Cuando Inés apareció en el muelle, no tenía la intención de detener a Elías, Mateo y los guardaespaldas para ayudar a Sebastián.Sin embargo, al verla llegar, todos ellos, avergonzados, se quedaron inmóviles, incapaces de reaccionar, lo que evitó que formaran una barrera de protección alrededor de Sebastián en cuanto los periodistas lo rodearon.Afortunadamente, Sebastián nunca ha sido de los que esperan ayuda de otros.Por su cuenta, logró resolver la situación, asegurándose de que, aunque las redes pudieran estallar en rumores y caos, la situación no se agravara.En ese momento, al ver a Sebastián caminar hacia ella con paso firme, Inés levantó ligeramente la mirada, pero no dijo una palabra.Sin embargo, Sebastián no esperó y, en cuanto llegó a su lado, su mirada se centró únicamente en ella, como si no pudiera ver nada más.—Inés, lo que les dije a esos periodistas, en realidad, era lo que quería decirte a ti. Hoy vine aquí para averiguar la verdad sobre el secuestro que sufrí hace
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