De repente, Valeria no supo cómo responderle. “Ni siquiera tenemos tanta confianza como para preguntarle directamente en qué está ocupado…”, pensó, con cierta incomodidad.Dudó un poco, luego volvió a escribir en la pantalla, con dedos vacilantes."Tengo algo muy importante que hablar con usted."Miró varias veces el mensaje, asegurándose de que no tenía nada inapropiado, y finalmente lo envió.Pero después de enviarlo… no hubo respuesta.Tampoco podía insistir. “Quizás de verdad esté ocupado. Si le sigo escribiendo, lo único que lograré es molestarle.”“Y Lautaro no es precisamente un alma caritativa.”, razonó para sí misma, suspirando.Así que por ahora decidió dejar el tema en pausa y se enfocó en trasladar sus cosas al nuevo escritorio.Por su parte, Julieta, seguramente presionada por los accionistas y consciente del desastre que había causado, pasó toda la tarde yendo y viniendo de las oficinas de Sempra.Cuando regresó, Valeria acababa de acomodar sus cosas en su nuevo espacio.
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