All Chapters of Términos de Rendición: Chapter 451 - Chapter 460

—Señorita Rivas, será mejor que se quede callada, de lo contrario... —el hombre sentado a su lado habló con voz fría, volteando a mirar a Valeria con ojos llenos de amenaza.—De lo contrario no podemos garantizar que no le hagamos algo.Valeria apretó ligeramente los dientes, sus manos que sostenían el teléfono se pusieron pálidas.Damián escuchó y sus ojos se volvieron súbitamente sombríos. La voz del hombre le sonaba algo familiar.En pocos momentos, encontró en su mente el recuerdo relacionado con esa voz.Frunció ligeramente el ceño y colgó el teléfono.Luego regresó a la sala de reuniones y dijo a todos los presentes: —La reunión de hoy ya terminó más o menos. Tengo algunos asuntos, debo irme.—Damián, ¿acaso ya no respetas al abuelo?—El abuelo todavía está sentado aquí, no tienes derecho a irte cuando se te antoje.—Además, esta noche hay una cena familiar, ¿tampoco vas a asistir?Damián volteó hacia Tiago y resopló fríamente. Sin embargo, no dijo nada, solo inclinó ligeramente

La luz del sol se filtraba dispersa a través de las sombras de los árboles, proyectándose sobre el suelo. Algunos rayos caían sobre Valeria de manera fragmentada.Incluso Simona no pudo evitar sentirse cautivada por la belleza de Valeria. Qué lástima, pensó, entrar a la puerta de los Figueroa no requería solo una cara hermosa, sino también el respaldo de una familia poderosa.Valeria rio suavemente, su sonrisa distante pero cortés.—Simona se preocupa demasiado. Lo que debía recibir, el señor Figueroa ya me lo ha dado, así que no necesita pagar ningún costo adicional.—Si no hay otros asuntos, ¿puedo retirarme?Simona observó la apariencia de Valeria, viéndola mantener esa actitud calmada de principio a fin. Sin saber por qué, se sintió algo molesta.Su calma podía interpretarse, por un lado, como resistencia mental. Por otro lado, ¿no podría entenderse también como que nunca había puesto a su hijo en su corazón?Simona soltó una risa fría y la miró arqueando las cejas.—Pero si no tom

Después de reflexionar un momento, finalmente habló lentamente.—Yo... yo creo que no tiene precio.Valeria pensó que esta respuesta era perfecta, que su inteligencia había alcanzado su punto máximo en este momento de su vida.Efectivamente, Damián parecía complacido. La ira en el fondo de sus ojos se desvaneció considerablemente.—¿Oh? ¿No tiene precio? —Damián la miró con una sonrisa que no era sonrisa.Claramente vio la astucia en los ojos de Valeria, pero no la desenmascaró.Valeria asintió: —Sí, no importa cuánto dinero me ofrezcan, no lo cambiaría.Dicen que a los hombres hay que halagarlos. Valeria vio que el rostro de Damián había mejorado considerablemente y que la presión a su alrededor ya no era tan baja como antes.Con valentía lo abrazó por la cintura y actuó de manera mimosa.—Lo de hoy realmente no fue por mi voluntad. También fui llevada súbitamente ante Simona.—Realmente no quería ese dinero —esto lo decía en serio.Damián ya le había dado mucho. Dos millones de dólar

Valeria suspiró resignada. ¿Cómo es que aún no se había dormido?Se quedó sin palabras por un momento, fingió estar medio dormida y murmuró algo, luego cerró los ojos y se durmió de nuevo.Afortunadamente, Damián conservó algo de humanidad. No insistió en hacerle nada, así que la noche transcurrió relativamente tranquila.Durante la noche empezó a llover sin que se dieran cuenta. Cuando Valeria despertó al día siguiente, afuera llovía torrencialmente.Por la mañana, apenas al levantarse, su cerebro estaba algo lento para reaccionar. Se quedó mirando la tormenta por un buen rato antes de darse cuenta de dónde se encontraba.Pero el cuerpo ardiente que la había envuelto toda la noche ya no estaba.Valeria se detuvo un momento y se levantó de la cama. Tenía cosas que hacer hoy, necesitaba salir.Se levantó, entró al baño, se aseó y bajó las escaleras. Damián aún no estaba, así que suspiró aliviada lentamente.La sirvienta la vio bajar y se apresuró a decir: —Señorita Rivas, ¿qué quiere de

—Hola.Rodrigo habló con tono perezoso, aún con cierta irritación de haber sido despertado de un buen sueño.Valeria se detuvo un momento, sin andarse con rodeos fue directa al grano: —Ayúdame a investigar un lugar.—¿Qué lugar?—Te lo envío por teléfono.Dicho esto, abrió la aplicación de chat y le envió a Rodrigo una de las fotos que había tomado en casa de Lorenzo.Rodrigo miró la foto y dijo directamente: —Este lugar no está en nuestra ciudad.—¿Cómo lo sabes?Valeria se quedó momentáneamente atónita, no esperaba que la respuesta de Rodrigo fuera tan categórica.En la foto estaba Camila en un club nocturno. Por su apariencia, no había ido a divertirse sino a trabajar, llevaba ropa muy reveladora. Estaba encima de un hombre mayor vendiéndole sonrisas.Era algo que a Valeria le daba náuseas solo de verlo. Por eso se había sorprendido tanto.Rodrigo se dio vuelta en la cama y murmuró: —¿Qué tipo de persona soy yo? He estado en todos los lugares grandes y pequeños de esta ciudad.—Este