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Je suis partie le jour où tu l’as épousée

Je suis partie le jour où tu l’as épousée

Dans la meute des Terres Boréales, une loi immuable interdisait à un Alpha de s'unir à une humaine. Pourtant, Kévin Volf a secrètement scellé le lien conjugal avec moi. Pour me garder à ses côtés, il a défié le Conseil des Sages, subi quatre-vingt-dix-neuf coups de fouet et s'est agenouillé trois jours entiers devant l'autel. Alors que le sang imbibait sa chemise, il me souriait encore : « Alice, n'aie pas peur. Toi, et rien que toi. » Plus tard, les Sages obstinés ont enfin cédé, acceptant notre fuite amoureuse. À une condition : qu'il donne à la meute un héritier de sang pur. Depuis ce jour, une phrase a rythmé nos vies : « Attends un peu. » La première fois, il m'a demandé d'attendre qu'il mette une louve enceinte. Trente-trois nuits avec Joséphine, jusqu'à ce qu'elle porte son enfant. La seconde fois, il a répété cette phrase, car la portée était une femelle, le clan exigeait un héritier mâle. Quatre-vingt-dix-neuf nouvelles nuits avec Joséphine, jusqu'à la grossesse suivante. Au moment où je croyais toucher au but, leur fille, fraîchement baptisée, a ingéré par erreur de l'aconit. Tous m'ont accusée. Jetée dans une chambre froide à moins vingt degrés, j'ai vu mon Alpha bien-aimé, les yeux écarlates et le regard glaçant, me dire : « Je t'avais pourtant dit de patienter… Tu sais ce que l'aconit représente pour nous. Pourquoi as-tu voulu faire du mal à mon enfant ? » Son enfant ? Vraiment ? J'ai senti mon cœur se déchirer. Mes poings se sont serrés, les ongles entaillant cruellement mes paumes. Lorsque la porte du congélateur s'est rouverte, j'ai desserré mes mains ensanglantées et une décision était née : « L'attente, c'est terminé ! »
Historia corta · Loup-garou
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Elegiste acabar con nuestro bebé para salvar a tu amante

Elegiste acabar con nuestro bebé para salvar a tu amante

Con nueve meses de embarazo, un exempleado, que guardaba un profundo rencor tras haber sido despedido para darle ese puesto a mi esposo, me llevó a la fuerza a la azotea del edificio y me asestó decenas de puñaladas. Mi marido, Víctor Escobar, capitán de un escuadrón de rescate, prefirió movilizar a todo su personal para impedir que Raquel Herrera, su exnovia, sumida en una depresión, le prendiera fuego a su departamento. No le supliqué que viniera a rescatarme. En mi vida anterior, precisamente porque lo había llamado suplicándole ayuda, él había dejado desprotegida a Raquel y había ido corriendo a salvarme. Mi bebé y yo logramos sobrevivir, pero ella, después de prenderle fuego a su departamento, murió consumida por el incendio. En apariencia, Víctor no me había guardado ningún rencor. Incluso llegó a reservarme una suite de maternidad privada. Sin embargo, el mismo día que di a luz, me amarró ¡y nos acuchilló sin piedad, a mí y a mi bebé recién nacido! —¡Ese día tú y ese tipo se pusieron de acuerdo para engañarme, ¿no es así?! ¡Tus «heriditas» no eran nada graves! ¡Ni de chiste te ibas a morir! —exclamó, fuera de sí—. ¡Pues, si tanto te encanta que te apuñalen, entonces, te daré el gusto! Cuando volví a abrir los ojos, había regresado al día en que me habían tomado como rehén. Pero, esta vez, tomé una decisión: lo dejaría correr para salvar a su Raquel.
Historia corta · Romance
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Donde el amor me dejó vacía

Donde el amor me dejó vacía

El día en que Rosa, el amor de mi esposo, enferma terminal, dio a luz a su hijo, mis suegros contrataron a diez guardaespaldas para vigilar la sala de partos y asegurarse de que yo no apareciera a hacer un escándalo. Pero la verdad es que nunca fui. Mi suegra, Melina, le tomó la mano a Rosa conmovida: —Rosa, mientras estemos nosotros aquí, ¡Fiona jamás podrá hacerte daño a ti ni a tu bebé! Mi esposo, Benito Cruz, con ternura en la mirada, la acompañaba durante el parto, secándole el sudor de la frente. —Tranquila, mi padre está con su gente en la entrada del hospital. Si Fiona se atreve a venir, la sacamos en el acto. Al ver que pasaban las horas y yo no aparecía, por fin se tranquilizó. Para él no tenía sentido pensar que yo fuera capaz de armar una escena. Solo quería cumplirle a Rosa su último deseo: ser madre antes de morir. ¿Por qué yo me empeñaría en arruinarlo? Cuando escuchó el llanto del recién nacido en brazos de la enfermera, no pudo evitar sonreír con alivio. Pensó que, si al día siguiente yo iba a disculparme con Rosa, se olvidaría de todas nuestras peleas. Incluso estaba dispuesto a dejar que yo criara al niño como si fuera mío. Lo que él no sabía era que, en ese mismo instante, yo acababa de entregar mi informe en la ONU. En una semana iba a renunciar a mi nacionalidad para unirme a Médicos Sin Fronteras. Y desde entonces jamás volvimos a vernos.
Historia corta · Romance
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El Amor Inocente Del Don De

El Amor Inocente Del Don De

[Esta es una traducción al español de ‘The Mafia Don’s Innocent Love’] Artemy Loskutov... Conocido por mi comportamiento gélido, mi naturaleza despiadada y mis habilidades letales, exijo respeto e infundo miedo en todo aquel que se cruza en mi camino. El amor y el afecto no tienen cabida en mi existencia; mi único propósito es vengarme de la detestable mafia Cavalieri, responsable de la prematura muerte de mi madre. Cuando me topo con una joven maltratada y escondida debajo de mi cama, no la perdono por bondad, sino que la veo como una mera posesión, un juguete para manipular. Rebecca Cavalieri... Me había acostumbrado a los hombres que buscaban explotarme, hacerme daño y descartarme. La confianza es un concepto esquivo y mi corazón permanece oculto bajo capas de angustia. Sin embargo, Artemy logró desenterrar y reavivar la llama parpadeante dentro de mí. Despertó mis emociones latentes. Pero si descubre el verdadero alcance del peligro que represento para él, corro el riesgo de perder no sólo su afecto, sino también mi propia vida.
Mafia
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O Amor Que Morreu Duas Vezes

O Amor Que Morreu Duas Vezes

Depois que a amiga de infância dele morreu, Eduardo Ribeiro me odiou por dez anos inteiros. No segundo dia após o casamento, ele pediu transferência para servir nas fronteiras. Durante esses dez anos, enviei incontáveis cartas, tentando lhe agradar de todas as formas, mas a resposta dele era sempre a mesma: "Se você realmente se sente culpada, então morra logo!" Até que, quando fui sequestrada, ele entrou sozinho no esconderijo dos bandidos e me salvou, levando vários tiros. Antes de morrer, com o último fio de força, ele arrancou a mão dele da minha. — O maior arrependimento da minha vida... foi ter me casado com você... — Se tudo pudesse recomeçar, por favor... não volte a me atormentar... No funeral, Sra. Ana, a mãe dele, soluçava de arrependimento: — Filho, a culpa é da mãe... eu não devia ter te forçado... O pai dele me lançou um olhar cheio de ódio: — Você matou a Jamile, e agora matou também meu filho! Maldita azarada, por que ainda não morre?! Até o coronel que tinha insistido no nosso casamento balançou a cabeça e suspirou: — Foi erro meu separar dois corações. Eu devo um pedido de desculpas ao Eduardo. Todos lamentavam por Eduardo Ribeiro. Inclusive eu. Fui expulsa da organização e, naquela mesma noite, engoli veneno no meio de um campo abandonado. Quando abri os olhos novamente, estava de volta à véspera do casamento. Desta vez, decidi realizar o desejo de todos eles.
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El Elixir que Robó Mi Amor

El Elixir que Robó Mi Amor

Mi prometido era el neurocientífico más brillante del país. Pero su amiga de la infancia, enferma de cáncer terminal y solo tenía un mes de vida, por lo que, para acompañarla en ese último tramo del camino, él me obligó a tomar una dosis experimental de un fármaco que borra la memoria, una creación suya, aún secreta. Durante ese mes en que yo lo olvidé todo, él organizó una boda con su amiga, la llevó de luna de miel, y juntos, prometieron reencontrarse en otra vida, en medio de un campo lleno de flores. Un mes después, bajo una lluvia que calaba hasta los huesos, él cayó de rodillas frente a mí, con los ojos llenos de desesperación y la voz hecha trizas: —La droga solo duraba un mes... ¿Por qué me olvidaste para siempre?
Historia corta · Romance
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O Amor Que Ficou Para Trás

O Amor Que Ficou Para Trás

Houve uma confusão no hospital quando o familiar de um paciente começou a levantar uma faca. Instintivamente, tentei empurrar meu marido, Dr. Ricardo Lourenço, para longe. Mas, ele agarrou minha mão e me colocou na frente da sua protegida, Camila Xavier. Aquela facada entrou no meu abdômen, matandoo bebê que acabava de se formar. Quando meus colegas me encaminharam às pressas para a UTI, chorando, Ricardo me arrancou da maca. — Salvem a Camila primeiro! — Ele berrou. — Se acontecer qualquer coisa com ela, eu demito todo mundo! Os médicos ficaram chocados e furiosos: — Dr. Ricardo, você enlouqueceu? A Camila só teve um corte superficial. Sua esposa está em estado grave! Eu toquei meu ventre que sangrava sem parar e assenti devagar: — Deixe como está. Estamos quites, Ricardo.
Historia corta · Romance
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De Su Amor a Su Venganza

De Su Amor a Su Venganza

Durante mucho tiempo, Inés del Valle creyó que Emiliano Cornejo era su única luz en este mundo. Hasta que, mirándola directamente a los ojos, él le dijo con cruel indiferencia: —Mi compromiso con Mariana Altamirano no se cancelará. Si quieres, puedes seguir siendo mi amante. En ese instante, Inés despertó. Esa luz que tanto amaba, hacía mucho se había convertido en la sombra que la asfixiaba. Esa misma noche, se marchó de la casa sin volver la vista atrás. Todos pensaron que una huérfana como ella, sin el respaldo de los Cornejo, no tardaría en arrastrarse de vuelta, rogando por perdón. Pero entonces ocurrió lo inesperado. En plena ceremonia de compromiso entre los Cornejo y los Altamirano, Inés apareció vestida de rojo, del brazo del patriarca de los Altamirano, Sebastián Altamirano. Ya no era la mujer abandonada: ahora era la cuñada del novio. El salón entero quedó en shock. Emiliano, furioso, pensó que todo era una provocación. Dio un paso hacia ella… Y entonces una voz helada, firme como el acero, se dejó oír por encima de todos: —Atrévete a dar un paso más… y verás lo que pasa.
Romance
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El amor no se puede forzar

El amor no se puede forzar

Después de mi muerte, mis padres firmaron el consentimiento para donar mis órganos, por lo que mi retina terminó en el cuerpo de Carina Fernández, la hija adoptiva que más amaban. Tras esto, Carina se casó con mi propio hermano. Por fin, se convirtieron en una verdadera familia. Pasé toda una vida compitiendo con ella, solo para acabar sin nada, sola, con un destino miserable. Pero, al renacer, decidí vivir mi vida para mí. Y, contra todo pronóstico, el camino me llevó a una felicidad inesperada.
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El amor que ya no vuelve

El amor que ya no vuelve

Regresé a ese momento de mi vida en que mi tío político —con quien no tengo lazos de sangre— había sido drogado con esa droga afrodisíaca. Pero esta vez, no me convertí en su “antídoto”. En lugar de eso, marqué el número de la mujer que él realmente amaba. En mi vida anterior, me enamoré perdidamente de él. Cuando supe que había sido drogado, ignoré su súplica de llamar a su gran amor… y fui yo quien calmó su deseo. Un mes después, quedé accidentalmente embarazada. Por lo que él se vio obligado a casarse conmigo, pero el día de la ceremonia de nuestra boda, su amada —que había viajado al extranjero para olvidar su dolor— fue secuestrada y asesinada. Antes de morir, le hizo ciento noventa y nueve llamadas pidiendo ayuda. Él, que estaba ocupado cumpliendo con la boda, no contestó ninguna. Después… solo se quedó mirando aquellas llamadas perdidas, sin decir una palabra. Hasta que, el día que tenía que dar a luz, me encerró en el sótano. Le rogué que me llevara al hospital. Pero él solo sonrió, con esa frialdad que jamás olvidaré, mientras me veía morir lentamente, sin poder traer al mundo a nuestro hijo. Sus últimas palabras antes de que cerrara los ojos y muriera fueron: —Si no hubieras quedado embarazada, nunca me habrían obligado a casarme contigo. Si no fuera por ti, habría contestado las llamadas de Luz y, ella no habría terminado así. Tú… mereces morir. Y entonces, volví a abrir los ojos. Era ese mismo día, el día en que él había sido drogado con ese medicamento afrodisíaco.
Historia corta · Romance
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