Share

Capítulo 02

Penulis: Menta Suave
—Iván... mi amor, ¿crees que Fanny no ha llamado porque sigue enojada conmigo? —preguntó Siena, recostada en su pecho, haciéndose la víctima.

—¿Cómo crees, mi vida? Es tu hermana y además estás muy enferma, este era tu único deseo. Fanny no es tonta, seguro entiende. Ya después vemos cómo la compensamos —la tranquilizó Iván con dulzura.

Siena asintió y, con una sonrisa radiante, arrastró a Iván y a mis padres a cenar. Una cena de mariscos que costó un dineral, que a mis padres seguro que les dolió tener que pagar. Sin embargo, para Siena era lo más normal del mundo.

Después de cenar, los seguí de regreso al hotel.

Iván esquivó los coqueteos de Siena en pijama y salió solo al balcón. Encendió un cigarro, y comenzó a fumar, pensativo, perdido en quién sabe qué pensamientos.

Me di la vuelta y floté hasta la habitación de mis padres. Ellos tampoco dormían. Seguramente seguían lamentándose por la cuenta de la cena.

Estaban sentados en la cama, negando con la cabeza y suspirando.

Mi mamá sacó su celular para marcarme, pero mi teléfono estaba apagado, y sus rostros se descompusieron al instante.

En su lógica retorcida, después del golpe venía la manera de contentar. Así resolvían siempre los conflictos. Con el hecho de que ellos tomaran la iniciativa de llamarme, ya me estaban «dando chance» de olvidar, y asunto arreglado. Ese era su modus operandi.

Pero, esta vez, del otro lado de la línea, ya no había nadie para contestar. Nunca más.

—Viejo, esta Siena tira el dinero como si nada, no va a ahorrar ni un peso. Al final, en nuestra vejez, vamos a depender de Fanny. Pero ahora ni nos contesta el teléfono… ¿crees que esté muy resentida con nosotros? —preguntó mi madre, mirando a mi padre con preocupación.

Mi papá le dio una calada a su cigarro, soltó el humo con fastidio y dijo con voz dura:

—Nosotros le dimos la vida, ¡somos sus padres! Además, su hermana está enferma. Era lo mínimo que podía hacer por ella. ¿Con qué derecho se va a enojar?

Me quedé en un rincón, observándolos sin expresión, mientras una burla helada crecía en mi pecho.

En ese instante, una parte de mí casi se alegró de estar muerta.

Quince días después, su empalagosa luna de miel llegó a su fin y regresaron a casa.

Siena, ya enfundada en uno de mis pijamas, se echó con todo el descaro del mundo en la cama matrimonial que había sido mía, pavoneándose como la nueva dueña y señora.

Iván recorrió la habitación con la mirada, como si buscara mi fantasma. Pero, al no encontrarme, sitió con una punzada de… ¿culpa? Que no quedaba ni un solo rastro de mi existencia en toda la casa.

Se detuvo en el umbral del estudio que había sido mío, con la mirada perdida.

—Iván, mi amor, ahora soy tu esposa. No quiero que haya cosas de otra mujer en nuestra casa —dijo Siena con voz melosa, mientras enroscaba sus blancos brazos en torno al pecho de Iván—. Justo compré un montón de ropa nueva, ¿qué tal si hacemos de este estudio un vestidor gigante para mí?

Esa voz, empalagosa y manipuladora, era como un gancho diminuto que, increíblemente, seguía haciéndole mella. Aun así, Iván apartó sus manos con suavidad, manteniendo una mínima distancia, con el rostro tenso.

—Siena, Fanny sigue siendo mi esposa legalmente. Esto… esto solo fue para cumplir tu último deseo. El estudio… ¿no podríamos...?

—¡No! —lo cortó Siena al instante, con los ojos anegados en lágrimas fingidas, haciendo un puchero de niña malcriada, con una terquedad de acero—. ¡Ahora YO soy tu esposa! ¡No tienes por qué seguir pensando en ella!

Al final, como siempre, Iván cedió. Mi estudio se convertiría en el clóset de Siena.

—¡Eso, allá! ¡Eso, a la basura! ¡Eso, también, fuera!

En lo que había sido mi estudio, Siena, como capataz, ordenaba a los trabajadores que sacaran mis cosas, una por una.

Iván, el cobarde, solo observaba en silencio desde un rincón.

Él sabía perfectamente que mi mayor sueño desde niña, algo que le había repetido hasta el cansancio, era tener mi propio estudio.

Lanjutkan membaca buku ini secara gratis
Pindai kode untuk mengunduh Aplikasi

Bab terbaru

  • El Día Que Me Robaron El Altar   Capítulo 09

    Bajé la cabeza, dibujé círculos en el suelo.La vida es un círculo, ahora todos se habían despedido de mí.Poco a poco, el hijo de Sara también creció.Me saludaban, y ese árbol de magnolia se mecía haciendo ruidito.No sé cuántos años llevaba muerta,mi alma se volvía cada vez más transparente,poco a poco, mi dirección se volvía incontrolable.—¡Sara! ¡Adiós, Sara! ¡Adiós, chamaquito!Ahora me tocaba a mí despedirme.Le dije adiós a Sara con la mano,cuando estaba a punto de desaparecer, vi a Sara con los ojos llorosos, diciéndome adiós igual:—Fanny... ¡adiós!¡En la próxima vida volvemos a ser hermanas!Capítulo extra: (Desde la perspectiva de Iván)1Amo a Fanny,solo que este amor ahora resulta demasiado irónico.Antes de la boda,Siena se arrodilló junto a mí con sus papás y me rogó que me casara con ella,como si fuera cumplir su último deseo,me llenaron de halagos diciendo qué noble era, qué decidido,que Fanny seguramente entendería mis razones.Se me calentó la cabeza y ace

  • El Día Que Me Robaron El Altar   Capítulo 08

    Todo volvía a la vida, la primavera estaba hermosa y brillante.Al árbol también le salieron botones de flores,abajo del árbol, Sara llegó tempranito.Traía puesto el vestido blanco que más me gustaba, trajo pastel y se sentó en el pasto a hacerme compañía.Me recargué despacito en ella, cerré los ojos para sentirla cerca.Su cuerpo siempre olía tan rico a jabón, a limpio, a puro.Sara como que me sintió, y se puso a hablar sola.Me contó las cosas gachas de la vida,las cosas chistosas que pasaban, y noticias de mi familia.Por ella supe que Siena y Horacio estaban los dos en el bote.El niño que tuvo Siena se lo dejaron a Iván para que lo criara,le hicieron la prueba de paternidad, y no era de Iván.El negocio de Iván tronó, ahora anda todo menso.Se rio un poquito, parecía que ya le estaba dando la vuelta a haberme perdido.—Sa... Sara, qué temprano llegaste.Al rato llegaron mis papás e Iván.También trajeron pastel y postres bien ricos,eran los que de chiquita le compraban a es

  • El Día Que Me Robaron El Altar   Capítulo 07

    No se atrevía a mirar para donde estaba mi urna,la funeraria estaba llena de telas blancas, pero a él se le pusieron los ojos rojos.Estaba super arrepentido, se arrepentía de haberle hecho el paro a Siena con su estúpido último deseo,se arrepentía de no valorarme, de andar de ojo alegre una y otra vez.Se arrepentía de que chance y hubiéramos envejecido juntos, pero ahora solo podíamos estar separados por la vida y la muerte...Alguien lo insultaba por la espalda, él ni se inmutaba, pensaba que esa gente tenía razón, que él era una basura.Cuando todos estaban en su rollo, en un rincón donde nadie pelaba, una figura negra pasó de volada.Calladita agarró la urna del altar, afuera seguía lloviendo, abrazaba mi urna.Con un montón de cuidado, como si tuviera miedo de que me mojara.Era Sara, últimamente parecía que tampoco la estaba pasando bien, traía unas ojerotas, el cansancio se le notaba a leguas.El solecito que antes era pura risa y plática y que nada la doblaba, ahora ya ni so

  • El Día Que Me Robaron El Altar   Capítulo 06

    —Iván… mi amor, no le creas.Horacio y yo terminamos hace mucho. ¡Me quieren fregar!Sara soltó una carcajada helada. Metió la mano en su bolsa y sacó un bonche de fotos.Puras fotos de Siena y Horacio, muy juntitos y acaramelados.Incluso había pruebas de que se habían visto apenas unos días antes.—¡Iván! ¡Iván, por favor, escúchame!—Siena intentó seguir con su teatro,pero mi madre, con una fuerza que no sabía que tenía, le cruzó la cara de una bofetada que la hizo tambalearse y caer al suelo.8Los días que siguieron fueron un infierno para Siena. No pegaba ojo.Escondió el collar, pero ya era tarde. Iván le aplicó la ley del hielo.Hasta intentó "conquistarlo por el estómago", cocinándole su comida favorita para disculparse, pero él ni siquiera volvió a casa a cenar esa noche.Cuando la policía le confirmó a Iván que en mi vientre encontraron un bebé ya formado, de casi dos meses... ese día, Iván se rompió.Lloró y gritó como un animal herido por toda la estación, golpeando el su

  • El Día Que Me Robaron El Altar   Capítulo 05

    Iván sintió que el mundo se le venía encima. Se tambaleó y cayó de rodillas al suelo.—No, no, no… eso es imposible… —balbuceaba una y otra vez.El celular se le resbaló de las manos y se hizo añicos contra el piso.—Iván, ¿qué te pasa? ¡Levántate! —dijo mi madre, corriendo a ayudarlo. Pero al escuchar de sus labios la noticia de mi muerte, una furia helada la invadió, y lo sacudió con fuerza, gritando:—¿Qué estupideces estás diciendo? ¡¿Qué le pasó a mi Fanny?!—Fanny… ella… está muerta.***Como alma que lleva el diablo, toda la familia se subió al coche y voló hacia la estación de policía.En el camino, no dejaban de rezar, de rogar que todo fuera una maldita equivocación.En la plancha fría, mi cuerpo estaba cubierto por una sábana blanca. Solo un mechón de mi cabello castaño claro se asomaba debajo.La mano de Iván temblaba como una hoja, cuando, con los ojos inyectados en sangre, levantó la tela.Y ahí estaba yo, o lo que quedaba de mí. Mi cuerpo descompuesto.—¡Fa

  • El Día Que Me Robaron El Altar   Capítulo 04

    Iván solo sonreía y asentía, prometiendo el oro y el moro.Con tal de mantener feliz a la reinita Siena, nadie en esa mesa osó mencionar mi «desaparición».Justo en ese momento, unos golpes urgentes resonaron en la puerta principal.Los ojos de Iván, antes vacíos, se iluminaron de golpe y, antes que nadie, se lanzó hacia la puerta.El muy iluso seguro pensó que, al enterarme del embarazo de mi «querida» hermana, yo volvería arrastrándome, sin rencores, lista para unirme a su patética celebración familiar.Abrió la puerta de par en par y se topó con alguien que definitivamente no esperaba.Mi mejor amiga, Sara.Sara estaba plantada ahí, con los brazos cruzados, fulminándolo con la mirada y, sin rodeos, soltó: —¿Dónde está Fanny?Sara y yo éramos como hermanas desde el kínder.La vida no había sido fácil para ella: sus papás se habían divorciado, su mamá se había vuelto a casar y a ella le había tocado vivir con un padre alcohólico.Ese infierno la había vuelto directa y de m

Bab Lainnya
Jelajahi dan baca novel bagus secara gratis
Akses gratis ke berbagai novel bagus di aplikasi GoodNovel. Unduh buku yang kamu suka dan baca di mana saja & kapan saja.
Baca buku gratis di Aplikasi
Pindai kode untuk membaca di Aplikasi
DMCA.com Protection Status