Marisol y Emilia se miraron, sin atreverse a decir nada.La enojada Emilia se dio cuenta de algo: Julieta no podía seguir viva. Mientras Julieta viviera, sería un gran obstáculo para sus planes.Por otra parte, Julieta terminó su reunión de la mañana y regresó a su oficina para seguir dibujando sus diseños.Cuando trabajaba, se concentraba mucho, y cuando terminó su boceto, ya eran las cuatro de la tarde.Ding...Julieta levantó la mirada hacia su celular, que estaba sobre su escritorio. Cuando lo agarró, vio que era un mensaje de Laura.—Julieta, ven a El Banquete Dorado, te invito a cenar.Julieta lo pensó un momento. También tenía algo que decirle a Laura, y además, el papá de Emilia había reservado un salón privado en El Banquete Dorado, así que en realidad le interesaba ir.Sonriendo, respondió al mensaje:—¡Claro! Laura, salgo en media hora del trabajo.Laura le respondió: —Perfecto, te espero en el salón privado.Julieta sonrió un poco, y entró a la galería de su celular. Cuand
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