerrados.—Emiliano, cuando empiece el almuerzo, yo intentaré presionar un poco a Inés para que reanude la cooperación. Ya que viniste, podrías echarme una mano —añadió Mirna, forzando una sonrisa tierna mientras le hablaba en tono cariñoso.Qué ridículo todo.Antes no le importaba lo más mínimo Inés, y ahora que ella estaba casada con Sebastián, Mirna —su propia madre— la usaba como ficha de negociación.Pero Mirna no sabía nada. Ignoraba que Inés y Sebastián solo mantenía

  • De Su Amor a Su Venganza   Capítulo 160

    En realidad, que un hombre se quitara la camisa y que cualquiera lo viera no tendría nada de especial.Pero ese hombre era Sebastián Altamirano.Y para Inés, los hombres bien vestidos, con traje y corbata, siempre habían sido su punto débil.Peor aún: desde la charla que había tenido con Zoraida días atrás, la manera en que miraba a Sebastián había cambiado por completo. Y justo coincidía que, desde entonces, él parecía haber encontrado un manual secreto para el amor, dedicándose a practicarlo con disciplina.En esos días, ya fuera en sus gestos o en su manera de hablar, se había vuelto aún más provocador que antes. Tanto que Inés sentía que su razón estaba al borde del colapso.Como ahora: Sebastián desabrochaba, uno a uno, los botones de su camisa, dejando al descubierto sus pectorales firmes, los abdominales marcados y la línea perfecta de su espalda. A Inés le ardía la cara, sintiendo que en cualquier momento le sangraría la nariz.Era una mezcla insoportable de dolor y placer.Seb

More Chapters
Explore and read good novels for free
Free access to a vast number of good novels on GoodNovel app. Download the books you like and read anywhere & anytime.
Read books for free on the app
SCAN CODE TO READ ON APP
DMCA.com Protection Status