Los Últimos Tres Regalos Para El Alfa
Después de la muerte de Harper, mi hermana gemela, mi compañero Alfa me odió durante diez años. Por una década entera fui su Luna e intenté de todas las formas posibles complacerlo.
Un día, me dijo:
—Si tantas ganas tienes de darme gusto, entonces muérete.
Así que, cuando vi que un camión se dirigía hacia mí, ni siquiera me moví; sin embargo, nunca esperé que Noah me empujara para salvarme. Quedó herido de gravedad.
Antes de morir, me miró y susurró:
—Charlotte, si nunca te hubiera conocido, todo habría sido mejor.
Al funeral de Noah asistieron todos los sabios y los miembros de la manada.
—Debí dejar que Noah eligiera a Harper como su Luna. Me arrepiento de haberlo obligado a escogerte en ese entonces. ¡Tú lo mataste!
La madre de Noah estaba deshecha por el dolor.
El padre de Noah también habló:
—¿Sabes? ¡Noah te salvó la vida tres veces! Era un Alfa de tan buen corazón... ¿Por qué no te moriste tú en su lugar?
Todos en el funeral me miraban con reproche. Me echaron de la ceremonia; me quedé ahí, perdida y destrozada.
Tres años después, con la ayuda de una bruja y su hechizo, regresé al pasado. Esta vez, tomé una decisión diferente. Pase lo que pase, nunca volveré a ser la Luna de Noah.