—Hola, Elena, hola, Mónica. Están súper bonitas, igual que nuestra mamá. —dijo Sofía con su sonrisa dulce y encantadora. Santiago también las saludó cortésmente.Mónica sonrió con ternura: —¡Hola, mis amores!Elena se encariñó con ellos al instante: —¡Ay, pero qué preciosos! ¡Vengan acá, denme un abrazo! Sofía sintió una conexión inmediata con Elena y se dejó abrazar sin dudarlo.Mónica, preocupada de que Santiago se sintiera excluido, también quiso abrazarlo. Pero Santiago, siempre considerado, le dijo:—Mónica, ya estoy grande, así que no me abraces. Su comprensión y dulzura hicieron sonreír a Mónica:—Les traje unos juguetes, vamos a jugar.—Gracias, Mónica.Mientras veía al grupo caminar animadamente hacia adelante, el semblante de Sebastián se mantuvo sombrío. Carolina caminaba despacio, así que tomó su mano para avanzar lentamente. Cualquiera diría que eran una pareja enamorada.—Las amigas de Valeria andan en puros carros de lujo —observó Carolina—. Me da mala espina que la
Read more