Con tal de no preocupar a mis padres, pasé las fiestas sola en esa mansión inmensa, fingiendo una reunión familiar que nunca hubo.Por eso, cuando Carmen apareció de repente en mi cuarto, entendí de inmediato a qué venía.Se acomodó la chalina de cachemira al borde de la cama y, sin dar rodeos, me soltó:—¿La nota que ensució la imagen del Grupo Cruz la escribiste tú? El artículo está firmado con el nombre Valeria... no me digas que es coincidencia.—Sí, fui yo.Lo confesé tranquila. No era un crimen ni una vergüenza, no tenía por qué negarlo.Apenas terminé de decirlo, me estampó una bofetada.El golpe me dejó el oído zumbando y la cara ardiendo.Con el pie lesionado, seguía sentada en la cama, incapaz de defenderme.Estiré la mano hacia el botón de emergencia para llamar a la enfermera, pero Carmen me la apartó de un manotazo y me escupió con rabia:—¡Descarada! ¿Cómo pudo Benito casarse contigo? Ni un hijo le diste, y ahora encima lo traicionas.La miré de frente, con frialdad.—¿De
Read more