All Chapters of Términos de Rendición: Chapter 571 - Chapter 580

La última vez que había venido fue con Beatriz y Patricio.Esta vez estaba sola, parada en el bosque lleno de lápidas negras.Se veía algo solitaria.En la montaña había mucho viento que levantaba su falda negra.Puso las flores favoritas de Susana y su comida preferida frente a la lápida.Luego alzó la mano para tocar la foto en la lápida que tenía ocho puntos de similitud con su propio rostro.—Mamá, por fin pude vengarla. ¿Lo vio desde el cielo?—Mire qué mal gusto tenía, de tantos que pudo elegir, se fue con un mantenido.Valeria suspiró ligeramente, su tono como si estuviera quejándose.La foto de Susana seguía siendo muy hermosa, sonriendo como una flor.No sabía si también estaría contenta de que la hubiera vengado.Valeria retiró la mano y se quedó parada frente a la lápida por un momento.De repente sonó su teléfono que tenía en el bolso.No había puesto el silencio, así que cuando el teléfono vibró en el campo abierto, la sobresaltó.Se detuvo un momento antes de contestar.—

Valeria no tuvo tiempo de rechazar.Pablo la arrastró hasta un auto de carreras rojo.Pablo la metió en el auto y cuidadosamente le abrochó el cinturón de seguridad.Luego se dirigió él mismo al asiento del conductor.—Pablo, esto es muy peligroso.Valeria de repente sintió miedo.Pero apenas terminó de hablar, el grupo de jóvenes que estaba parado no muy lejos alzó las manos y le gritó a Pablo:—¡Pablo, tú puedes!Pablo se puso las medidas de seguridad y se volteó para sonreírle a Valeria.—¿Sabes qué? Cuando la adrenalina se dispara, es muy fácil olvidar las cosas desagradables.—Así que solo quiero hacerte feliz.Valeria se sintió impotente.Entre la vida y la felicidad, aún podía distinguir cuál era más importante.—No quiero... —alzó la mano para abrir la puerta del auto.Pero Pablo la detuvo.El joven además le sonrió:—Tranquila, tengo muy buena técnica.Al terminar de decir eso, Pablo ya había encendido el auto y se dirigía a la línea de salida.La velocidad era muy alta. Valer

Cuando vio el rostro de Valeria, la joven se quedó atónita por un momento.Mordió su labio inferior con expresión lastimera y miró hacia Pablo.—Pablo, ¿es por esta señora que arriesgaste tu vida sin importarte nada?Valeria se sintió impotente.En toda su vida, era la primera vez que alguien la llamaba "señora".Viendo que la joven no era muy mayor, Valeria no se molestó en discutir con ella.Le dijo a Pablo:—Vino tu amiga, así que me voy.Pero Pablo no respondió, solo miró a la joven en la puerta con evidente irritación.—¿A ti qué te importa? —Pablo puso los ojos en blanco—. ¿No te dije que no vinieras a buscarme más?Tsk.Parecía ser un caso de amor no correspondido.Valeria nunca había sido muy aficionada a este tipo de chismes, especialmente cuando la protagonista del chisme parecía estar molesta con ella.Solo quería irse rápido.Pero cuando llegó a la puerta, la joven la tomó de la muñeca:—No te vayas.—Te digo que Pablo es mío, no me lo puedes quitar.—Además ya tienes mucha

Valeria en realidad no quería molestarlo.El hospital tenía enfermeras, y ella tampoco era incapaz de caminar, pero Benito dijo que eran órdenes de Damián.Valeria ya no tuvo razones para rechazar.Valeria tampoco le preguntó a Benito sobre ningún asunto relacionado con Damián.Como un canario en jaula competente, tenía que aprender qué debía preguntar y qué no.Al salir del hospital, Valeria finalmente fue a ver a Pablo a la habitación de al lado.Pablo estaba acostado en la cama sin poder moverse, aburridísimo.Al ver a Valeria, se le iluminaron los ojos.—Pensé que estabas enojada y que no vendrías a verme más.Giró ligeramente la cabeza hacia Valeria y le dijo:—Maritza está loca, siempre me está molestando, no malinterpretes.—No tengo nada con ella.Valeria se rió ligeramente:—No tienes que explicarme esas cosas.Entendía lo que Pablo quería decir, pero realmente no tenía interés en él.Pablo era demasiado inmaduro para ella.Pablo al escuchar esto, apretó ligeramente los diente

Valeria inmediatamente retiró sus pensamientos y le sonrió a Damián.—¿Ah? No, nada.—¿En serio? —Damián apretó los labios y sonrió ligeramente—. Pero me parece que tienes algo en mente.La expresión de Valeria se detuvo ligeramente y rápidamente sonrió negando:—Realmente no hay nada.Tosió ligeramente y aceleró los movimientos de sus manos.Cuando bajó los párpados, su mirada inevitablemente tocó los gemelos de la camisa de Damián.Eran los que ella había ayudado a Lila a elegir la última vez que se encontraron en el centro comercial.Su mirada se contrajo ligeramente, luego se apartó como si nada.—Listo —dijo suavemente.Damián asintió.Pensó que Damián se voltearía para entrar al baño, así que se dio vuelta queriendo sentarse en el sofá.Pero apenas se volteó, Damián la agarró y de paso le bajó el cierre del vestido.Con un sonido de rasguño.Valeria instintivamente quiso esquivar, pero al voltearse vio las cejas arqueadas de Damián.—Juntos.Valeria se sintió impotente.—Está bie