MasukSeis meses después.Me encontraba de pie frente al ventanal.Mi pie derecho ya no necesitaba muletas.—La recuperación ha superado con creces las expectativas. El doctor se quitó las gafas.—Aunque ya no podrá soportar el entrenamiento intensivo de una bailarina, caminar con normalidad no será ningún problema.Esos seis meses, volqué toda mi energía en la creación de una nueva obra.La "Renacimiento".Una nueva producción coreográfica creada para Universal, que narraba la historia de un cisne herido que renacería de sus cenizas.Enzo abrió la puerta con un contrato en su mano.—La Ópera Estatal de Viena, la Ópera de París… Doce teatros de primer nivel mundial nos han enviado invitaciones.Sus ojos brillaban de orgullo.—La "Renacimiento" aún no se ha estrenado, pero ya ha causado revuelo en todo el círculo artístico.Acepté el contrato, mis dedos recorrieron los nombres de los teatros famosos.Tres meses después, en La Ópera Estatal de Viena.Estreno mundial de "Renacimiento".Sentada
El timbre estridente del celular me arrancó de un sueño ligero.La voz de la enfermera sonaba impaciente:—Señorita López, ese hombre de abajo ya lleva tres días arrodillado. Los guardias lo han echado innumerables veces, pero no se va.—Ahora está lloviendo y sigue ahí, tememos que muera.Corrí la cortina.Ian estaba arrodillado en los escalones frente al hospital, la lluvia había empapado su ropa. Su cabello pegado al rostro, parecía un perro callejero miserable.Hace tres días, la policía publicó los resultados finales de la investigación.La asistente de confianza de Yamina confesó todo bajo presión, los registros de compra de cal apuntaban a Yamina y las pruebas falsas que presentaron fueron identificadas como falsificaciones.La evidencia era abrumadora.El Elenco Luz perdió toda reputación. Los patrocinadores rescindieron sus contratos esa misma noche, estaba al borde de la bancarrota.Yamina fue formalmente acusada, enfrentaba de tres a siete años de prisión.Y el "Príncipe C
Dentro de la suite de lujo del Hospital San Rémy, me sentaba en la silla de ruedas, el pie derecho vendado con espesas gasas.Afuera, la noche caía y las luces de neón de la ciudad titilaban con un resplandor frío.—El regalo está listo —Enzo miraba su celular—. ¿Quieres ver la celebración del Elenco Luz?Hoy era el tercer día después de la función de despedida de "La Corona Eterna". El elenco celebraba su "éxito" con un fastuoso banquete.Los medios elogiaban la brillante adaptación de Ian y Yamina, diciendo que superaba el marco anticuado de la versión original.—No es necesario. Volteé la cabeza.Pero Enzo encendió la pantalla gigante en la pared.En la imagen, el salón de la celebración del Elenco Luz resplandecía con luces.Ian vestía un esmoquin negro y Yamina, colgada de su brazo, lucía un vestido rojo largo y sonreía como una princesa.En el escenario, recibían una entrevista del presentador.—Sr. Chávez, la adaptación de "La Corona Eterna" ha recibido elogios unánimes. ¿Sus i
En el instante en que Enzo entró, la habitación cayó en un silencio absoluto.Con una estatura que superaba un metro noventa y vestido con un traje negro a medida, cada uno de sus pasos resonaba con la fuerza de un trueno.Detrás de él, tres guardias, impasibles y altamente entrenados, lo seguían.El tacón de Yamina aún descansaba sobre mi pierna lesionada. Ella se quedó paralizada en el acto, su rostro perdió todo el color.La mirada de Enzo era tan fría que podía matar.—A la porra.Solo tres palabras, pero hicieron que las piernas de Yamina flaquearan hasta casi no sostenerla.—Director Díaz…—¡He dicho que te largues!El rugido de Enzo retumbó como una explosión. Yamina se desplomó en el suelo.Hizo una seña a sus guardias.Los tres hombres se adelantaron de inmediato y, sin el más mínimo respeto, sujetaron a Yamina y a sus dos amigas.—¡No! ¡Suéltenme! ¡Ian, sálvame!Yamina gritó, extendiendo la mano hacia Ian.El rostro de él palideció, intentó acercarse, pero otro guardia lo b
El olor a desinfectante en la habitación del hospital era punzante.Yacía en la cama fría, mi cuerpo desgarrado por el dolor, pero la herida en mi corazón dolía aún más.Mi pie derecho estaba envuelto en vendas gruesas, por las que se filtraba sangre abundantemente.La férula desde mi hombro izquierdo hasta la espalda me inmovilizaba por completo.Los monitores sonaban, recordándome que aún estaba viva.En este momento, la puerta se abrió.Yamina entró con sus tacones altos, seguida por dos mujeres vestidas con extravagancia.Ian entró al final, con el rostro sombrío, evadiendo mi mirada.Yamina se acercó a la cama y miró desde arriba mi pie vendado.—¡Dios mío, Sra. López! Tu pie… ¿Qué dijo el doctor? ¿Acaso quedará cojo para siempre?Las mujeres que la acompañaban comenzaron a reírse burlonamente:—Ay, ¡qué lástima! Para una bailarina, el pie es la vida. ¡Si quedas inútil, eres como estar muerta!—Antes, te llman “alma de cisne", ¿no? ¡Ahora ni siquiera una pata coja!Otra mujer sacó
A la mañana siguiente, me puse la ropa arrugada y entré en el Elenco Luz.En el pasillo, la gente cuchicheaba al verme.Alguien alzó la voz a propósito: —Qué descarada. La dejó y aún tiene el valor de venir a trabajar aquí.Hice como que no oía y fui directa a mi oficina.Al abrir la puerta, me quedé paralizada.El escritorio estaba vacío y la silla, vacía. Incluso los certificados de premios colgados en la pared habían desaparecido.—Sra. López, sus cosas las trasladaron a la habitación junto al almacén.La recepcionista se acercó, evitando mi mirada: —Fue idea del director Luis.Fue la habitación oscura sin ventanas, junto al almacén.Arrastré mi cuerpo cansado hasta allí y abrí la puerta y un olor a humedad me golpeó.En menos de cinco metros cuadrados, mis cosas estaban amontonadas en el suelo.Los borradores de coreografía estaban sucios y pisoteados. El marco de los certificados también hecho añicos.En ese momento, sonó música en el salón de ensayos.Me acerqué, por la rendij