Plantada en el Registro Civil

Cuando vi esa acta de matrimonio, lo primero que pensé fue, ¿y si solo era alguien con el mismo nombre?Pero ahí, en la foto de la libreta, estaba ese rostro con el que había convivido cinco años de mi vida.No había forma de engañarme más.Mi novio de cinco años, Leonardo, estaba casado con otra mujer, y su esposa legal no era otra que su amiga de la infancia, Alicia.Al leer la fecha sentí que me quedaba sin aire, 20 de mayo… de hace tres años.Las lágrimas comenzaron a caer sobre la pantalla de mi celular, sin que pudiera detenerlas.Había estado con Leonardo desde la universidad, cinco años de relación, pero tres de esos años, él ya había estado casado con otra.Resultó que me había mentido tres años enteros.Durante esos tres años, amanecía en sus brazos y siempre me regalaba un beso al despertar.Con ternura me preparaba el desayuno y me acompañaba hasta la puerta antes de ir al trabajo.Por eso, aunque las seis veces anteriores que habíamos quedado para ir a casarnos él siempre

Conocí a Leonardo en la universidad.En aquel entonces, me desvivía todos los días preparándome para una entrevista.Cada madrugada, antes de que amaneciera, ya estaba en la pista, ensayando en voz alta como si estuviera en la entrevista.Hasta que, un día, escuché una risita detrás de mí.Leonardo apareció desde las gradas, con esa mirada traviesa.—Te he escuchado tantos días presentarte —me dijo, sonriendo—. ¿Qué tal si me tomas por el entrevistador y practicas conmigo? Así será más real.Su mirada era limpia, sin una pizca de burla.Yo, con las mejillas ardiendo, acepté.Desde entonces, el amanecer en aquella pista se convirtió en nuestro secreto tácito.Nos fuimos acercando cada vez más y, al graduarnos, estar juntos fue lo más natural del mundo.El día de nuestro segundo aniversario, me pidió matrimonio.Yo, con los ojos llenos de lágrimas, dije que sí y lo abracé como si el mundo pudiera derrumbarse en ese instante.Entonces pensé, con una certeza absoluta, que él sería el amor

El rostro de Leonardo se llenó de pánico.—¿Por qué? Si lo hice por la salud de Alicia. Además, ¿esa hoja de papel es tan importante? Si me amas, ¿qué importa tener un acta o no?Su voz terminó sonando casi como un reproche, como si yo fuera la irracional.Me resultó tan absurdo que quise reír.Mi novio de cinco años llevaba tres años casado con otra mujer.Me engañó todo ese tiempo y aun así pretendía que lo comprendiera.—¿Quieres que acepte ser la amante entre tú y Alicia? —solté con frialdad.El gesto de Leonardo se endureció.—Sofía, ya te lo expliqué. Casarme fue solo para cumplir el último deseo de Alicia. ¿De verdad tienes que ser tan dura?En estos cinco años casi nunca lo había visto perder la compostura.Él mismo solía presumir de ser el novio más paciente, y yo no hacía más que darle la razón.Ahora, por Alicia, era capaz de levantarme la voz.Y ahora, por Alicia, perdió la calma conmigo. Quizá solo descubrí lo intocable para él, y eso es justamente Alicia.—Solo te haré un

Desde aquella llamada, Leonardo buscó mil maneras de marcarme con distintos números.Yo ya estaba harta, así que bloqueé todas las llamadas desconocidas.Por fin el mundo se me quedó en paz.Justo en la posada buscaban voluntarios y, como también quería distraerme con algo, me inscribí. Pasaron meses en los que, aparte de avisar a mis padres y a un par de amigos cercanos que estaba bien, no tuve contacto con nadie más.Hasta que un viejo compañero de clases me envió la invitación a su boda. Fue entonces cuando tomé el avión de regreso.En la boda se reunieron varios excompañeros, y entre charla y risas terminamos recordando viejos tiempos.No sé quién fue el que sacó a colación a Leonardo.—En su momento tú y Leonardo estaban tan bie, seguro ya pronto se casan, ¿no?—Claro, después de la boda de Luisito, la próxima será la tuya.—¡Eso mismo! Oye, ¿y por qué viniste sola? ¿Dónde está Leonardo?De mi ruptura con él solo se habían enterado mis padres, los demás no sabían nada.Pensé que j

Me enteré del presente de Leonardo por boca de algunos compañeros.Resulta que aquella noche, después de la boda, él y Alicia tuvieron una fuerte pelea.Parece que se convenció de que la mujer a la que amaba era a mí, y le gritó a Alicia que quería divorciarse. Incluso la culpó de que, de no haber sido por ella, ya estaría casado conmigo desde hace años.Alicia, fuera de sí, terminó explotando.Y en ese arrebato confesó la verdad, jamás había tenido cáncer.Todo había sido un engaño, una mentira cuidadosamente tejida para retener a Leonardo.Después de marcharse al extranjero, supo que él y yo estábamos juntos, y esa noticia la consumió de celos.Ella sabía que Leonardo alguna vez la había querido, así que se valió de esa debilidad para inventar una historia a su medida.Y lo logró.Incluso aquel video, lo publicó a propósito.De hecho, el mismo día que se casaron, Leonardo le pidió que no me lo contara.Ella, feliz porque al fin se había convertido en su esposa, aceptó sin pensarlo, c