Julieta es una chica fea de origen humilde. Fue obligada a casarse con el hombre más rico y poderoso de Guadalajara, Leonardo Beltrán, como reemplazo de su hemana. Durante el día, actuaba como una empleada discreta y sumisa en la mansión Beltrán. Pero al caer la noche, se deshacía de la cicatriz falsa que oculta su extraordinaria belleza y se convertía en la secreta esposa sustituta del magnate. Cuando su secreto como sustituta salió a la luz, la alta sociedad de Guadalajara esperaba su caída. Sin embargo, contra todo pronóstico, Julieta no solo evitó la humillación, sino que sorprendió a todos, revelando sus talentos ocultos en perfumería y farmacéutica, iniciando un camino imparable hacia el éxito. Mientras tanto, el distante Leonardo Beltrán se descubrió irremediablemente enamorado, dispuesto a protegerla y a estar rendido a sus pies. —Ella es mía.
Lihat lebih banyakLeonardo tomó su mano y la llevó hacia el interior.Julieta lo siguió. Su palma, ancha y cálida, envolvía por completo su mano pequeña y delicada. Una mano grande sujetando una pequeña.Creía que sus días como sustituta habían terminado, pero al parecer, la farsa debía continuar.Apenas entraron en la sala, escucharon la voz impaciente de Isabel Beltrán, que miraba hacia todos lados.—Mi hijo fue a buscar a mi nuera, ¿y todavía no vuelve? Vigilen la entrada, si regresa solo, ¡cierren la puerta! ¡Que ni se le ocurra volver!—Mamá…Leonardo habló con resignación.Isabel vio de inmediato la figura delicada detrás de Leonardo y se abalanzó hacia ellos.—¡Hijo, por fin llegas! Te he esperado tanto tiempo. ¿Y esta debe ser mi querida nuera, Verónica, verdad?—Mamá.Julieta saludó con docilidad, siguiendo el guion.—¡Sí! ¡Perfecto, perfecto!Isabel aceptó el saludo de inmediato, encantada con su nuera.—Verito, la verdad es que admiro tu fama desde hace mucho.—¿Mi fama?Preguntó Julieta, des
«¿El collar de esmeralda?»Julieta recordó que no lo traía consigo, lo había dejado en la casa de los Méndez.—Abuela, está en casa de mis papás, voy por él ahora mismo.La abuela, muy débil, ya había cerrado los ojos.—Está bien, Julietita. No puedes perderlo, acuérdate de ir por él. Voy a dormir un rato.La anciana volvió a sumirse en el sueño.Julieta le acomodó bien la cobija y salió directa hacia la casa de los Méndez a recuperar su collar de esmeralda....En la casa de los Méndez.Verónica, que acababa de llegar huyendo, se sorprendió al ver a Julieta.—¿Julieta? ¿Qué haces aquí?Julieta la miró con sus ojos claros y distantes.—Vine por mi collar de esmeralda.«¿El collar de esmeralda?»Al escuchar esas palabras, la expresión de Verónica cambió por completo.Julieta subió las escaleras y fue a su antigua habitación a buscar el collar, pero ya no estaba. No había rastro de él. Lo había dejado justo ahí, a menos que… ¡alguien se lo hubiera llevado!—Verónica, ¿dónde está? Seguro
Al ver la elocuencia desafiante de la joven, un tic nervioso crispó la mandíbula de Leonardo. Su expresión se endureció.—¿Sabes qué, Julieta? Si sigues con esa actitud, ¡te voy a callar a la fuerza!Natalia, que estaba escuchando a escondidas, intervino de inmediato, con una chispa pícara en la mirada:—Tío, ¿y con qué piensas callar a Julietita? Porque suena medio sospechoso, ¿eh?Julieta no supo qué decir.—¡Ay, Nati, por favor! —intervino Julieta, tratando de calmarla—. No digas esas cosas, tu tío no lo decía de esa manera.Leonardo permaneció en silencio, con el semblante grave. Si esa muchachita volvía a provocarlo, estaba dispuesto a demostrarle exactamente a qué se refería.—Señor Beltrán, discúlpeme. Me equivoqué —dijo Julieta, bajando la mirada y adoptando un tono sumiso—. Prometo que no volverá a pasar.Leonardo resopló de fastidio y se marchó sin decir más.En cuanto se fue, Natalia corrió hacia Julieta, con aire zalamero.—¡Ay, Julietita, perdóname! Qué pena contigo hace r
Sintió un leve cosquilleo en la garganta, tragó saliva despacio y luego dijo:—En cuanto encuentres dónde vivir, te mudas.Dicho esto, subió las escaleras.«Por fin. Me puedo quedar.»Cuando su figura desapareció en el estudio, Julieta soltó un gran suspiro de alivio. Estaba claro que con él funcionaba mejor la suavidad que la confrontación.…Natalia jaló a Julieta hacia su habitación y la hizo sentarse en una silla.—¡A ver, Julietita, siéntate! Te voy a compartir mis tesoros.«¿Puedo decir que no?»Julieta recordó el último “tesoro” que Natalia le había compartido: una revista… bastante subida de tono.En ese momento, Natalia sacó un pequeño cuaderno con aire de misterio.—¡Tarán! Mira, Julietita, este es mi catálogo personal. Cien galanes para que escojas al que quieras.Julieta se quedó sin palabras.—Julietita, ¿qué tal este tipo? Súper lindo, todo el día pegado a ti, ¡qué romántico! ¿Y este señor? Guapo, con dinero, te trataría como a su hija.—No me gustan.—Entonces, ¿qué tal
El cuerpo esbelto y suave de la joven se estrelló contra él de improviso, y Leonardo se quedó paralizado por un instante. ¡Era la sirvienta que trabajaba en su casa!Instintivamente, la rodeó con un brazo por la cintura, atrayéndola hacia sí para protegerla.Julieta sintió como si hubiera chocado contra un muro. El impacto la dejó sin aire y adolorida. Levantó la vista, con los ojos anegados en lágrimas, y el rostro increíblemente atractivo de aquel individuo se impuso en su campo visual.¡Leonardo!«¿Qué hacía aquí?»—Tío, ¿qué haces aquí? —preguntó Natalia en ese momento.«¿Tío?»«¿Otra vez "tío"?»Julieta y Natalia eran compañeras de clase. Natalia tenía una marca de nacimiento en la mejilla derecha, lo que le había valido crueles apodos en el pasado y, de algún modo, eso las había unido.A pesar de las burlas, Natalia era optimista y tenía un carácter encantador. No tardaron en hacerse muy buenas amigas.Natalia nunca había contado en la universidad que pertenecía a la familia Belt
«¿Leonardo Beltrán quería que ella le creara un bálsamo aromático?»Julieta Méndez lo pensó un instante antes de responder…...Hacienda Esmeralda, en el despacho.La furia se apoderó de Leonardo en cuanto Julieta le colgó el teléfono.«¿Cómo se atrevía a colgarle?»Volvió a marcar, pero solo escuchó el mensaje grabado:[El número que marcó no está disponible.]Marcó dos veces más, con el mismo resultado.—Este… señor Beltrán —intervino Andrés con cautela—. Creo que ya no tiene caso que siga intentando, la llamada no va a entrar.—¿Por qué?—Porque… parece que la señorita Méndez lo bloqueó.«¿Bloquearlo a él?»Nunca nadie había bloqueado a Leonardo. Sus ojos oscuros se endurecieron, su mandíbula se tensó y su atractivo semblante adquirió una dureza implacable.«¡Esta mocosa insolente!»Un sudor frío recorrió la espalda de Soto, pero, fiel a su profesionalismo, intentó razonar:—Señor Beltrán, la señorita Méndez ya no es su empleada. Si usted le llama, pues… es comprensible que le cuelg
Bienvenido a Goodnovel mundo de ficción. Si te gusta esta novela, o eres un idealista con la esperanza de explorar un mundo perfecto y convertirte en un autor de novelas originales en online para aumentar los ingresos, puedes unirte a nuestra familia para leer o crear varios tipos de libros, como la novela romántica, la novela épica, la novela de hombres lobo, la novela de fantasía, la novela de historia , etc. Si eres un lector, puedes selecionar las novelas de alta calidad aquí. Si eres un autor, puedes insipirarte para crear obras más brillantes, además, tus obras en nuestra plataforma llamarán más la atención y ganarán más los lectores.
Komen