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Capítulo 7

Author: Alyssa J
Empaqué con cuidado el vestido de novia y lo envié a la pequeña villa que tenía a mi nombre.

De regreso a casa, mi teléfono no paraba de vibrar.

La pantalla se llenó de mensajes de un número desconocido, y cada palabra estaba llena de la arrogancia y malicia apenas disimuladas de Selene.

Los revisé sin expresión en el rostro, los dejé sin leer y bloqueé el número directamente y en un instante, el mundo volvió a la paz.

Cuando abrí la puerta principal, me sorprendió ver las luces de la sala encendidas.

Ethan estaba en casa.

Se encontraba sentado en el sofá, lucía un poco inquieto y me miró de inmediato al oír la puerta.

Pensé que de inmediato me exigiría explicaciones por haberle dado una bofetada a Selene, incluso me preparé para otra violenta discusión, sin embargo, la mirada que me dio fue inusualmente tierna, incluso tenía un indicio de culpa.

Él se puso de pie, se acercó a mí, y sacó un brazalete de su bolsillo, mientras decía: —Aria, has vuelto. Sé que hoy me equivoqué, me dejé llevar por los sentimientos. De regreso a casa, vi este brazalete y pensé que te quedaría bien. ¿Quieres probártelo?

Hizo una pausa, su mirada cayó sobre mí, y algo complejo, como recuerdo y anhelo, relampagueó en sus ojos, luego agregó: —Ese vestido de novia tiene un significado especial para ti, es un recuerdo de tu madre. No debí haber dicho lo que dije al respecto. El diseño es realmente hermoso y único. Seguramente te verás preciosa con él.

Me quedé allí, mirándolo fríamente, y ni siquiera acepté el brazalete, pues si no me equivocaba, la foto que Selene me había enviado incluía un collar que le iba perfectamente.

Era un regalo adicional, y él esperaba que lo aceptara con alegría.

Al ver mi silencio, intentó hacer lo que había hecho innumerables veces antes: acariciarme la mejilla y abrazarme, pero justo cuando sus dedos estaban a punto de tocar mi piel, su teléfono empezó a sonar fuertemente en su bolsillo.

Ethan se quedó inmóvil y su expresión de impaciencia cambió de inmediato después de escuchar el contenido de la llamada.

—¿Qué? ¡Enseguida estaré allí!

Acto seguido, Ethan me arrastró hacia un almacén abandonado en las afueras.

Al llegar, tenues luces iluminaban la caótica escena fuera de la entrada del almacén, donde varios agentes del Consejo de Alfas aún estaban colocando la cinta de barrera, mientras que Selene se encontraba sentada sobre una caja rota de madera, envuelta con una enorme chaqueta, y llorando desconsoladamente.

En el momento en que ella vio a Ethan, sus lágrimas brotaron aún más violentamente y se arrojó a sus brazos, diciéndole: —Ethan, finalmente estás aquí. Tenía tanto miedo, realmente estaba muy asustada...

Selene sollozó sin aliento, pero su mirada seguía volcándose hacia mí, mientras agregaba: —No sé por qué Aria me haría esto. Sí, soy la hija de una amante, pero yo no elegí nacer. Si hubiera podido elegir, preferiría no haber venido a este mundo antes que llevar este peso sobre mis hombros.

Ella lloró hasta quedarse sin aliento y el corazón de Ethan parecía doler terriblemente, mientras le daba palmaditas en la espalda repetidamente, y la consolaba constantemente: —Está bien ahora, está bien, Selene, no temas, yo estoy aquí.

Como si se sintiera alentada, Selene me miró aún más desdichada y continuó diciendo: —¿Solo porque soy producto de una relación que yo no elegí, Aria me odia tanto que hasta contrató a varios lobos renegados para arruinarme? ¿Solo porque hoy toqué accidentalmente el vestido de novia de su madre? Pero realmente no lo hice con intención. No sabía que el vestido fuera tan frágil. Si lo hubiera sabido, definitivamente no lo habría tocado.

En ese emotivo momento, se atragantó tanto con su llanto que apenas podía hablar, parecía tan frágil que podría desmayarse en cualquier momento.

La expresión de Ethan se tornó cada vez más sombría a medida que ella hablaba.

Él me miró, y con el rostro lleno de decepción, cuestionó: —Ella es tu hermana. ¿Cómo pudiste hacerle esto?

Apreté fuertemente los labios y le respondí: —Yo no lo hice.

Él replicó: —Si no fuiste tú, entonces, ¿quién fue?

Ethan no me creyó en absoluto, en cambio dijo: —Selene siempre ha sido amable con todos. Además de las fricciones que tiene contigo, ¿quién más le haría algo tan vil? Todo por un vestido de novia, ¿acaso no puedes tolerar su existencia? Aria Greenwood, me has decepcionado demasiado.

Inmediatamente, mi mirada se posó en uno de los lobos renegados que estaba siendo detenido por los agentes del consejo que estaban cerca, el cual iba maldiciendo y jurando.

Los ojos de aquel lobo renegado parpadearon y le dieron una mirada imperceptible a Selene.

Lo entendí de inmediato, todo eso era una actuación montada por ella.

Apreté los dientes, y tratando de defenderme, sugerí: —No fui yo. Puedes revisar las cámaras de seguridad, yo...

—¡Basta! —Ethan me interrumpió cortantemente, él no quería escuchar ninguna explicación, ¡me condenó en el acto!

Luego me dijo: —Después de todo esto, aún sigues inventando excusas. ¡Estás desesperada!

Selene tembló en sus brazos y habló en el momento justo: —Ethan, no la culpes. Ella solo me odia demasiado, todo es mi culpa.

Repentinamente, Ethan me agarró el brazo, e ignorando mi renuencia, me empujó hacia un cuarto de almacenamiento vacío y abandonado, cubierto de moho y óxido.

—¡Quedate aquí y ordena tu mente! ¡Cuando reconozcas tus errores y te hayas dado cuenta de lo que has hecho, te dejaré salir!
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