All Chapters of Señor Rodríguez, la señora declara que ya no dará marcha atrás: Chapter 131 - Chapter 140

A las cinco de la tarde, el Land Rover se estacionó bajo el edificio del estudio.Valeria y Rafael bajaron con rapidez del vehículo. Habían pasado toda la tarde recorriendo el mercado de materias primas hasta conseguir todos los materiales que necesitaban.Rafael abrió la parte trasera del auto. Como había muchas cosas, Valeria quiso ayudar a cargar algo, pero Rafael la rechazó de inmediato.—Tranquila, no te metas, prefiero hacer otro viaje yo solo.—Tampoco pesa tanto, no hace falta complicarse.—Me parece que lo que quieres es complicarme la vida a mí. —Rafael le quitó las manos a Valeria cuando intentó agarrar algo—. Mi ahijada está en tu barriga, ¡así que ponte las pilas!Valeria le dirigió una mirada de resignación.—Te estás pasando.—¡La que no se da cuenta de que está embarazada eres tú! —Rafael cargó parte de los materiales, cerró cuidadoso la cajuela y le señaló con la barbilla—. Vámonos.Valeria ya no pudo hacer nada y lo dejó actuar a su manera.***De regreso en el estudi

Para el tercer día, Nicolás ya andaba haciendo berrinches por toda la casa.En la Residencial Las Palmas solo contaba con la compañía de Lily. Su papá llevaba ya tres días enteros sin poner un pie en casa, y él quería ir al hospital para estar con su mamá Mariana, ¡pero su papá se lo tenía prohibido!Nicolás ya había llegado a su límite, se sentía furioso y herido, aunque en el fondo de su corazón lo que en verdad lo consumía era el miedo.Desde que había vuelto del hospital hace unos días, casi todas las noches lo atormentaban pesadillas donde veía a sus papás cargando a un bebé recién nacido, mientras él se quedaba completamente solo, parado en algún rincón.Esa noche, Nicolás otra vez tuvo pesadillas.En el sueño no paraba de gritar "papá, mamá", pero ellos actuaban como si no existiera.Se despertó de un sobresalto. La lámpara de noche seguía prendida, pero el cuarto se sentía vacío.El miedo lo invadió, abrazó fuerte el peluche que Valeria le había regalado antes y se puso a llora

Al escuchar eso, Valeria de manera inconsciente dirigió la mirada hacia los piecitos descalzos de Nicolás que quedaban expuestos.Estaban sucios, y sus diez deditos pequeños se veían rojitos por el frío.No pudo evitar sentir compasión.La oficial notó que se había conmovido, suspiró y la consoló.—Me doy cuenta de que usted tiene buen corazón. Aunque el niño no sea su hijo biológico, pero considerando que la llama mamá, no lo eche de su lado.Valeria apretó los labios sin decir nada.—Cada familia tiene sus problemas. Los conflictos entre usted y el papá del niño déjelos para después, primero tranquilice al niño. El pobre ya sufrió bastante en este viaje.Al final, Nicolás se quedó con ella.Después de que se fueron los policías, Valeria lo llevó al baño del cuarto de descanso, abrió la regadera y la puso en agua tibia.—Lávate los pies tú solo —le dijo sosteniendo con firmeza la regadera.Antes, cosas como lavarle los pies, Valeria siempre las hacía. Nicolás claramente podía sentir

Santiago no tuvo otra opción más que llevar a Nicolás temporalmente de regreso a la mansión de los Rodríguez.Al llegar a la imponente casa de los Rodríguez, Nicolás se plantó y se negó a salir del carro.—Papá, te prometo que me voy a portar súper bien. No me dejes en casa de la abuela, por favor.Santiago podía percibir enseguida que algo no andaba bien con el estado de ánimo de Nicolás, pero no le prestó mucha atención al asunto. Pensó que era porque durante esos días no había regresado a casa. Nicolás había estado solo en Las Palmas nada más que con Lily y no se había acostumbrado, así que era lógico que tuviera ansiedad por la separación.—Nicolás, todavía me van a tener ocupado unos días más. Por ahora, quédate en casa de la abuela, cuando termine con todos mis asuntos te prometo que vengo por ti.—¡No quiero quedarme! —Nicolás se aferró desesperadamente a Santiago—. Si estás muy ocupado papá, mejor llévame a ver a mi mamá Mariana. No me gusta nada la casa de la abuela, ¡ella sie

Lina había pedido el día libre para acompañar a Valeria a su consulta prenatal.Decidieron ir a un hospital público donde una antigua colega de la directora Juárez trabajaba en ginecología. La directora Juárez ya había hablado con ella previamente del asunto.Le extrajeron sangre en ayunas y, como era su primera consulta prenatal, llenaron ocho tubos de una sola vez. Después de la respectiva extracción, Valeria se sintió mareada y con náuseas, palideció, casi quedando algo azulada. Lina la ayudó a sentarse en un asiento cercano.—Bebe un poco de suero primero. Estás muy delgada, por eso reaccionas de esta manera cuando te extraen sangre en ayunas.Valeria tomó algunos tragos del suero y se sintió mejor.Después de esperar media hora para obtener los resultados, Lina acompañó a Valeria con la doctora.Era la primera consulta prenatal de Valeria y por lo tanto se sentía un poco ansiosa. Por suerte, la doctora confirmó que el desarrollo del feto era normal.—Pero tienes un peso muy bajo,