Filter By
Updating status
AllOngoingCompleted
Sort By
AllPopularRecommendationRatesUpdated
Our Love in Ruins

Our Love in Ruins

While working with the search and rescue team to save people trapped in an earthquake, an aftershock suddenly struck. Without hesitation, I pushed a hospital intern, Serena, out of the way. However, the force of the movement sent me to the ground, where a steel rod pierced my back, leaving me unable to move. When the aftershock ended, my husband, Derrick, came down with the others. Yet, instead of coming to me, he rushed to cradle Serena, who only had a few scrapes. Then he turned to glare at me. “What are you still sitting there for? Are you dead? Serena’s hurt, and you can’t even help her up?!” I was in so much pain I could barely speak, only able to force out a faint sound. “Honey, I… I’ve got a steel rod in my back… Please… help me.” Serena suddenly burst into tears in fear. “Mr. Nelson, I was so scared. Just now, Ms. Jones pushed me forward. If I hadn’t shifted direction, that huge rock would’ve crushed me!” Derrick, furious, shouted at me. “Gwen! You’re a doctor! What about your ethics? Your humanity?” Tears streamed down my face as I shook my head. “I didn’t. Please, just save me. I really can’t move…” One of the medical team members who came down with him checked my condition and looked worried. “Director Nelson, the steel rod seems to have pierced her spine. If we don’t treat her now, there’s a risk of paraplegia!” However, Derrick yanked him aside. “Save her? Let her walk herself! Gwen, we’re saving lives right now. If you want to act, I’ll put on a show with you when we get home! “Serena’s injured. Since there’s only one stretcher, we’re taking her up. You can walk up on your own.” His cold, departing back left me in utter despair.
Short Story · Romance
2.0K viewsCompleted
Read
Add to library
La pareja prohibida del alpha

La pareja prohibida del alpha

—Vete —ordené, orgullosa de que mi voz no sonara ni la mitad de temblorosa de lo que me sentía por dentro. —¿Eso es lo que realmente quieres, Keera? —preguntó en un susurro. Antes de que pudiera responder, tomó mi mano y la levantó lentamente, llevando mis dedos hasta su nariz. Los mismos dedos que habían estado dentro de mí hacía apenas unos minutos. Mi corazón golpeó con fuerza en mi pecho. No apartó los ojos de los míos mientras inhalaba el aroma de mi deseo, y luego llevó mis dedos a su boca, pasando su lengua por ellos y lamiéndolos con lentitud hasta dejarlos limpios. ⸻ Keera No deberían existir. Era imposible. Eran errores de la naturaleza. Eso fue lo primero que pensé de los hombres lobo. Y durante años creí tener razón, porque todos los que conocí no hicieron más que herirme. Especialmente él. Me sentí atraída hacia él desde el primer momento en que lo vi. Antes de darme cuenta de que me odiaba. No quería admitirlo, pero él fue quien reforzó mi odio hacia los hombres lobo. No tenía ninguna obligación de ayudarlos. Pero lo hice. Y vi cómo mi vida se desmoronaba. Crucé cada límite que alguna vez me impuse al involucrarme con él, hasta descubrir que era mi pareja destinada. ⸻ Grayson La odiaba antes incluso de conocerla en persona. Nuestra relación era prohibida. Los hombres lobo no podían emparejarse con humanos. Ni siquiera creía que fuera una posibilidad. Pero eso fue antes de ella. Descubrí que era mi alma gemela. Y en ese momento supe que no podía dejarla ir. No me importaba renunciar al título de Alfa si eso significaba estar con ella. Porque, le gustara o no, ella sentía lo mismo por mí.
Hombre lobo
531 viewsOngoing
Read
Add to library
Promesa rota, corazón renacido

Promesa rota, corazón renacido

Como la única hija de Carlos Navarro, el rey de las apuestas, mi vida desde siempre estuvo marcada por la sombra del caos y el peligro. Desde que era pequeña, mi papá me rodeó de nueve guardaespaldas leales para protegerme, listos para sacrificarse por mí. Ya de adulta, él me hizo una petición: que eligiera a uno de ellos como mi prometido. Pero tomé una decisión muy clara: alejé de mi lado a Alberto Oliveira, el único hombre que realmente había ocupado mi corazón por tanto tiempo. Lo hice por esto: en mi otra vida, justo el día de la ceremonia de compromiso, unos enemigos me secuestraron. Mientras me estaban clavando agujas envenenadas en las manos, temblando del dolor más terrible, llamé a Alberto, suplicándole que viniera. Pero su respuesta fue helada, sin una pizca de empatía. —Andrea Navarro, ya deja de hacer tus teatros. ¿Tu ubicación no miente, no? ¡Sigues cómodamente instalada en la suite del hotel! Qué asco, usar un truco tan bajo solo para intentar atraparme... Al escuchar aquellas risas de mujer al otro lado de la línea, sentí un golpe mortal. Cerré los ojos, totalmente consumida por la derrota. Cuando la jaula metálica se hundió en el mar y el agua gélida me invadió, llenándome la nariz y la boca, sentí cómo la vida se me escurrió del cuerpo, gota a gota. Volví a despertar... Esta vez, era el día en que mi padre me pidió que eligiera a mi prometido. Y esta vez, no dudé ni un segundo en borrar el nombre de Alberto de la lista. Sin embargo, durante mi compromiso con Leonardo Pinto, ¿por qué era él quien estaba suplicándome entre lágrimas que me casara con él?
Short Story · Romance
197 viewsCompleted
Read
Add to library
A Luna Desaparecida

A Luna Desaparecida

No aniversário da nossa União, minhas pernas envolviam meu Alfa, Adrian, enquanto compartilhávamos um beijo profundo. Meus dedos roçaram o bolso secreto do meu vestido de seda, e minha mão se apertou ao redor do teste de gravidez que eu havia escondido ali. Sentia o leve pulsar de uma nova vida dentro de mim, planejando dar a ele essa surpresa como o final perfeito da nossa noite. Foi então que o Beta de Adrian, Ethan, falou em tom baixo e provocador, usando a Língua Antiga. — Alfa, aquela sua cunhadinha... a loba recém-amadurecida, Zoe. Qual foi o gosto dela? A risada baixa e sugestiva de Adrian chegou aos meus ouvidos, discreta, mas perfeitamente clara. Ele respondeu na mesma língua ancestral. — Sabe aquela pimenta fresquinha? Ardida, com um toque picante de verdade. A palma da mão dele ainda acariciava minha cintura, mas seu olhar já havia se desviado para outro lugar. — Só mantém isso em segredo. Se minha Luna descobrir, acabou tudo. Os outros Betas soltaram risadinhas cúmplices, erguendo seus copos em uma promessa silenciosa de guardar seu segredo. Mas um frio me invadiu, e minha loba interior ficou imóvel, como se tivesse morrido. Ele não sabia que eu havia estudado a Língua Antiga para minha pesquisa sobre trauma em lobisomens. Eu entendia cada palavra. Contive minhas lágrimas, forçando-me a parecer inabalável, mantendo a compostura esperada de uma Luna. Em vez de confrontá-lo, enviei uma mensagem magicamente protegida à Anciã Slone da Associação de Curandeiros Lobisomens, aceitando o convite que ela havia me estendido. Em três dias, eu me juntaria a um programa seguro de reabilitação para lobisomens como sua nova Terapeuta-Chefe e desapareceria do mundo de Adrian para sempre.
Short Story · Lobisomen
358 viewsCompleted
Read
Add to library
Meu Amor, Teu Desdém.

Meu Amor, Teu Desdém.

— Malu, eu te amarei para sempre! — Eduardo rugiu em desespero com a voz carregada de desejo. No instante em que estavam prestes a alcançar o clímax, o celular dele começou a vibrar insistentemente. Em um momento como aquele, é claro que ele não deu importância. Mas logo a tela se acendeu e, no momento, que ele reconheceu o nome escrito na notificação, seus movimentos pararam de repente. Maria Luíza ouviu-o atender: — Alô? — Edu, você sabia que a Jordana... — No silêncio da noite, a voz do outro lado soou nítida. — Fale mais baixo, o momento não é conveniente. — Eduardo interrompeu em árabe, num tom contido. — O resultado dos exames saiu. — Do outro lado, a pessoa também passou a falar árabe, mas a voz continuava alta. — Jordana está com câncer terminal, e só tem um mês de vida! Ela quer ser sua esposa. Você pode realizar o último desejo dela antes que ela morra? — O quê? — O rosto de Eduardo mudou drasticamente. — Espera por mim! — Malu, surgiu uma urgência. — Ele se voltou para Maria após desligar o telefone. — Eu preciso sair um instante. Fique em casa descansando, eu volto logo. Sem esperar pela resposta dela, Eduardo levantou-se, lavou-se rapidamente, trocou de roupa e saiu sem olhar para trás. Logo em seguida, o celular de Maria vibrou. A tela iluminada mostrava a mensagem de Jordana Torres: [Maria, você perdeu. Eu já te disse antes que o Eduardo é meu.] E logo acima, tinha uma mensagem enviada por ela três dias antes: [Se eu tivesse câncer, você acha que Eduardo te deixaria para vir atrás de mim? Eu aposto que sim.] O olhar de Maria ergueu-se lentamente desviando a tela do celular até a porta do quarto, ainda aberta. Eduardo não sabia, mas ela já dominava o idioma árabe há tempos, e tinha entendido cada palavra daquela conversa. Depois de muito tempo em silêncio, um sorriso amargo se desenhou em seu rosto. — É... eu perdi...
Short Story · Romance
1.9K viewsCompleted
Read
Add to library
Renacer para vengarme: El precio de su traición

Renacer para vengarme: El precio de su traición

La familia Torres estaba al borde de la ruina cuando vinieron a pedirme que me casara con su hijo. Mi papá, sabiendo que llevaba diez años completamente enamorada de Nelson Torres, aceptó el matrimonio y, para colmo, invirtió una fortuna para sacarlos del desastre. La noche de bodas, Nelson me vendó los ojos con una corbata y me tomó una y otra vez. Un mes después, llena de felicidad, fui a buscarlo con el informe de embarazo en la mano, pero lo que escuché me dejó completamente congelada. Estaba en un bar, apostando a lo grande con sus amigos: —A ver, muchachos, ¿qué opinan? ¿Quién de ustedes cree que es el padre del bebé de Sofía Reyes, después de que se la cogieron entre varios? Uno de sus amigos soltó una carcajada grosera: —Señor Torres, yo solo le di tres veces... No me diga que es mío, ¿o sí? —Yo apuesto a que fue Paco, ese tipo se lució esa noche, Sofía casi se vuelve loca. ¡Le aposté diez mil dólares a que es de él! Fue en ese momento cuando entendí que, en realidad, no había sido Nelson con quien pasé la noche de bodas, sino con más de diez de sus supuestos amigos. Enloquecí y fui directo a confrontarlo, pero a él no le importó ni un poco. —¿Por qué tanto drama, si solo estás llorando? Si no fuera por la presión de tu familia, jamás me habría casado contigo. Si no hubieras obligado a Juana a irse, nunca te habría tratado así. —Escúchame bien, Sofía, el día que Juana me perdone, entonces sí, te dejaré en paz. Con el corazón destrozado, pedí el divorcio, pero él usó el video de esa noche para chantajearme y me metió en el sótano. —No te creas que te vas a ir tan fácil. Mis amigos y yo seguimos haciendo apuestas para ver quién es el papá de ese bastardo. Ocho meses después, allí, en ese sótano, perdí a mi bebé... y mi vida. Cuando abrí los ojos, volví al día en que los Torres me pidieron que me casara con Nelson para salvarlos. Esta vez, el día de mi boda, Nelson estaba llorando desconsolado.
Short Story · Romance
3.5K viewsCompleted
Read
Add to library
PREV
1
...
454647484950
SCAN CODE TO READ ON APP
DMCA.com Protection Status