Short
Donde el amor me dejó vacía

Donde el amor me dejó vacía

От :  DaliaПолный текст
Язык: Spanish
goodnovel4goodnovel
10Главы
159Кол-во прочтений
Читать
Добавить в мою библиотеку

Share:  

Report
Aннотация
Каталог
SCAN CODE TO READ ON APP

El día en que Rosa, el amor de mi esposo, enferma terminal, dio a luz a su hijo, mis suegros contrataron a diez guardaespaldas para vigilar la sala de partos y asegurarse de que yo no apareciera a hacer un escándalo. Pero la verdad es que nunca fui. Mi suegra, Melina, le tomó la mano a Rosa conmovida: —Rosa, mientras estemos nosotros aquí, ¡Fiona jamás podrá hacerte daño a ti ni a tu bebé! Mi esposo, Benito Cruz, con ternura en la mirada, la acompañaba durante el parto, secándole el sudor de la frente. —Tranquila, mi padre está con su gente en la entrada del hospital. Si Fiona se atreve a venir, la sacamos en el acto. Al ver que pasaban las horas y yo no aparecía, por fin se tranquilizó. Para él no tenía sentido pensar que yo fuera capaz de armar una escena. Solo quería cumplirle a Rosa su último deseo: ser madre antes de morir. ¿Por qué yo me empeñaría en arruinarlo? Cuando escuchó el llanto del recién nacido en brazos de la enfermera, no pudo evitar sonreír con alivio. Pensó que, si al día siguiente yo iba a disculparme con Rosa, se olvidaría de todas nuestras peleas. Incluso estaba dispuesto a dejar que yo criara al niño como si fuera mío. Lo que él no sabía era que, en ese mismo instante, yo acababa de entregar mi informe en la ONU. En una semana iba a renunciar a mi nacionalidad para unirme a Médicos Sin Fronteras. Y desde entonces jamás volvimos a vernos.

Узнайте больше

Chapter 1

Capítulo 1

Ese día, justo cuando Benito salía de la clínica con Rosa, yo terminaba los trámites en el hospital.

En cuanto crucé la entrada, me llegaron risas y voces alegres desde adentro.

—¡Qué bebé tan hermoso! Con esas cejitas gruesas salió igualito a Benito. Rosa, gracias por darle un hijo a la familia Cruz —dijo Melina, mi suegra, mientras acunaba al recién nacido.

En ese momento Benito salió de la cocina con un tazón humeante.

—Rosa, sé que has pasado por tanto... yo mismo preparé esta sopa, tienes que reponerte.

Se sentó en la orilla de la cama, la miró con ternura y empezó a darle de comer, aparentando ser la familia perfecta.

Felipe, mi suegro, entretenía al niño con un sonajero, sonriendo de oreja a oreja.

—Este niño va a ser tan encantador como su mamá. Menos mal que no lo tuvo Fiona, esa seca. Con una madre doctora no se puede vivir.

Apreté con fuerza el picaporte.

Recordé cuando conocí a Felipe: me dio una palmada en el hombro, orgulloso de tener una nuera doctora. Y ahora resulta que, para él, ser doctora era un defecto imperdonable.

Cuando nos casamos y la familia de Benito pasó por una crisis, fui yo quien puso todos mis ahorros, decenas de miles, para sacarlos adelante.

Y ahora, después de un año de especialización en el extranjero, descubrí que ya no había lugar para mí en esa casa.

Bajé la cabeza y solté una sonrisa amarga.

Llevábamos tres años de casados. También habíamos tenido un hijo... hasta que un accidente me lo arrebató y me dejó sin poder volver a tener hijos.

Me vine abajo. Entonces Benito me abrazó y me juró que nunca tendría hijos con nadie más...

Pero ahora rompió su promesa. Para cumplir el último deseo de esa mujer, decidió traicionar nuestra vida juntos.

Todavía recuerdo el día en que me fui al extranjero: lloraba como un niño y me apretaba contra su pecho, sin querer soltarme.

Ese año no pasó un solo día sin que habláramos. Mis compañeros se reían diciendo que, después de tres años de casados, todavía parecíamos novios en plena luna de miel.

Hasta que, hace un mes, me dieron un permiso especial y, después de nueve horas de vuelo, corrí a casa sin importar el cansancio. Y lo que me encontré fue a Benito paseando de la mano con Rosa, con la panza ya bien crecida.

Mis pensamientos se cortaron con la voz de ella:

—Fiona, ¿cuándo regresaste? ¿Por qué te quedas en la puerta?

Todos en la sala giraron la vista hacia mí.

Melina, al ver los papeles de mi renuncia en mi mano, me soltó con fastidio:

—¿Cómo pude permitir que Benito se casara contigo? ¿Renuncias a tu trabajo? ¿Piensas vivir a costillas de mi hijo?

Felipe no tardó en unirse:

—Ni siquiera sabes aprovechar un buen puesto. ¿Para qué sirves entonces? Si hubiera sabido que eras tan inútil, jamás habrías entrado a esta familia. Rosa está delicada, y con ella y el bebé es puro gasto. ¿Y tú qué haces? En vez de ayudar a Benito, solo estorbas.

Solté una risa amarga.

—¿Y Benito? Mientras yo me mataba estudiando, él fue y embarazó a otra. ¿Eso les parece ser un buen esposo?

—¡Fiona, ya basta! —Benito me miró con frialdad, molesto—. ¿No entiendes que lo hice pensando en ti? Tú no puedes tener hijos, así que dejé que Rosa tuviera un hijo por ti, para que al fin supieras lo que es ser madre. ¿Por qué no puedes ver la intención detrás de todo?

—Además, fue por inseminación artificial. Es lo mejor para todos: Rosa cumple su último deseo, y tú puedes ser madre sin pasar por dolor. ¿Qué hay de malo en eso?

—Hace dos años Rosa me salvó la vida en un accidente. Perdió a sus padres y ahora está en fase terminal de cáncer. Pronto no quedará nadie que la recuerde. Siendo mujer, deberías entenderla, no atacarla. ¿O crees que soy un miserable?

Rosa, con gesto dolido, le tomó la mano a Benito y me miró con los ojos llenos de súplica.

—Fiona, no me culpes más. Sé que todo esto es por mi culpa. Te prometo que me apartaré de sus vidas, pero por favor, no destruyas tu matrimonio por mí.

Los miré a los cuatro frente a mí: ya habían elegido de qué lado estaban. Y entendí que ellos eran la verdadera familia.

Entonces Benito habló con voz seca y tajante:

—Fiona, se me está acabando la paciencia. Si vuelves a molestar a Rosa, no me obligues a hacer algo que no quiero. Si quieres seguir a mi lado, más te vale quedarte callada. La semana que viene, en el bautizo, voy a decir delante de todos que tú eres la madre del niño.

¿La semana que viene?

Volteé hacia la cuna, donde el bebé dormía plácidamente. Justo la fecha en que debía viajar al extranjero.

Y en ese momento lo decidí: antes de irme, les dejaría un recuerdo que nunca podrían borrar.
Expand
Next Chapter
Download

Latest chapter

More Chapters

To Readers

Bienvenido a Goodnovel mundo de ficción. Si te gusta esta novela, o eres un idealista con la esperanza de explorar un mundo perfecto y convertirte en un autor de novelas originales en online para aumentar los ingresos, puedes unirte a nuestra familia para leer o crear varios tipos de libros, como la novela romántica, la novela épica, la novela de hombres lobo, la novela de fantasía, la novela de historia , etc. Si eres un lector, puedes selecionar las novelas de alta calidad aquí. Si eres un autor, puedes insipirarte para crear obras más brillantes, además, tus obras en nuestra plataforma llamarán más la atención y ganarán más los lectores.

Комментарии

Комментариев нет
10
Explore and read good novels for free
Free access to a vast number of good novels on GoodNovel app. Download the books you like and read anywhere & anytime.
Read books for free on the app
SCAN CODE TO READ ON APP
DMCA.com Protection Status