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Capítulo 9

작가: Nora
Con la excusa de estar ocupado con los trámites de adoptar a Sofía, Carlos no regresó a casa durante todo el fin de semana.

Eso le dejó a Alba el tiempo suficiente.

Durante esos dos días, Laura no dejó de enviarle mensajes.

A veces era una foto borrosa de un hombre y una mujer en actitud íntima, o videos explícitos e indecentes.

Y en ocasiones, era su voz presumiendo:

—Alba Flores, ¿de qué sirve que Carlos diga que te ama con la boca? Al final, con solo un gesto de mi mano, cae rendido a mis pies. He oído que vas a organizar una fiesta de bienvenida para Sofía. ¿Crees que yo podría asistir? Al fin y al cabo, mi relación con Sofía… no es nada común.

***

Ante estas provocaciones descaradas, Alba no respondió, guardó todas una a una.

Carlos quería darle una sorpresa, así que, por reciprocidad, ella también debía prepararle un regalo.

Ya que se trataba de una fiesta de bienvenida para Sofía, debía ser grandiosa.

Alba envió invitaciones a los amigos íntimos de Carlos, a los grandes clientes de la empresa e incluso a parientes lejanos de la familia Sainz.

Por supuesto, Laura también recibió la invitación.

Al principio, Carlos no estuvo de acuerdo en que ella asistiera, pero después de sus reiteradas promesas de que no provocaría a Alba, él cedió.

—El abogado ya se puso en contacto contigo, ¿verdad? El lunes vamos a divorciarnos primero.

El corazón de Laura dio un vuelco; la insatisfacción la devoraba.

Aprovechando que Carlos regresó a la empresa para atender trabajos, ella se escabulló hasta el orfanato.

—Sofía, ¿quieres estar para siempre con papá y mamá?

Los ojos de Sofía se abrieron como platos.

—¡Claro que sí! —exclamó, pero enseguida bajó la cabeza, desanimada—. Pero papá dijo que es un secreto, que no puedo contárselo a la tía Alba. Si no, Sofía no podrá volver a casa.

Los ojos de Laura brillaron con malicia. Se inclinó y susurró al oído de la niña:

—El día de la fiesta de bienvenida, tú solo tienes que… ¿Lo entendiste, mi querida hija?

Sofía asintió con seriedad.

—Haré exactamente lo que mamá diga.

Antes, Laura no había disputado el título de señora Sainz porque, en aquel momento, la carrera de Carlos estaba por debajo de la de otros pretendientes.

Ella tenía opciones mejores.

Pero después de lo ocurrido en el extranjero… volvió al país decidido a recuperar esa posición.

La noche del domingo, Alba contempló el cielo estrellado por última vez a través del telescopio de su dormitorio.

Las estrellas azules ya comenzaban a oscurecerse.

A las doce de medianoche exactamente, la estrella que brillaba con un resplandor deslumbrante, trazó un arco perfecto y al final desapareció en el universo.

Carlos seguía sin regresar, solo llamó para preguntar por la fiesta del día siguiente.

Alba miró al salón decorado con lujo y solemnidad.

—No te preocupes. Será algo que nunca olvidarás en tu vida.

Al mismo tiempo, reservó un vuelo para regresar a primera hora de la mañana.

Recordaba perfectamente lo que Álex le había dicho.

“El que no viene es un perrito.”

Pasó toda la noche en vela.

Al amanecer, Alba salió de la mansión arrastrando su maleta.

Un coche negro de negocios ya la esperaba en la puerta.

Se colocó las gafas de sol y murmuró:

—Adiós, mi pasado absurdo.

Carlos despertó sobresaltado de un mal sueño; en su brazo aún dormía plácidamente Laura.

Soñó que él y Alba estaban juntos, contemplando las estrellas.

Pero luego el cielo se tornó completamente oscuro.

Y Alba desapareció de su lado.

En el sueño, la buscaba desesperado y empapado en sudor.

—¡Alba!

Laura abrió los ojos somnolienta y, con tono coqueto, dijo:

—Carlos, me despertaste…

Un mal presentimiento lo invadió de golpe.

Apartó a Laura, se vistió apresuradamente y salió.

En el camino, llamó al abogado de la familia:

—En cuanto abra el registro civil, tramitaré el certificado de matrimonio. Ni un minuto de demora.

El abogado le aseguró repetidamente que todo estaría listo, lo que le dio un respiro.

Al detenerse en un semáforo, un coche negro de negocios se colocó a su lado.

En la pantalla de su móvil seguía parada en el último mensaje de Alba:

“Será algo que nunca olvidarás en tu vida.”
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