Una vez que tomé la decisión, ya no hubo marcha atrás.Durante un tiempo, Diego se aparecía todos los días afuera del laboratorio. Se quedaba ahí, ignorando miradas, comentarios, todo solo repetía que no quería el divorcio.Pero ya era demasiado tarde para discursos.Él eligió traicionar, y quien traiciona, también debe hacerse cargo de las consecuencias.Le di más oportunidades de las que merecía. No pienso perdonarlo.Pasó un mes entero persiguiéndome, siguiéndome los pasos, rogando que lo escuchara.Gracias a eso, medio campus terminó sabiendo quién era.Lucas se dio cuenta enseguida. Imprimió decenas de copias del acuerdo de divorcio. Cada vez que alguien se cruzaba con Diego, le entregaban una.Se convirtió en una presencia incómoda, en una molestia constante.El profesor, viendo cómo eso afectaba el ambiente de trabajo, decidió que nos mudaríamos a otro laboratorio, más cerca de la universidad.El primer día en el nuevo espacio, Diego no apareció. Tampoco mandó mensajes. Aunque s
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