Sin embargo, lo que sorprendió a Javier fue que al decir esto, Diego no mostró ninguna intención de darle la mano; en cambio, lo miró con una expresión rara.Javier se quedó pasmado y, después de una pausa, retiró la mano con incomodidad.—Director Diego, ¿hay algún problema?Acababa de ver que la interacción entre Mariana y él parecía indicar que habían llegado a un acuerdo.¿Sería posible que no lo hubieran logrado?Pero entonces, escuchó a Mariana decir, —Señor López, disculpe, pero no tengo ningún contrato del Grupo López. No estoy representando a su empresa.Al oír estas palabras, Javier se quedó paralizado por un momento.Reaccionando, bajó la voz,—Más te vale que sepas dónde estás antes de causar problemas.En este tipo de situaciones, un hombre debe guardar las apariencias en público. Él podía pisotearla, pero ella, como mujer, debería saber leer el ambiente.En el pasado, en una situación así, Mariana, siempre atenta a las expresiones de los demás, habría entregado el contrat
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