All Chapters of Tuya hasta el último latido: Chapter 91 - Chapter 100

Al final, Marisol ni siquiera pudo llegar a la mitad de la montaña antes de subirse al tranvía turístico que Alonso había arreglado de antemano, subiendo la montaña mientras sentía la brisa.Aunque tenía algo de pena, no tuvo más remedio que rendirse ante la realidad.Su cuerpo realmente había llegado al punto donde no podía forzarse más, si caminaba dos pasos más, se tambalearía.Al llegar a la plataforma de campamento, dos enormes tiendas aparecieron ante sus ojos. Miguel estaba cocinando fideos en el espacio abierto, el aroma llegaba con el viento.Las emociones de cansancio y pena de Marisol se desvanecieron completamente. Después de dar una vuelta dentro de la tienda y salir, se sentó al lado de Miguel llena de curiosidad:—¿Las armaste tú solo?—Sí.—¡Increíble!Marisol admiró sinceramente. Las tiendas tenían todas la configuración de dos habitaciones y una sala, un proyecto tan grande, Miguel realmente pudo completarlo solo.Ella tenía muy poca habilidad manual, originalmente se

En el bosque de la montaña, una bandada de pájaros voló repentinamente.Marisol se asustó, cuando volvió a mirar, los ojos de Alonso solo tenían calma serena.—¿Qué pasa? —preguntó Alonso.—Nada...Marisol apartó la cara, volvió a mirar el sol naciente en el horizonte, frunciendo ligeramente el ceño.Definitivamente era porque la luz del sol era demasiado deslumbrante que había tenido esa ilusión.Alonso siguió su mirada, silenciosamente apretó los puños, faltó tan poco...En ese momento, el impulso de abrazarla había sido demasiado fuerte....—¡Tío, cómo pudiste no despertarme! ¡Escalé con tanto esfuerzo justamente para ver el amanecer!—Te desperté.—No, definitivamente no me despertaste, ¡no pude haber dormido tan profundamente!—¿Estás cuestionándome?En el camino de regreso, Adrián se quejaba sin parar de no haber visto el amanecer.Finalmente Alonso lo calló con una frase.Marisol se sentó en el asiento trasero, mirando silenciosamente por la ventana, en su mente aún estaba esa

Siguiendo el horario y ubicación de la invitación, Elena llegó puntualmente con Lucía.Al llegar al lugar, Lucía descubrió que Valentina también estaba ahí.Obviamente, Valentina tampoco esperaba que Lucía apareciera en la reunión. Después de la sorpresa, sintió cierta aversión.Lucía no le importó en absoluto, con cierta provocación, sonrió y saludó a Valentina:—La señorita Rivas también está aquí.La mamá de Valentina, Margarita, sabía por Valentina que Lucía estaba embarazada del hijo de David, este asunto había entristecido a Valentina por varios días.Aún así, Valentina seguía pensando en David.Y Lucía, embarazada y tan llamativa, claramente quería molestar a Valentina a propósito.Pensando en esto, Margarita naturalmente no le dio buena cara a Lucía:—Ay, ¿desde cuándo hasta las don nadie pueden venir a las reuniones?Otras señoras cercanas también se unieron:—Exacto, ¿una familia pequeña como los Ríos también merece estar aquí?—Señora Ríos, ¿no se equivocaron de puerta?Ante

Por la noche, la familia Ríos se sentó a cenar.Elena apenas comió unos bocados antes de dejar los cubiertos, se veía de muy mal humor, sin apetito.Ricardo la miró y preguntó casualmente:—¿Qué pasa? ¿No fuiste a una reunión hoy? ¿Qué te tiene tan molesta?—Mejor ni lo menciones.Elena se molestó solo de recordar la reunión:—Si hubiera sabido que Simona la organizó, no habría ido.—¿Simona?Ricardo dejó el tenedor, frunció el ceño mirando a Elena:—¿Por qué te invitaría ella?—Papá, mejor no preguntes —Lucía le recordó en voz baja.—¿Qué pasó? —Ricardo se puso serio—. ¿Simona las maltrató?—No podemos culparla —Elena suspiró—. Somos nosotros los que no educamos bien, le dimos una excusa, es normal que ella la use para decirnos un par de cosas.—Ricardo, sigo pensando que tenemos que hacer que Maris regrese a casa. Sin mencionar que está enferma y debe regresar, ¡tampoco puede seguir viviendo en casa de Alonso!—A los Garza no les importa, con su posición social, las mujeres se les la

—Quiero volver a tomar una serie de fotos.—Está bien.Marisol respondió, viendo que Adrián la miraba intensamente, tuvo una vaga sensación de presagio.Adrián no dijo nada, solo siguió mirándola, como si quisiera que ella misma entendiera.Marisol se sintió incómoda:—No me digas que planeas que yo te tome las fotos.—¡Exacto!Adrián se emocionó al instante:—Maris, la vez pasada cuando fuiste conmigo al estudio fotográfico, me di cuenta de que te interesa mucho la fotografía, ahora te doy esta oportunidad.—Yo seré tu modelo, tú exprésate libremente, ¿qué te parece?—No me parece.Marisol lo rechazó sin pensarlo.—Si realmente quieres dar la vuelta, deberías buscar un fotógrafo más hábil para que te tome fotos. Con el poder de los Garza, no sería difícil.—¡Eso sería aburrido!Adrián se veía radiante, sus ojos cada vez más brillantes:—Aunque salgan bien, la gente dirá que fue por la habilidad superior del fotógrafo. Pero contigo es diferente.—Confío en que puedes tomar buenas fotos