—¡Exacto, Maris es la gran salvadora!Adrián se acercó a Marisol y fue entonces cuando se dio cuenta de que tenía los ojos cerrados, no pudo evitar reírse:—Maris, no tengas miedo, todos aquí somos gente decente.Solo había sido una broma, no pensó que Marisol realmente solo entendería el sentido literal.—Esta noche mi tío invitó a unos amigos a jugar cartas, desde el principio arrasó con todos, y sus amigos ya casi han perdido hasta los calzoncillos.—...Marisol se quedó sin palabras por un momento, y cuando abrió los ojos le lanzó una mirada fulminante a Adrián, lo que lo hizo reír aún más.—Maris, te voy a presentar. Este es Daniel Montoya, este es Héctor Jaramillo, y el doctor Morales ya no necesita presentación, ¿verdad?Solo con escuchar los nombres, se podían asociar con sus respectivos linajes familiares.Las cuatro grandes familias de Monterrey: los Garza a la cabeza, seguidos de los Montoya, los Jaramillo y los Morales.En estos tiempos, la alta sociedad estaba prácticament
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