Catalina no sabía cuándo había comenzado, pero la voz de Camilo la llenaba de profunda irritación.Se volvió hacia él, solo para verlo apartar al sirviente que lo sostenía y cojear rápidamente hacia ella.—¡Pídele perdón a mamá!Catalina lo evaluó. Quizás debido a la herida en la espalda, no se mantenía del todo erguido, e incluso se le habían formado gotas de sudor frío en la frente. Claramente, el dolor de haber corrido hasta allá casi le costó la vida.Sin embargo, a pesar de ello, ¡tenía el descaro de acusarla!Pensándolo bien, Camilo siempre había tenido ese temperamento desde niño. En ese entonces, su imprudencia había sido para protegerla. Sin embargo, tras el regreso de Beatriz, había dirigido su imprudente agresividad hacia ella, acusándola.Un escalofrío se apoderó del corazón de Catalina; pese a todo, respondió:—Después de exigirme una disculpa ayer, recibiste una buena paliza. ¿Qué castigo te has preparado para hoy?Al mencionar los acontecimientos del día anterior, Camilo
Read more