Share

Capítulo 2

Penulis: Zafira
Por instinto, quise cerrar la puerta. No quería discutir, ni mucho menos volver a enredarme con él.

Pero Hugo la detuvo con una mano antes de que pudiera cerrarla. Frunció el ceño y me miró con esa expresión que conocía tan bien.

—¿Estás evitándome? ¿Por qué? —preguntó con voz baja.

Se acercó un poco más, observándome con atención.

—¿Estás molesta? ¿Por Luz?

Negué rápidamente con la cabeza, intentando sonar tranquila.

—No, no estoy molesta tío. Me alegra por ti, tío… Al final, los que se aman terminan encontrándose, ¿no?

Él entrecerró los ojos, claramente insatisfecho con mi respuesta.

—¿De verdad lo dices en serio? ¿No es sarcasmo?

De pronto soltó una risa corta, cargada de cinismo.

—Selena, ¿no me digas que todavía no me has olvidado? En tu fiesta de mayoría de edad, cuando tenías dieciocho, te emborrachaste y me robaste un beso. ¿Pensaste que no me di cuenta?

Me quedé helada. Pero continuó hablando.

—Todas esas cartas de amor que me escribiste en secreto… las leí una por una. Pensabas que lo ocultabas muy bien, pero el amor en tu mirada era tan evidente… ¿quién en esta casa no se dio cuenta que estabas enamorada de mí?

No atreverte a confesarlo fue la mejor decisión de tu vida —añadió con una sonrisa sarcástica y llena de desprecio—, porque te juro que me habría burlado de ti. Sí… me habría reído de lo ridícula que eras.

Después de decir eso, continuó riéndose con sarcasmo, como si todo aquello le resultara divertido. Luego pasó junto a mí y fue directo al escritorio. Tiró con fuerza del último cajón y lo abrió de golpe.

Agarró un enorme montón de cartas de amor, las levantó y las dejó caer al suelo. Después, las aplastó con el pie.

—Selena, te crié desde que tenías siete años. Te vi crecer. Y tú, siendo apenas una niña, escondías esos sentimientos enfermos por tu propio tío político. Sabías perfectamente que en mi corazón solo hay lugar para Luz, y aún así me escribías estas tonterías. ¿Sabes lo que siento? Asco.

Sus palabras me golpearon como cuchillos. Y, aún así, no se detuvo. Se inclinó hacia mí, acercándose tanto que podía sentir su respiración junto a mi oído. Y con una voz baja, casi como un susurro, cargado de desprecio dijo:

—Solo vine para decirte algo. Ayer, cuando me drogaron con ese estimulante, vi cómo me mirabas. Vi el deseo en tus ojos, no lo niegues. Querías ofrecerte como mi antídoto, para “ayudarme”. Menos mal que no lo hiciste, porque si hubieras sido tú… me habrías repugnado de por vida. Tú no estás a la altura de satisfacerme, Selena.

Mi corazón se contrajo de golpe, un dolor profundo me atravesó el pecho. Aunque en esta vida ya no lo amo, escuchar esas palabras tan crueles todavía me dolió.

Después de eso, Hugo me lanzó una última advertencia, me dijo que me mantuviera lejos, que no volviera a aparecer frente a él, para no provocar malos entendidos con Luz. Luego dio un portazo y se marchó.

No quería seguir siendo una molestia en su vida, ni seguir respirando el mismo aire que ellos. Justo tenía que salir a preparar mis papeles para irme del país, así que recogí mis cosas y salí de la casa.

Esa noche, esperé a propósito hasta casi las diez para regresar a mi habitación. Al entrar, noté que algo no estaba bien, alguien había movido mi cama.

Entonces vi que Luz había subido una nueva foto en su red social, una selfie acostada en la cama, y decía:

—No hay nada como un colchón de nivel millonario, es realmente cómodo. Sólo le mencioné a mi Hugo que no podía dormir bien, y enseguida me consiguió uno nuevo. Que importante es tener a un hombre que te ame.

El colchón… lo había cambiado, era el que me había comprado mi tío Hugo a principios de año, cuando se me agravó la lesión de espalda, y había costado más de un millón,

Él solía tratarme bien, sabía lo que significaba para mí, una chica a la que había criado, ser tratada así, y aún así me permitió enamorarme de él.

Y sin embargo, se colocaba en un pedestal moral, diciéndome que no podía amar a mi propio tío.

Y ahora, con solo unas palabras de Luz, él ni siquiera me avisó antes de que cambiaría el colchón.

Escuché pasos acercándose, de repente Hugo apareció en la puerta de mi habitación, y dijo ligeramente:

—Como el sueño de Luz es tan ligero, le di tu colchón. Total, tu espalda ya está bien; da igual en qué colchón duermas.

Respondí sin mirarlo, le dije un simple “mm, ajá” para dar por terminada la conversación.

Frunció el ceño y se quedó mirándome con atención.

—Selena, últimamente estás demasiado tranquila, no te reconozco. ¿Qué te pasa? Antes te enfurecías cada vez que me veías ser amable con otra persona, ¿y ahora? ¿Porqué no haces tus típicas rabietas? ¿No estarás tramando algo, verdad? —dijo con tono de advertencia—. Te lo advierto, si te atreves a meterte con Luz, no te lo voy a dejar pasar.

Entonces levanté la vista, lo miré con calma y le contesté:

—No tengo intención de molestar a nadie. Al contrario, lo que más deseo es que nadie vuelva a meterse conmigo. Además, tío, ¿no eras tú quien siempre decía que tenía que comportarme y madurar? Pues ahora lo estoy haciendo. Deberías alegrarte, ¿no crees?

Él apretó los labios, molesto y con el orgullo herido, y repitió tres veces con sarcasmo.

—Muy bien… muy bien… muy bien, Selena.

Dio un portazo y bajó las escaleras. Siempre que lo hacía, significaba que estaba furioso, era su forma de mostrar enojo.

Pero ya no me importaba, ya no tenía ganas de consolarlo . Porque por primera vez su enojo no significaba nada para mí. Muy pronto…me iré de aquí para siempre.
Lanjutkan membaca buku ini secara gratis
Pindai kode untuk mengunduh Aplikasi

Bab terbaru

  • El amor que ya no vuelve   Capítulo 9

    Hugo se acercó a mí con cuidado, con la intención de abrazarme… pero al final bajó las manos sin tocarme. —Selena, ¿no eras tú la que antes no podía separarse de mí ni un momento? ¿No decías que querías quedarte a mi lado toda la vida? Todo fue culpa mía, por no haber entendido mis propios sentimientos a tiempo… por eso te perdí. Ahora me doy cuenta de que solo tú me has amado de verdad, sin pedir nada a cambio. Pero debido a nuestra relación, nunca me atreví a aceptar tu amor. Ahora lo entiendo. Yo también te amo, Selena. Quiero estar contigo… y no separarme nunca más. Intentó abrazarme, pero lo empujé con fuerza. Sus ojos estaban enrojecidos, y me miraban intensamente. —Selena, ¿sabes lo que sentí cuando vi a otro hombre a tu lado? Sentí miedo, un miedo tan grande que me paralizó. Temí perderte. Fui yo quien te apartó de mí, y si eso te hubiera empujado a los brazos de otro hombre… no lo soportaría, me hubiera muerto de dolor —respiró entrecortado, y continuó diciendo— Afortuna

  • El amor que ya no vuelve   Capítulo 8

    Ese día acababa de salir del laboratorio cuando un compañero del grupo me interceptó en el pasillo. —Selena, ¿por qué eres tan fría e indiferente conmigo?¿Por qué ni siquiera me das una oportunidad?Alrededor, varios compañeros empezaron a reunirse y rodearnos, curiosos por ver qué es lo que pasaba. Suspiré resignada, detuve mis pasos y lo miré de frente.—Ya te lo he dicho —respondí con calma—, mientras esté estudiando, no voy a pensar en relaciones amorosas. Solo quiero concentrarme en mis estudios. Él llevaba mucho tiempo detrás de mí. Aunque lo había rechazado una y otra vez, seguía insistiendo con la misma terquedad. Esa vez, no quería dejarme ir sin más; insistió en invitarme a una reunión que estaba organizando. Ya no recuerdo cuántas veces me había invitado, siempre lo rechazaba, y justo cuando estaba por rechazarlo otra vez, una figura alta y familiar apareció frente a mí, bloqueando mi vista. —Estudiante —su voz era fría y firme—, ¿acaso no entiendes español o qué? Ell

  • El amor que ya no vuelve   Capítulo 7

    En ese tiempo, yo estaba tan ocupada en el extranjero que ni siquiera tenía tiempo de pensar en lo que sucedía en casa. Durante más de medio año, me había sumergido por completo en mis estudios. Salía temprano cada mañana y regresaba tarde en la noche; aparte de comer y dormir, todo mi tiempo lo dedicaba a aprender. El ambiente en la nueva universidad era excelente. Conocí a muchos estudiantes internacionales, lo que me ayudó en poco tiempo a integrarme en mi nueva vida académica. Antes, mis pensamientos siempre giraban alrededor de Hugo, y apenas le prestaba atención a mis estudios. Ahora, de repente, encontré valor en mis logros académicos, y mi vida se ha vuelto mucho más divertida y llena de color. Después de mudarme al extranjero, no he regresado más a mi país. Mis compañeras de cuarto desde que tienen una oportunidad en las vacaciones vuelven al país, pero cuando me invitan yo siempre rechazo la idea de volver. Finalmente, había logrado escapar de ese lugar, y no pensaba

  • El amor que ya no vuelve   Capítulo 6

    Hugo no quería hacer enojar a Luz justo el día en que había dado a luz, mucho menos provocar que se alterara y terminara con alguna secuela. Por eso, enseguida lo negó. —¿Pensar en esa mocosa que solo me daba dolores de cabeza? ¡Por favor! Solo estaba pensando en qué regalo darle a mi hijo para celebrar su nacimiento —dijo, forzando una sonrisa. Pero aunque lo negara, su mente seguía regresando una y otra vez a Selena. Tanto, que por un momento sintió un impulso absurdo de viajar al extranjero para buscarla. Luz al escuchar su respuesta finalmente sonrió.—Hugo, ¿recuerdas lo que me prometiste? —le dijo juguetona—. Que si era niña me darías cinco millones, y si era niño, ¡diez! Ya es hora de cumplir, ¿no?Hugo se quedó helado por un momento. Apenas entonces recordó aquella promesa que había hecho meses atrás, cuando ella recién se enteró de su embarazo. De pronto, algo dentro de él se sintió diferente, incómodo. Durante estos dos años había gastado bastante dinero en ella. Cua

  • El amor que ya no vuelve   Capítulo 5

    Pasaron los meses, y llegó por fin la fecha del parto de Luz. Hugo no se separó de su lado, acompañándola día y noche. El día que ella daba a luz, el aguardaba afuera del quirófano con los nervios de punta. Decían que traer un bebé al mundo era como caminar entre la vida y la muerte, y él no podía hacer nada más que rezar en silencio para que tanto ella como el bebé salieran sanos y salvos. Pero no era el único impaciente, allí también estaba el gran amigo y amor de la infancia de Luz. Hugo ya estaba fastidiado, y no podía evitar tener el ceño fruncido. Cada vez que llegaba un momento importante, ese hombre aparecía. En realidad, nunca lo había considerado una amenaza. Aunque se conocían desde niños, Luz no era una mujer que viviera solo de amor y palabras bonitas, su belleza requería mucho dinero para mantenerse, y su carácter ambicioso buscaba poder y éxito, y ella lo sabía. Así que, era propietaria de su propio negocio. Por eso Hugo, aún habiéndola amado en secreto por tanto

  • El amor que ya no vuelve   Capítulo 4

    Hugo ya tenía puesto el traje de la boda, pero no salió junto a los demás para la ceremonia. No sabía por qué, pero terminó caminando hacia la habitación de Selena, con ganas de verla una vez más. Sin embargo, al llegar a su habitación la encontró vacía y, su corazón dio un vuelco inesperado. Pero entonces recordó que, ella seguramente ya había salido hacia el lugar de la ceremonia con toda la familia Quiroga. Así que, se sintió más aliviado, y bajó para salir a buscar a Luz para la ceremonia. Hoy estaba increíblemente emocionado, finalmente se casaría con la mujer de sus sueños que había amado durante años, su gran amor, y pronto tendrían un hijo juntos. Solo con pensarlo, la sonrisa de felicidad ya no podía ocultarla en su rostro. Cuando vio a Luz por primera vez aquel día, no pudo apartar la mirada de ella. Estaba vestida con un impecable vestido blanco, era simplemente deslumbrante. No podía creer que la mujer de la que había estado enamorado durante años estuviera finalmente

Bab Lainnya
Jelajahi dan baca novel bagus secara gratis
Akses gratis ke berbagai novel bagus di aplikasi GoodNovel. Unduh buku yang kamu suka dan baca di mana saja & kapan saja.
Baca buku gratis di Aplikasi
Pindai kode untuk membaca di Aplikasi
DMCA.com Protection Status