No Bahamut

During a battle with a rival pack, my Alpha mate, Damien, burst into my private healing sanctuary. He was carrying Lyra, a Beta warrior who had supposedly taken a poisoned blade for him. The next day, under the watchful eye of the Moon Goddess, Damien was forced by the pack elders to apologize. He explained that bringing an outsider into my sanctuary was a desperate act in a moment of crisis. After all, Lyra had saved his life. But that night, in the bed we once shared, Lyra stabbed herself with a dagger laced with wolfsbane and framed me for the attack. He chose to believe her. The rejection ceremony ripped my wolf from my soul. I was cast out—a powerless exile, left for dead in a storm, to be torn to shreds by rogues. But what Damien never knew was that the ancient curse afflicting him could only be healed by me. When I opened my eyes again, I was back at the beginning: the moment Damien carried that woman in, demanding I save her.

Todos sabían que Mariana era la falsa heredera que corrieron de los Morales, ¡sus verdaderos padres eran rancheros perdidos en el monte! No le quedó de otra más que seguir aguantando al junior de los Javier sin derecho ni dónde caerse muerta, sin chance de irse aunque quisieran patearla. Hasta que oyó que el junior de los Javier se iba a casar con la verdadera heredera de los Morales, ¡y a Mariana le cayó el veinte! Bien, bien, bien, ¿te quieres casar con su némesis? Dio media vuelta y regresó a la crema y nata. ¿Rancheros? ¡Qué va!, ¡su familia era la más poderosa! ¡Y tenía cuatro tíos que la consentían hasta el cielo! Pero Mariana era de las que se cobran solas, ¡iba a recuperar con sus propias manos lo que ella misma había dado! No pasó mucho tiempo para que a Javier le diera chorro: sin Mariana, su vida se hizo un caos, su empresa se fue al hoyo, su prometida cayó del pedestal, ¡parecía que se le venía el mundo encima! Cuando llegó rogándole a la puerta de Mariana, solo vio cómo ella alzaba una ceja, sonreía y abrazaba al empresario guapetón que estaba a su lado. —Nel, no vuelvo con quien me dejó —pensó Mariana mientras le clavaba la mirada a Javier. Después de que Javier se fue echando chispas, Mariana también le dio una patada al empresario que estaba a su lado. —Perdón, ya lo dije, no vuelvo con quien me dejó —susurró mientras veía alejarse a ese vato que alguna vez significó algo para ella. El joven Dante, que había cancelado el compromiso sin siquiera conocerla, se hincó llorando y suplicó: —¡Mi amor, perdóname!

ROOM 808 It was just a regular night and an ordinary room, but for Rosa, it felt like a bad dream. She didn’t see the man who was with her that night, and she didn’t even know his name. All she could remember was his warm touch and the minty taste of his lips. Her stepsister and sister had set her up, trapping her in that room to ruin her life. Because of that night, she gave birth to a son, and she decided to hide him from everyone. Five years later, when Rosa and her son return to the Philippines, the truth about that night slowly begins to come out. Will Rosa get the justice she deserves? Or will she never learn the truth about her son's father?

Como conquistar seu chefe, o CEO, sendo secretária? Patrícia Bastos sempre fora desprezada por seu ex-namorado, que a ridicularizava por sua falta de dinheiro, enquanto se envolvia secretamente com uma mulher rica. Sentindo-se humilhada, Patrícia tomou uma decisão ousada: envolveu-se com o CEO da empresa e, de repente, tornou-se tia daquela mulher rica. Após o casamento, Roberto Santana acreditava que ela seria fácil de controlar. Excelente secretária e esposa dedicada, Patrícia tornara-se, para ele, uma figura útil para lidar com as tensões familiares e aliviar suas próprias preocupações. O que começara como um jogo sem compromissos, focado apenas no prazer físico, logo se transformou em algo mais profundo para Patrícia. Mas, quando o grande amor de Roberto, sua verdadeira paixão, retornou à sua vida, Patrícia percebeu que todo o afeto que ela acreditava receber nunca fora genuinamente direcionado a ela. Sentindo-se devastada, ela decidiu se afastar para se proteger. No entanto, mais tarde, Roberto se viu ajoelhado diante de seu túmulo, lamentando desesperadamente sua perda. Patrícia, com um sorriso irônico, revelou: — Com licença, eu não morri!