No Mirar Atrás
Llevaba seis años casada en secreto con mi esposo, Mateo Díaz, el CEO de la empresa. Pero en todo ese tiempo, él nunca permitió que nuestro hijo lo llamara "papá".
La gota que derramó el vaso fue cuando, una vez más, faltó al cumpleaños de nuestro hijo por con su secretaria, Silvia Vega.
Finalmente, saqué el acuerdo de divorcio que llevaba tiempo preparando y me fui para siempre con mi hijo.
Aquel hombre siempre tan sereno perdió el control por completo, irrumpiendo en la oficina como un loco para preguntar por mi paradero.
Pero esta vez, mi hijo y yo ya no miraríamos atrás.