Pasé una noche de locura con mi profesor
La vida de Soraya Rojas dio un vuelco total.
El hombre con el que había pasado aquella noche resultó ser su profesor universitario, y lo peor de todo: descubrió que estaba embarazada.
Con las manos temblorosas, colocó el informe del embarazo frente a él. El profesor Alonso fue claro y directo, le dio dos opciones:
Una: abortar.
Dos: casarse.
Y así, Soraya terminó casándose con su profesor.
Después de la boda, los dos dormían en habitaciones separadas.
Hasta que, una noche, Alonso apareció en la puerta de su cuarto con una almohada en brazos y dijo:
—La calefacción de mi habitación se descompuso. Esta noche me quedaré aquí.
Soraya, confundida, le abrió paso sin pensar demasiado.
Al día siguiente volvió a presentarse.
—Todavía no la arreglaron. Tendré que quedarme contigo otra vez.
Al final, se instaló en la habitación de Soraya, con la excusa de que así ahorrarían en calefacción y podrían destinar más dinero al bebé.
La Universidad Médica Litomar era una de las instituciones más reconocidas del país, y el profesor Ezequiel Alonso, como el docente más joven de la facultad de medicina, se había convertido en una de sus mayores estrellas.
Si bien siempre llevaba un anillo de casado en el dedo anular, nadie había visto nunca a la dichosa esposa.
Hasta que, un día, un estudiante no pudo contener la curiosidad y preguntó en plena clase:
—Profesor Alonso, dicen que usted ya está casado… ¿cuándo nos va a presentar a su esposa?
Nadie esperaba la respuesta. De repente, el profesor pronunció un nombre:
—Soraya.
Una joven que estaba entre el grupo de estudiantes se levantó por reflejo, como si aún fuera alumna y él hubiera llamado lista.
—¡Presente! —exclamó.
Bajo la mirada atónita de todos, el profesor Alonso sonrió con dulzura y la presentó.
—Les presento a mi esposa, Soraya. Es una excelente cirujana cardiovascular.