Cojiendo A Mi Hijastra Dormida

Mi esposo, Alejandro Ruiz, cayó del tercer piso, no solo se rompió las dos piernas, sino que también se lastimó en su parte íntima. Y yo, lejos de preocuparme, lo llevé al hospital más alejado. Todo se remontaba a mi vida anterior: Alejandro se había lastimado a propósito con tal de que su amiga de la infancia, Sofía López, quien realizaba sus prácticas en el hospital, pudiera acumular suficiente experiencia práctica y consolidar su puesto. Para lograrlo, eligió lanzarse desde el tercer piso. Luego, deliberadamente evitó el hospital más cercano y me obligó a conducir tres mil kilómetros para que Sofía lo atendiera. Al considerar que ella solo era una estudiante que había entrado al hospital por contactos y no tenía las credenciales para operar, rechacé su propuesta. Pero él me abofeteó con fuerza y dijo: —¡Solo quiero usar mis heridas para ayudarla! ¿Acaso no tienes ni un poco de empatía? Ante su terquedad, temí que el retraso arruinara sus piernas para siempre. Llamé a su madre para convencerlo. Sin embargo, Sofía, al no obtener el puesto, avergonzada y llena de rabia, se suicidó saltando en el hospital. Alejandro, gracias a la atención oportuna, salvó sus piernas. Pero el día del alta, cuando fui a recogerlo con alegría, él me atropelló con el auto, matándome en el acto. Antes de morir, le cuestioné con rabia, pero él me miró con desdén: —Si no hubieras impedido que ayudara a Sofía, ¡ella no habría muerto! Al abrir los ojos de nuevo, me encontré de vuelta en el día en que mi esposo se rompió las piernas.

Nelson se tragó por accidente una nueva droga afrodisíaca y su situación era crítica. Como su médico de cabecera, no tuve más opción que convertirme en su salvavidas. Como soy naturalmente fértil, me quedé embarazada con esa vez. Me casé con él y tuvimos unos gemelos, un niño y una niña, sumamente inteligentes y traviesos. Pero, después de casarnos, Nelson no quería que los niños lo llamaran «papá» y pasaba todo el día abrazando una foto de su alma gemela, borracho. Al cumplir diez años de matrimonio, él prendió fuego la casa y nos mató a los niños y a mí en el sótano. Resulta que, durante todo ese tiempo, Nelson guardaba rencor por lo que había hecho al salvarlo. Él pensaba que lo había hecho solo para acercarme a los poderosos, que había sido esa intervención la que había roto su relación con su amor, y que eso había causado que ella perdiera la cabeza y muriera en un accidente. Cuando volví a abrir los ojos, me di cuenta de que había regresado al día en que Nelson se tragó la droga. Esta vez, decidí darle la oportunidad de salvar a su amor platónico, mientras yo me dirigía al estudio...

La chica que le gusta a mi hermano me acusó falsamente de bullying. Mi hermano, el mismo con quien había compartido todo desde siempre, en un arrebato de furia, me mandó a un convento para que me corrigieran. Con el tiempo, me volví la hermana perfecta que él siempre había soñado: callada, obediente, sin deseos propios. Pero cuando leyó mi historial médico, perdió la razón. —¡Natalia, por favor... llámame hermano una vez más!

El día del control prenatal, mi esposo Emilio estaba ocupado en el trabajo, pero su amiga de la infancia, con quien llevaba años de coqueteo, Laura se ofreció a llevarme en auto. En el camino, de pronto giró el volante y el vehículo se estrelló de lleno contra la parte baja de un camión de carga; la carrocería quedó aplastada al instante. No llamé a mi esposo, que era médico de urgencias, sino que marqué al servicio de emergencias y esperé el rescate, solo porque, en mi vida anterior, lo primero que hice fue llamarlo para que me llevara al hospital. Al final, el bebé se salvó, pero Laura murió en el acto por la gran pérdida de sangre. Él decía que no me culpaba, que me recuperara tranquila, incluso me consiguió una habitación individual en el hospital. Pero el día del alta, me llevó a la tumba de Laura, allí, me clavó un cuchillo en el vientre; el bebé murió y yo quedé al borde de la muerte. Sus ojos estaban llenos de un odio encendido, y, ante mis súplicas, solo dijo con frialdad: —¡Si no hubieras girado el volante a propósito, Laura no habría muerto! ¡No creas que por fingir inocencia voy a creerte! Ojo por ojo: ¡quiero que la acompañes en la tumba! ¡El dolor que ella sufrió antes de morir, tú lo vivirás diez veces... cien veces más! Giró el cuchillo con fuerza, una y otra vez, atravesando mi cuerpo. La sangre salpicó sobre la lápida, tiñendo de rojo el nombre de Laura. Cuando abrí los ojos, estaba de vuelta en el lugar del accidente.

Con solo mencionar los preparativos de la boda, el primer amor de mi prometido salió corriendo en llanto. Luis Enrique me abofeteó con tal fuerza que caí al suelo, mirándome con odio puro: —¿Tan desesperada estás por casarte, Gabriela? ¿Tan patética que necesitas forzarme a esto?¡Posponemos la boda otra vez! Me llevé la mano a la mejilla ardiente, pero ni siquiera latió más rápido mi corazón. Con esta, ya eran ocho postergaciones. De los 28 a los 30 años, esperé en vano una respuesta. Esta vez, hice las maletas en silencio para salir. Al fin entendí: este matrimonio nunca debió existir.

Adetola tomba amoureux d'une femme très belle, d'une beauté incontournable nommée Abéni Ifé. Cette dernière faisait la prostitution lorsque Adetola l'avait rencontré. Il était fou amoureux de cette Abéni jusqu'au point où il n'arrivait plus à rien faire. Abéni laissa le passé derrière elle et décide de refaire sa vie avec Adetola. Mais comme vous connaissez les mères, la mère de Adetola n'avait pas approuvé cette relation. Elle était catégoriquement contre cette relation. Elle ne voulait pas que son fils unique se marie avec une prostituée. Malgré tout ce que son fils l'avait dit, elle avait refusé de revenir sur sa décision. Adetola arrivera-t-il à se marier avec Abéni ?

Cherry Lyn Moreau, at the peak of her acting career, has finally tasted the sweet fruits of five years of relentless hard work. Her star is on the rise, her future a dazzling expanse of red carpets and flashing lights. But one reckless night, fueled by champagne and a devastating heartbreak, shatters her carefully constructed world. A single, drunken mistake with a stranger leaves her facing an unexpected pregnancy that threatens to derail everything she's fought so hard for. As whispers and rumors spread, Cherry's growing career drops, leaving her grappling with the devastating consequences of her actions—a shattered dream, a hidden secret, and a life that completely changed.

The fake daughter married my boyfriend. My mouth was taped and I was being chopped into pieces by her admirer. The entire family took turns to call me. My mother said, "How ungrateful you are. I should not have brought you home back then." Father added, "Don't bother coming back if you do not attend Samantha's wedding." Brother said, "Let me tell you, you shall root in hell if you choose not to attend the wedding." At that moment, I didn't even have the energy to shout for help due to excessive blood loss. Everyone lost their patience, "Speak up! Are you dead or what?" I could only see the calls being disconnected. One thing they did not know, I was really dead.

Isang salita para ilarawan si Leah Olaer: Mataba. At dahil sa kanyang matabang katawan, nagtaksil ang kanyang fiancé na si Kyle at ang babaeng pinagtaksilan siya ay tinawag siyang ugly fat duckling. Hindi lang puso niya ang nasaktan kundi pati ang pride niya bilang isang babae. Kaya naman nang gabing nalaman niya na niloloko lang siya ng kaniyang fiancé, pumunta siya sa isang bar at nilunod niya ang sarili sa alak. That night, Leah was so down, hurt, in pain and depressed, then she came across Achilles Williams. Ang gwapong lalaki na walang kahihiyang hinalikan siya sa harap ng maraming tao. Sa sobrang kalasingan niya, naulit ang halik na nauwi sa mainit na pagtatalik. Saka lang niya narealize na mali ang ginawa niya ng magising siya kinabukasan at wala na ang kalasingan niya. So Leah did the most reasonable thing to do. Tumakas siya. At napatunayan ni Leah na ang kasabihang 'Kahit anong iwas mo, ang kapalaran ay hahabulin ka.' Dahil kahit saan siya tumakbo, naroon si Achilles at naghihintay sa kanya para akitin siya. Maniniwala ba siyang iba si Achilles sa manloloko niyang fiancé? Hahayaan ba niya ang puso na mahalin ang isang makisig at guwapong lalaki na alam niyang hindi bagay sa kagaya niyang ugly fat duckling? O babaguhin niya ang sarili niya para maging bagay siya rito?

Sachriana has the chance to choose who she wants to have a forty-eight mag-jowa challenge with. Instead of choosing someone who she is comfortable with, she takes risks in choosing the man who never gave her attention. She chose Jeide Dyion, the man she is in love with, sadly, the man is in love with her cousin named Melody. But with that kind of dare, new hope has bloomed. She will not waste the chance. But to her surprise something happened between them on that night. But what if, hindi pala siya ang nakikita ni Jeide Dyion ng gabing iyon? She is hurt. She wants to move on. And now that she is moving on, mukhang nagkabaligtad dahil ang lalaki na ang humahabol. Pero bakit ganoon? Bakit pakiramdam ni Sachriana ay wala sa kanya ang buong atensyon ng lalaki? Pakiramdam niya ay pangalawa pa rin siya. Pero paano kung pakiramdam niya lang pala iyon? Paano kung siya pala talaga ang priority ng lalaki?