Dante cerró los ojos fuerte, pero no podía sacar esa imagen de la cabeza.Bajó la mirada, respiró hondo.Después de un rato, la puerta se abrió otra vez.Cuando Mariana salió ya con la bata, vio que Dante seguía ahí parado.Al verla, dudó unos segundos y luego habló primero.—Hace rato, no sabía que estabas adentro, no fue mi intención… de verdad, perdón.Era la primera vez que se disculpaba tan neta, ni la miraba directo.Mariana, aunque sí se apenó al principio, luego pensó que tampoco era para tanto.Que la vieran un par de veces no le quitaba nada, además traía camiseta, ni era tan conservadora como para pensar que había que hacerse responsable por eso.Al contrario, la reacción de Dante era más fuerte de lo que imaginaba, como si todavía estuviera… ¿apenado?Mariana pensó que ya estaba exagerando, así que sacudió la cabeza.—No pasa nada, Dante, yo me voy al experimento.Cuando Mariana salió del vestidor, todos ya la esperaban.Para arreglar broncas, ella era la buena, así que se
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