El esposo renacido no salva a mi suegra
Mi suegra fue secuestrada, pero mi esposo, que tiene influencia tanto en el mundo legal como criminal, llevó a todos sus secuaces a celebrar el cumpleaños del perro de su amor platónico.
Los secuestradores dijeron que si no veían a mi esposo en persona, matarían a la rehén, pero yo no hice caso.
Esto fue porque en mi vida anterior, estando embarazada de ocho meses, saqué a mi esposo de la fiesta de cumpleaños por fuerza y salvamos a mi suegra.
Su amor platónico nos siguió a escondidas, pero fue descubierta por los informantes de los secuestradores. Ellos la violaron, e incluso la descuartizaron y la dieron de comer a los perros.
Mi esposo, tan enfurecido, mató a tiros a esos secuestradores y desapareció por un mes entero.
Cuando regresó, nunca volvió a mencionar el asunto.
Hasta que di a luz a nuestro hijo, yo estaba llena de felicidad.
Pero mi esposo me arrojó, débil como estaba, al bosque, dejando que las bestias salvajes me mordieran hasta morir, devorándome sin dejar ni los huesos.
—¿Tú envidiabas a Mía, incluso sobornaste a los secuestradores para matarla? No mereces obtener la felicidad que le pertenecería a Mía.
Al abrir los ojos de nuevo, volví al día en que mi suegra fue secuestrada.