Share

Capítulo 4

Author: Vega Cielo
—Andrea, ni aunque me obliguen te voy a querer jamás. Y si se te ocurre decirle a Lorena que me has ganado, ¡te juro que no me caso contigo!

Con esas palabras, Alberto se dio la vuelta y, llevándose a Lorena de la mano, se alejó sin mirar atrás.

Los vi alejarse, y solo sentí vergüenza ajena. Me cuesta creer cómo en mi vida pasada pude haberme enamorado de alguien así.

Justo antes de que comenzara la fiesta de compromiso, acababa de dar los últimos toques a mi maquillaje cuando Lorena se me apareció.

Su mirada estaba llena de resentimiento y enojo.

—Andrea, ¿por qué? ¡No lo acepto!

—¿Por qué la vida te sonríe a ti, naciendo en cuna de oro, y yo tengo que ser la pobre diabla a la que todos menosprecian? ¡Hasta Alberto, el hombre que me encanta, tuvo que casarse contigo por el poder de tu padre!

No pude evitar soltar una risa de puro desprecio y la miré fijamente.

—Lorena, ¿acaso no te ha bastado con la ayuda de la familia Navarro?

—Mi padre, al ver tu situación, te pagó los estudios. Después, cuando tus padres murieron, te trajo a vivir con nosotros.

—¿Y tú cómo respondes? ¡En vez de estar agradecida, solo sabes buscar pleitos!

—Si Alberto de verdad te amara, lo dejaría todo por ti. ¡No estaría buscando la comodidad del poder de la familia Navarro!

Lorena dio un par de pasos hacia atrás, con los ojos llenos de incredulidad.

—No, no es así...

—Alberto dijo que apenas la familia Navarro sea suya, te va a dejar y se va a casar conmigo.

Solté una carcajada burlona.

—¿De verdad crees en ese cuento de hadas? ¿Acaso mi padre es un estúpido? ¿Cómo crees que no va a tener mi futuro en mente?

Lorena palideció, y sus ojos adquirieron un brillo más frío y calculador.

—Si es así, no me obligues a ser más cruel.

Dicho esto, sacó una navaja de su bolsillo y, con un movimiento rapidísimo, se la clavó en el brazo. Luego, lanzó un grito desgarrador.

Los guardaespaldas irrumpieron en la habitación, y allí estaba Lorena, mirándome con rabia, su voz débil:

—¿Por qué me haces esto, Andrea?

Alberto, al ver la escena, estalló de furia y me soltó una bofetada de inmediato.

En un segundo, varios hombres lo inmovilizaron en el suelo.

—¡Alberto, ¿estás loco?! ¡Si el señor Navarro te ve, estás acabado!

Lorena fue trasladada al hospital, y Alberto, después de una reprimenda severa de los demás, recuperó algo de sensatez.

La fiesta finalmente comenzó, y el salón estaba a tope de familiares y amigos.

Carlos, con el brazo firmemente apoyado sobre el mío, subió al estrado y, con una sonrisa, dijo:

—Hoy los hemos reunido para compartir la alegría de mi hija. Esta noche, ella se va a comprometer con uno de los presentes.

—Y ese será...

—¡Un momento!

Justo cuando la tensión era palpable y todos esperaban el nombre, Alberto lo interrumpió.

Todos los ojos se clavaron en él, y Carlos, visiblemente molesto, lo fulminó con la mirada.

Pero Alberto, sin inmutarse, respondió con frialdad:

—Señor, yo no siento nada por Andrea. Ni a la fuerza me voy a comprometer con ella.

Se desató un murmullo y los comentarios inundaron la sala.

—¿Qué está pasando aquí?

—¡La están dejando en ridículo en público!

Carlos soltó una risa, y de inmediato el ambiente se volvió tenso.

—La persona con la que mi hija se va a comprometer no eres tú, Alberto. ¡Es Leonardo!

Al escuchar esto, todo el salón quedó en completo silencio.

Nadie esperaba que el prometido elegido por mí fuera Leonardo.
Continue to read this book for free
Scan code to download App

Latest chapter

  • Promesa rota, corazón renacido   Capítulo 9

    En nuestra boda, recibimos los mejores deseos de parte de nuestros amigos y familiares.También recibí una carta de lejos.En ella, Alberto me expresaba sus sinceros deseos de felicidad para nosotros y me decía que siempre me recordaría con cariño.Durante todos estos años, se había estado cuestionando muchas cosas y, aunque no esperaba mi perdón, sentía la necesidad de disculparse.Al leer esas palabras, supe que todo lo pasado quedaba atrás.Lo que ocurrió antes era como un sueño fugaz, y ahora tenía frente a mí la vida que realmente merecía.Leonardo se encargó de la familia Navarro con gran habilidad, y pronto todo empezó a prosperar.Aunque su trabajo era muy demandante, siempre sacaba tiempo para estar conmigo.Un día, estaba sola en casa, sin nada que hacer, y decidí ir a su oficina a buscar un libro para distraerme.Fue entonces cuando un pequeño cofre apareció frente a mí. La curiosidad me ganó, y lo abrí.Dentro, encontré varias cartas.Cada una de ellas era una carta de amor

  • Promesa rota, corazón renacido   Capítulo 8

    Pero los hombres estaban cegados por sus bajos instintos. No les cabía nada más en la cabeza.Con un empujón, uno de ellos me arrojó a un lado, y caí rodando varios metros. El golpe fue tan fuerte que no pude evitar romper a llorar.Vi que ya no había manera de luchar contra ellos, así que me di por vencida.Con una sonrisa llena de malicia, Lorena dijo:—Así está bien. Aunque alguien venga a salvarte, cuando te vean humillada, dudo que quieran tener algo contigo.Los hombres se acercaron a mí, con la maldad brillando en sus miradas. Grité por ayuda, pero no sirvió de nada.—¡Suéltenla!Justo cuando mi ropa estaba a punto de ser desgarrada por completo, la puerta del almacén se abrió de par en par.Era Alberto. Con una rapidez increíble, derribó a los hombres a puñetazos y patadas.Me cubrió con su chaqueta y me levantó para sacarme de allí.Pero en ese momento, Lorena, con los ojos inyectados en rabia, sacó un cuchillo y se lanzó contra nosotros.—¡Cuidado!Pero su ataque fue más rápi

  • Promesa rota, corazón renacido   Capítulo 7

    Escuché que Alberto estuvo arrodillado frente a mi casa durante horas, hasta que su cuerpo no resistió más y tuvieron que llevarlo de urgencia al hospital.Al enterarme de esto, no sentí absolutamente nada.Al fin y al cabo, él se lo había buscado.Después de ese día, Alberto desapareció de mi vida.Mi relación con Leonardo, por otro lado, fue consolidándose poco a poco.Antes, mi corazón solo tenía ojos para Alberto, no había cabida para nadie más.Pero al pasar más tiempo con Leonardo, entendí que una relación no se sostiene con el esfuerzo de uno solo.Una relación verdadera es aquella en la que ambos se entregan, luchan y se esfuerzan por mantenerla.También aprendí que, en una relación, no puede haber cabida para un tercero.Creí que mi vida seguiría siendo tranquila y feliz junto a Leonardo, pero el destino tenía otros planes.Era el cumpleaños de Leonardo, y decidí salir sola a preparar una sorpresa.Al llegar al centro comercial, me topé de frente con Lorena. Ella lucía muchísi

  • Promesa rota, corazón renacido   Capítulo 6

    Desde aquel momento, algo hizo clic en mi interior. Lo empecé a ver con ojos diferentes.En ese entonces, él era muy atento conmigo.Mi padre siempre estaba ocupado, y yo había perdido a mi madre cuando era muy pequeña, así que fue Alberto quien se mantuvo a mi lado, cuidándome y mostrándome afecto.Al principio, llegué a pensar que, cuando fuéramos adultos, todo seguiría su curso natural y que, por supuesto, estaríamos juntos.Pero desde que Lorena llegó a nuestra casa, todo cambió.Comenzó a prestarle atención a Lorena y a hacerle favores sin darse cuenta. Incluso empezó a comentar que ella, al venir de una familia humilde, compartía su misma situación.Al principio, para complacerlo, traté de ser amable con Lorena, tal como él me pedía.Pero, poco a poco, Lorena empezó a aprovecharse de la situación.Empezó a difamarme a mis espaldas, diciendo que, como heredera de la familia, yo la maltrataba, mientras se hacía la víctima para ganarse la lástima de Alberto.Por más que intentaba ex

  • Promesa rota, corazón renacido   Capítulo 5

    Leonardo se quedó de piedra por un momento, clavándome la mirada con incredulidad.Cuando le confirmé la decisión con un gesto afirmativo, comenzó a subir lentamente al escenario.Alberto, por su parte, seguía sumido en el shock, murmurando para sí:—No... esto no puede ser.La atención de todos se desvió hacia Leonardo, ignorando completamente a Alberto.Pero, de repente, él soltó un grito y corrió hacia el escenario. Lleno de rabia, me agarró con fuerza del brazo.—¡Andrea, me estás haciendo esto a propósito, ¿verdad?! ¡Lo haces por pura envidia hacia Lorena! ¡Metiste a Leonardo solo para joderme!En ese momento, me quedé sin entender nada: “¡Si él siempre quiso estar con Lorena! ¿Ahora que les doy vía libre, se enoja? ¿Por qué?”Leonardo, al ver la escena, empujó a Alberto sin pensarlo y le dijo con tono firme:—Alberto, Andrea ahora es mi prometida. ¡Mantente lejos de ella!Alberto, con desdén, le lanzó una mirada y volvió a fijarse en mí.—Andrea, sé que toda esta farsa la estás m

  • Promesa rota, corazón renacido   Capítulo 4

    —Andrea, ni aunque me obliguen te voy a querer jamás. Y si se te ocurre decirle a Lorena que me has ganado, ¡te juro que no me caso contigo!Con esas palabras, Alberto se dio la vuelta y, llevándose a Lorena de la mano, se alejó sin mirar atrás.Los vi alejarse, y solo sentí vergüenza ajena. Me cuesta creer cómo en mi vida pasada pude haberme enamorado de alguien así.Justo antes de que comenzara la fiesta de compromiso, acababa de dar los últimos toques a mi maquillaje cuando Lorena se me apareció.Su mirada estaba llena de resentimiento y enojo.—Andrea, ¿por qué? ¡No lo acepto!—¿Por qué la vida te sonríe a ti, naciendo en cuna de oro, y yo tengo que ser la pobre diabla a la que todos menosprecian? ¡Hasta Alberto, el hombre que me encanta, tuvo que casarse contigo por el poder de tu padre!No pude evitar soltar una risa de puro desprecio y la miré fijamente.—Lorena, ¿acaso no te ha bastado con la ayuda de la familia Navarro?—Mi padre, al ver tu situación, te pagó los estudios. Des

More Chapters
Explore and read good novels for free
Free access to a vast number of good novels on GoodNovel app. Download the books you like and read anywhere & anytime.
Read books for free on the app
SCAN CODE TO READ ON APP
DMCA.com Protection Status