No era su Charlotte. Una enfermera le explicó la confusión:—Esta señorita Charlotte solo tiene el mismo nombre, Alfa. La otra señorita Charlotte que usted buscaba ya se fue hace unas horas.El asistente de Noah se rascó la cabeza, avergonzado.—Perdón, Alfa. Llevaba mucha prisa. Vi el nombre y corrí a avisarle. Ahorita mismo voy a buscarla.—No es tu culpa. Yo me alteré de más.Tras salir de la sala de tratamiento, Noah caminó por el pasillo. Su asistente regresó poco después.—Alfa, acaban de llamar sus papás. La señorita Charlotte ya se fue a casa.Noah sintió un alivio inmediato, como si hubiera vuelto a nacer. Por lo menos, Charlotte estaba bien. ¿En qué momento había empezado a importarle tanto?De pronto, recordó que se suponía que esta noche sería su primera noche juntos, la noche destinada para marcarla. Debería haber estado con ella, no metido en el centro de curación con Harper. A fin de cuentas, su Luna era Charlotte, no Harper.En cuanto Noah llegó a casa, notó la ansiedad
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