Poco después, con el esfuerzo combinado desde dentro y desde fuera, por fin lograron rescatar a Silvano.En cuanto lo vio, a Serafina se le estremeció el corazón.Él estaba mucho más delgado, tenía un brazo roto, el cabello despeinado y su cara, antes tan atractiva, ya no tenía nada de vitalidad; parecía un muerto, con los labios pálidos y consumidos.—¡Silvano! —Néstor rompió a llorar de alegría—. ¡Por fin, por fin te encontramos!Los ojos de Silvano se movieron y miraron a Serafina, que estaba a poca distancia.Ella se acercó de inmediato y casi terminó de rodillas frente a él.—Silvano.Silvano dejó ver una sonrisa tranquila, como si una luz cálida lo cubriera.—Serafina...—¡Emperador! —el grito de alarma de Arturo retumbó.Serafina volteó rápido y, sin poder controlarse, echó a correr en esa dirección.—¿Qué le pasa al emperador? —preguntó, muy tensa, aunque por la seguridad de Claudio todavía no podía acercarse demasiado.Arturo, con los dientes apretados, explicó:—¡Se abrió una
Read more