All Chapters of Términos de Rendición: Chapter 441 - Chapter 450

Con esta razón, Valeria no podía rechazar fácilmente. Volteó para mirar por la ventana y se dio cuenta de que la luz del día ya había oscurecido sin que se percatara.Yolanda, aparentemente notando su reticencia, se acercó a su oído y le susurró: —Señorita Rivas, ¿por qué no vamos? Acabamos de firmar el contrato, no sería apropiado desairar al señor Donati.Valeria apretó los labios y le sonrió a Lorenzo: —Entonces sería descortés de mi parte rechazar.Después de cenar, Valeria quería marcharse, pero la gente de Lorenzo sugirió ir a relajarse un poco.Valeria frunció los labios y al levantar la vista vio la sonrisa sutil de Lorenzo: —Eso dependerá de si la señorita Rivas me hace el honor.Siempre sentía que Lorenzo tenía algo extraño. El mundo exterior decía que Lorenzo era una persona fría y controlada, que ni siquiera tenía escándalos amorosos, pero ¿por qué siempre sentía que la forma en que Lorenzo la miraba era extraña?Sin embargo, al momento desechó esa idea, pensando que estaba

Dicho esto, echó la cabeza hacia atrás y se bebió todo el contenido de su copa de un trago. Pero antes de terminar de beber, como si se hubiera asustado, le tembló la mano.La copa se deslizó instantáneamente de su mano. Sus ojos se quedaron atónitos mirando al hombre que estaba frente al reservado, observándola con una sonrisa que no era sonrisa.En su corazón se extendió instantáneamente una sola frase: ¡Estoy perdida!Damián arqueó ligeramente las cejas al ver su expresión aturdida. Tenía que admitir que se veía bastante adorable, del tipo de adorable que daba ganas de arruinar.Curvó ligeramente sus labios delgados y habló primero: —¿Qué pasa? ¿La señorita Rivas no se alegra de verme?Deliberadamente mantuvo distancia entre él y Valeria.Solo después de que él habló, Valeria reaccionó y se dio cuenta de que la parte de su falda estaba húmeda y fría. Hoy llevaba puesto un traje ejecutivo: en la parte superior un top de tirantes con una chaqueta de traje, y en la parte inferior solo

—¿Tú dijiste eso?Valeria se apresuró a explicar: —No, no fue así...Y luego le dijo al conductor: —No llame a la policía, nos conocemos.Pero su explicación parecía débil. El conductor simplemente no le creía, después de todo, Damián realmente parecía estar forzándola.Así que al momento siguiente ya había marcado el número de emergencia.Al ver esto, Manuel se bajó del auto, le quitó el teléfono al conductor y lo estrelló contra el suelo.El conductor lo miró conmocionado.—Tú, tú...Manuel le sonrió, regresó al auto y tomó dos fajos de billetes que le entregó al conductor.—Esto no es asunto suyo, aquí tiene para el teléfono y para reparar el auto.Damián vio que Valeria seguía sentada en el auto sin moverse y resopló fríamente.—¿Qué pasa, necesitas que te invite a bajar?Valeria apretó los labios y se las arregló para bajar del auto. En cuanto sus pies tocaron el suelo, casi se desploma.Sin embargo, Damián ya había extendido la mano para agarrar su muñeca y la arrastró directamen

Cuando se dio cuenta de que alguien había entrado, esa persona ya se había acercado y estaba parada bajo la misma nube de vapor que ella.Se detuvo, por reflejo quiso escapar. Al voltear se encontró con la mirada burlona de Damián.Se tranquilizó a la fuerza: —¿Cuándo entraste?Aunque ya había tenido relaciones íntimas con Damián innumerables veces, aún no se acostumbraba a estar desnuda frente a él bajo la luz blanca.Así que instintivamente levantó las manos para cubrir su pecho abundante, lo que parecía tener un aire de resistencia fingida.Damián bajó la cabeza para mirarla. Bajo el vapor, su mirada parecía algo confusa.—¿Me tienes miedo?Valeria negó con la cabeza: —No, solo me asustaste un poco.Damián curvó ligeramente los labios. Valeria vio claramente el deseo floreciente en sus ojos y no pudo evitar retroceder.—El doctor, el doctor dijo que mi pie aún no está completamente curado, que necesito... necesito cuidarlo bien...—¿Oh?Damián soltó una risa suave y levantó la mano

Reaccionó por un momento antes de tomar el teléfono de la mesita de noche para mirarlo.El número no estaba guardado, pero le resultaba familiar.Justo cuando iba a contestar, la otra persona colgó.Frunció el ceño, pensando que era una llamada de spam. Justo cuando iba a dejarlo, la otra persona le envió un mensaje."Señorita Rivas, si no la veo a las dos de la tarde de hoy, me temo que tendré que ir a buscarla."Recordó que era la persona que le había enviado mensajes antes pidiéndole reunirse.La otra persona actuaba de manera muy misteriosa, pero Valeria no caía en ese juego.Mientras más secreto fuera algo, menos se atrevía a confrontar a la gente cara a cara.Había ofendido a bastante gente últimamente, pero contándolos detalladamente, solo eran unos pocos.No le interesaba lidiar con esto, así que simplemente apagó el teléfono.Con esta interrupción, ya no tenía ganas de dormir.Se levantó de la cama y fue al baño.Cuando bajó las escaleras, descubrió que la sirvienta que Damián