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Capítulo 8

作者: Grin
Al día siguiente, solicité a la empresa un cargo permanente en otra ciudad.

No me esperaba que la única vacante para traslado fuera en el extranjero.

Pero eso encajaba a la perfección con lo que yo quería.

¡Alejarme de esta ciudad, cuanto más lejos y pronto, mejor!

Al tercer día, con la ayuda de la empresa, tramité mi pasaporte, tomé un avión y dejé por fin el país.

***

En un abrir y cerrar de ojos, pasaron cinco años.

Durante ese tiempo, dejé de lado todas mis preocupaciones y enfoqué toda mi energía y vitalidad en el trabajo.

Solo de vez en cuando, a través de algunos amigos y clientes del país, me llegaban noticias de otras personas.

Pero nunca les presté demasiada atención.

Con el paso del tiempo, fui olvidando de forma gradual el doloroso pasado.

Finalmente, gracias a mi esfuerzo, logré alcanzar cierto éxito.

Poco a poco, ascendí hasta el puesto de directora de la sucursal en el extranjero.

Cerca de la noche de Año Nuevo, como directora de la sucursal, regresé al país para present
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  • Mi Bastardo Inocente   Capítulo 7

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    Sentí que el corazón se me hacía mil pedazos en ese instante. Lo miré fijamente sintiendo cómo perdía toda la esperanza en él. Aturdida, como flotando en una pesadilla, me encerraron como un perro rabioso en el ático de la mansión.Al caer la noche, a la oscuridad se sumó el chillido de las asquerosas ratas. Una se plantó frente a mí y me observó con cierta curiosidad durante un largo rato.De repente, la puerta del ático se abrió.La rata, asustada, huyó y se escondió. Tras la puerta apareció Rebeca, con una expresión de odio.Al ver que estábamos solas, dejó de lado cualquier disimulo y me dedicó una sonrisa llena de malicia.—¡Mírate nada más, Gabriela! ¡Por fin te llegó tu hora! Te lo dije mil veces, Héctor es mío. Pero tú, con el mayor descaro del mundo, metiste. ¿Y encima de todo pensabas casarte con él? Deberías saberlo: para él, yo soy lo más importante en la vida. Tú… tú solo eras un pasatiempo, alguien para matar el rato cuando se aburría, ¡nada más! Su sonrisa, tan

  • Mi Bastardo Inocente   Capítulo 3

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