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¡Me casé de verdad y ahora se mueren de arrepentimiento!

¡Me casé de verdad y ahora se mueren de arrepentimiento!

Lonzo Hernández por fin aceptó mi propuesta de matrimonio. Me pidió que me arreglara preciosa porque, según él, tenía una sorpresa preparada. Cuando llegué, radiante, a la ceremonia… no había novio. Lonzo se volvió hacia mi hermanastra, Amarissa Jiménez, y le sonrió: —Dices que las bodas son tediosas. Hoy voy a mostrarte una que sí es divertida, ¿va? El maestro de ceremonias ―mi hermano Macerio Jiménez― alzó la voz: —¡La boda queda pausada! Mi amigo de la infancia, Guillermo Mendoza, soltó el globo de agua que tenía listo sobre mi cabeza y me empapó de pies a cabeza. Lonzo arqueó las cejas, burlón: —Alfreda, solo era una broma. ¿De veras creíste que me casaría contigo? Aquella “boda” no era más que una farsa para animar a la deprimida Amarissa. Yo callé; él insistió con una risita: —Si traes tantas ganas de casarte, elige a cualquiera de los invitados y cásate con él. Cuando aparecí del brazo de un verdadero novio… se les borró la sonrisa.
Short Story · Romance
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El Remordimiento que Quebró a una Familia

El Remordimiento que Quebró a una Familia

Mi hermana gemela menor, Emma Lawson, siempre ha sido la favorita de todos porque está enferma. Esa vez, una tormenta de nieve nos atrapó en la montaña y llegó el helicóptero de rescate con espacio solo para una persona más. Tengo cáncer terminal y estuve más que dispuesta a dejar que Emma ocupara mi lugar. Sin embargo, de repente, ella se agarró la cabeza y lloró porque se sentía mareada. Toda mi familia corrió a su lado y juntos la empujaron hacia la cabina sin siquiera dejar espacio para discusión. Mi esposo, Leon Ziegler, me tocó el brazo fracturado y dijo: —Sarah, tú tendrás que esperar al próximo helicóptero. Mi hija, Daria Ziegler, incluso me lanzó una bola de nieve. —La tía Emma está más enferma que tú. Deja de intentar quitarle el puesto. Solo hasta que el helicóptero despegó vi a Emma pegada a la ventana, sacándome la lengua con aire de suficiencia. Ella había estado mintiendo todo este tiempo. Cuando finalmente me rescataron, los médicos me dijeron que me quedaban tres días de vida. Entonces decidí cambiar todo lo que tenía por un poco del cariño de mi familia.
Short Story · Romance
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Sacrificar, Perder, Lamentar

Sacrificar, Perder, Lamentar

Cuando mi esposo me amenazó por centésima vez con el divorcio para que me sacrificara por mi hermana, Yoli Santos, no lloré ni hice escándalo. Simplemente firmé el acuerdo de divorcio, y le entregué en bandeja al hombre que había amado durante diez años. Días después, Yoli metió la pata en una fiesta y ofendió a una familia poderosa. Una vez más, fui yo quien cargó con la culpa por ella y asumí todas las consecuencias. Incluso cuando propusieron que yo fuera la voluntaria para probar el medicamento del proyecto de mi hermana, acepté sin dudar. Mis padres dijeron que por fin me había vuelto una hija razonable. Hasta mi esposo, tan frío como siempre, se paró junto a mi cama, me acarició la mejilla, algo que no hacía desde hacía años, y me dijo con ternura: —No tengas miedo. El experimento no es peligroso. Cuando salgas, te prepararé tu comida favorita. Pero él no sabía que, fuera o no peligroso el experimento, ya no iba a poder esperarme. Porque tengo una enfermedad terminal. Y me voy a morir muy pronto.
Short Story · Romance
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La Luna Desaparecida

La Luna Desaparecida

En el aniversario de nuestra unión como compañeros, mis piernas rodeaban a mi Alfa, Adrian, mientras compartíamos un beso profundo. Mis dedos rozaron el bolsillo oculto de mi vestido de seda, mi mano se apretó alrededor de la prueba de embarazo que había escondido allí. Sentí el leve aleteo de una nueva vida dentro de mí, estaba planeando darle esta sorpresa como el final perfecto para nuestra velada. Justo entonces, el Beta de Adrian, Ethan, habló en voz baja y burlona, usando la Lengua Antigua. —Alfa, esa cuñada tuya... la loba recién madurada, Zoe. ¿Qué tal estaba? La risita baja y sugerente de Adrian llegó a mis oídos, silenciosa pero penetrantemente clara. Respondió en la misma lengua antigua. —¿Has probado los frescos chiles maduros? Son picantes, con un buen toque de sabor. Su palma aún acariciaba mi cintura, pero su mirada se había desviado a otro lado. —Solo guarda silencio. Si mi Luna se entera, se acabó. Los otros Betas soltaron risitas cómplices, alzando sus copas en una promesa silenciosa de guardar el secreto. Pero un escalofrío me recorrió el cuerpo, y mi loba interior se aquietó, como si hubiera muerto. Él no sabía que yo había estudiado la Lengua Antigua para mi investigación sobre el trauma de los hombres lobo. Entendía cada palabra. Contuve las lágrimas, obligándome a mostrarme impasible, manteniendo la compostura que se esperaba de una Luna. En lugar de enfrentarlo, envié un mensaje protegido mágicamente a la Anciana Slone de la Asociación de Sanadores de Hombres Lobo, aceptando la invitación que me había extendido. En tres días, me uniría a un programa de rehabilitación de hombres lobo de alta seguridad como su nueva Terapeuta Principal y desaparecería para siempre del mundo de Adrian.
Short Story · Hombres Lobo
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La posesión del Rey de los Salvajes

La posesión del Rey de los Salvajes

Como hija del alfa de la manada del Lago Azul, lo tenía todo: un aspecto hermoso, un padre cariñoso y un príncipe pretendiente, que era el sueño de cualquier chica. Pero mi mundo perfecto se puso patas arriba cuando mi manada fue masacrada el día de mi cumpleaños por los más despiadados salvajes. Peor aún, descubrí que el responsable, el Omega que cometió los crímenes, era mi hermano adoptivo y mi pareja.*—Atrapé sus labios en los míos en un beso tentativo. Al principio, no se movió ni un milímetro. Permaneció quieto como una piedra. Cuando pensé que me había equivocado, me aparté, pero sus brazos me rodearon y me atrajeron hacia sí, profundizando el beso. Su beso era exactamente lo que yo esperaba. Avasallador… Me acerqué más a Zander, profundizando aún más el beso. De repente, separó sus labios de los míos. Me llevé una mano a los labios y le miré incrédula."La posesión del Rey de los Salvajes" es una obra de Reina Bellevue, autora de eGlobal Creative Publishing.
Hombre lobo
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Dos Hermanas, Un Secreto Del Don

Dos Hermanas, Un Secreto Del Don

En nuestro séptimo aniversario de bodas, estaba montada sobre las piernas de mi esposo, Lucian, el Don de la mafia, besándolo con pasión. Mis dedos hurgaban con disimulo en el bolsillo de mi costoso vestido de seda, buscando la prueba de embarazo que había escondido ahí. Quería guardarme la noticia inesperada para el final de la noche. La mano derecha de Lucian, Marco, preguntó con una sonrisa sugerente en italiano: —Don… ¿qué tal su nuevo secretito? La risa burlona de Lucian vibró en mi pecho y sentí cómo se me revolvía el estómago. Respondió, también en italiano: —Como un durazno verde. Fresco y tierno. Su mano todavía acariciaba mi cintura, pero tenía la mirada perdida. —Que esto quede entre nosotros. Si mi Donna se entera, me mata. Sus hombres rieron con complicidad, alzando sus copas y jurando guardar el secreto. El calor que sentía en el cuerpo se me fue extinguiendo. Lo que ellos no sabían es que mi abuela era de Sicilia, así que entendí cada una de sus palabras. Me obligué a mantener la calma, con la sonrisa perfecta de una matriarca, pero la mano con la que sostenía la copa de champaña me temblaba. En lugar de hacer una escena, tomé el celular, busqué la invitación que había recibido hacía unos días para un proyecto privado de investigación médica internacional y acepté. En tres días, iba a desaparecer del mundo de Lucian.
Short Story · Mafia
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Miope y perdida en el juego del terror

Miope y perdida en el juego del terror

Cuando entré en aquel juego de terror, mi miopía extrema me jugó una mala pasada. Con la poca visibilidad que tenía, a la niña fantasma del vestido rojo la consideré como si fuera mi propia hija. Al Boss lo adopté ni más ni menos que como a mi esposo, y a esas criaturas viejas y extrañas, las traté con esmero al verlas mis propios padres. La primera vez que me topé con el Boss, no pude evitar acercarme y darle un toquecito en los abdominales mientras le decía: —¡Qué cuerpazo te cargas, mi vida! Lástima que estés tan chaparrito... Él soltó una risa bastante tensa, se puso la cabeza que tenía cortada de vuelta en el cuello, y mostrándome los dientes me soltó: —¡Mido un metro ochenta y seis! ¿Y ahora qué me dices?
Short Story · Fantasía
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Cenizas de un amor roto

Cenizas de un amor roto

Mi hermana y yo somos gemelas, y ambas sufrimos de una enfermedad renal muy grave. Después de mucho tiempo, por fin había dos riñones disponibles para nosotras, y los médicos decidieron que nos tocaba uno a cada una. Sin embargo, mi hermana se desplomó en los brazos del hombre con el que yo me iba a casar, llorando, quería los dos riñones para ella sola. Yo me negué, pero ese hombre me encerró en un cuarto, permitiendo que mi hermana se sometiera a la operación de trasplante y se quedara con los dos riñones. Él presionó mi frente con firmeza y me advirtió: —Tu enfermedad no es tan grave como la de tu hermana. Ella solo quiere vivir como una persona normal. ¿Por qué eres tan egoísta? ¿No puedes esperar otro riñón? Pero él no sabe que realmente no puedo, porque estoy a punto de morir.
Short Story · Romance
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A Un Suspiro De La Muerte

A Un Suspiro De La Muerte

Después de que la amiga de la infancia de mi prometido descubriera que nací con una enfermedad cardíaca, vertió en secreto una bebida energética de alta dosis en mi champán. En cuanto lo bebí, mi corazón se aceleró y un dolor punzante se extendió por mi pecho. Presa del pánico, abrí mi única medicación de emergencia, pero el agua que usaba para tomarla había sido reemplazada por agua con limón fuerte. En cuanto lo bebí, palidecí. Perdí todas las fuerzas y me desplomé en el suelo. —El agua con limón está llena de vitamina C. Ayuda con la resaca y te mantiene saludable. Charlotte Whitmore se rio tanto que casi se dobló. Con los brazos cruzados, miró a mi prometido, Ethan Cross, el jefe de los Rolling Stones, un grupo de la mafia. —¡Ethan, la actuación de tu prometida es increíble! Llevo años siendo doctora y nunca he visto a nadie reaccionar así a un poco de champán y agua con limón. Me mordí el labio hasta que noté el sabor a sangre. El dolor me picaba en los ojos y me aferré a la pierna de Ethan. —Cariño, por favor, ¡llama a una ambulancia! Ya no aguanto más... Por un instante, su expresión vaciló, pero los invitados lo interrumpieron rápidamente. —¡Vamos, deja de fingir! Nadie se muere por un poco de champán y agua con limón. —Sí, solo estás celosa de que a Charlotte la ascendieran y no quisiste brindar por ella. El rostro de Ethan se volvió frío de nuevo. Me soltó la mano de un tirón y se apartó. —Charlotte es doctora. Estarás bien con ella aquí. Dejé de suplicar y le escribí a mi padre pidiéndole ayuda.
Short Story · Mafia
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Hasta que el Fuego Nos Separe

Hasta que el Fuego Nos Separe

La noche del incendio, no volví a detener a mi prometido cuando corrió a salvar a Sofía, su sobrina sin lazo de sangre. Lo vi desaparecer entre las llamas. En mi vida anterior, el hotel se incendió el mismo día de nuestra boda. Mateo y yo logramos escapar; Sofía quedó atrapada. Cuando él quiso lanzarse de nuevo, lo frené una y otra vez. Al final apagaron el fuego, pero de ella no quedó rastro. Mateo dijo que no me culpaba. Mintió. Tres años después —el día de nuestro aniversario y del tercer luto de Sofía— nos llevó a mi hijo y a mí a bucear., y, una vez a casi cien metros bajo el agua, arrancó nuestras mangueras de oxígeno. —Me impediste salvar a Sofía. Una vida por otra —escupió. Supliqué por mi hijo. Se dio la vuelta y nos dejó. Morimos asfixiados. Solo entonces supe la verdad: Mateo siempre amó a Sofía. Me odió por robarle a la mujer que quería. Al abrir de nuevo los ojos, volví al día del incendio...
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